Esperó afuera de la residencia, y al ver su caballo, totalmente negro, no dudó ni un segundo y lo montó.
Fue a la localización que había visto minutos antes, una ruta que te dirigía a las afueras de Busan.
Se juntó con los guardias armados que también iban en caballo y galopando se precipitaron al lugar.
No le costó demasiado divisar con su vista a Jungkook, era la única persona que estaba transitando allí, aparte de que se estaba arrastrando por el suelo con un arma en mano.
Se le estrujó su corazón en una bolita al observar el lamentablemente estado del chico, a la vez que una ira aumentaba rápidamente y comprimía su pecho.
Volteó su vista y vio el camión que uno de sus guardias había hecho volar pinchando una de sus ruedas. Segundos más tarde, a la lejanía, observó como muchas personas vestidas de negro se acercaban a trote.
— A mi señal… — Susurró. Todos lo pudieron escuchar gracias a que se habían puesto micrófonos (cucarachas) en la residencia de Fuerzas Especiales.
Un viento solitario recorrió el lugar. Solo se podía escuchar el compás de las respiraciones agotadas de ambos bandos, mientras que Jungkook observaba todo notablemente nervioso.
— ¡AL ATAQUE! — Gritaron Taehyung y el que parecía ser el capitán del otro equipo, dando paso a un batalla sangrienta, por la vida de aquel hombre pelinegro.
Desde su caballo y con su espada fue lastimando a varias personas.
Jungkook brillaba por su indiferencia presencia, puesto que, a pesar de que fuese el la razón de la disputa, simplemente nadie le estaba prestando atención.
O así fue hasta que se levantó y encaminó al centro de la pelea. Con sus débiles y tambaleantes pasos se colocó entre toda la sangre que saltaba por los aires.
A todas estas, varios noticieros estaban trasmitiendo en vivo de la masacre que estaba sucediendo a tales horas de la noche.
De repente el pelinegro sintió como lo tomaban del brazo, y aunque esperaba con todo su corazón que fuese uno de los guardias de la Guardia Real, no fue así. Pero cuando estaban apunto de hacerle daño una espada rajó el brazo que lo sostenía.
El rey podía ser más bajito que Jungkook, pero en esos instantes se sentía sumamente pequeño al lado de ese hombre, que no podía ser el mismo que hace días le había seguido el beso. Tenía una expresión entre seria y enojada.
Volteó su vista al pelinegro que también lo observaba, y sus miradas, como muchas veces, se conectaron. No le dió ni tiempo a sonreír cuando Taehyung ya lo tenía entre sus brazos, cuidando de no lastimarlo.
Lo que más le sorprendió fue el momento en que el castaño lo alzó y sacó de en medio de la batalla, la cuál ya parecía estar llegando a su fin con un claro ganador.
— Oye, oye, oye — El menor dejó a Jungkook en el suelo y tomó su rostro entre sus manos, en un intento porque no se desmayara — Mírame, estoy aquí, no tienes que preocuparte de nada, ¿Bien? — El pelinegro asintió y Taehyung dejó escapar una sonrisa con un aire de tristeza — ¿Sabes quién te hizo esto? — El mayor volvió a asentir — ¿Quién? — Su voz cambió a una más grave.
— Mi-min…Ja…Jae…Ja-jaegi… — Y sus ojos se cerraron cayendo en un sueño que había estado evitando la última hora.
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.El velo de sus párpados se corrió, y lo primero que apreció fue el techo de madera de su cuarto. Fácil era saber esto porque se había desvelado varias veces observando los incontables patrones del mismo.
Apenas movió un poco su cabeza para observar su alrededor, escuchó un sonido sordo y su rey apareció ante él.
— ¿Jungkook? ¿Estás bien? ¿Sabes dónde estás? ¿Sabes quién soy? ¿Sabes quién eres? ¿Te estoy asfixiando con las preguntas? — Con demasiada suerte pudo escuchar su nombre, lo demás eran palabras ilegibles para él.
— R-rey… — Movió su mano para encontrar la del castaño.
— Oh…cierto… — Debía admitir que por un momento se había olvidado de ese detalle — ¿Estás totalmente consciente para recibir una información muy grande? — Inquirió mientras se sentaba al borde de la cama, al lado del pelinegro.
— Supongo…¿Qué sucede? — Respondió con un tono de voz muy bajo, o básicamente el único que podía pronunciar.
— Me llamo… ¡Auh! ¿Por qué? — Frotó con su mano el lugar donde la había pegado el mayor.
— N-no…puedes decir t-tu nombre, tonto… — Le regañó.
— En realidad si se lo puedo decir al futuro rey o reina, así que me llamo Kim Taehyung — Jungkook no dijo nada, solo abrió sus ojos de par en par impactado.
No exactamente por que haya escuchado el nombre del rey, cosa que nadie puede pronunciar, si no porque el castaño había dicho "Futuro rey…".
— ¿Po-podrías repetir lo anterior…antes de decir tu no-nombre? — Le pidió encarecidamente. Un carmesí recorrió las mejillas y puente de la nariz del menor, por la sangre que le borboteaba de la vergüenza.
— Futuro rey o reina… — Desvío su mirada a la mesita de luz.
Jungkook buscó la mano de Taehyung, con algo de dificultad, pero la terminó encontrando y estrujando entre la suya. En su campo de vista solo se encontraba la tierna imágen de ese chico del que, poco a poco comprendía, se estaba enamorando.
— ¿Sabes hacia donde estaba yendo cuando me secuestraron? — Su voz cambió de una rasposa a una mayormente grave.
— No… — Frunció apenas el ceño por la repentina pregunta.
— Me estaba dirigiendo al palacio, por ti, quería abrazarte mucho después de la confrontación. Estaba tan emocionado de verte que simplemente caminé rumbo a mi distinto, el cual eras tú. — Le sonrió sin mostrar su dientes. El castaño volteó a verlo a los ojos, sumamente sorprendido de la revelación que acaba de escuchar.
— Pensé que me habías rechazado… — Susurró.
— Primero, no te rechacé, te dije que debíamos conocernos… — A el menor se le pintó una enorme sonrisa en el rostro — Cosa que aún debemos hacer, todavía no hay nada. — Y sin más se dió la vuelta para darle la espalda al castaño.
"El amor es tan complicado como una cuenta de matemática", no creo en esa frase, porque si no yo entendería lo que siento por ti.
[Capítulo sin revisión]
Atte ; {℘;℘}
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⋰ ⌑ Actualmente El Rey ⌑ ⋱ ; Taekook~
FanfictionEste es el Reino de Corea, en donde reina un muchacho llamado Kim Taehyung. Siglo XXI { 21 }. Chong la Jefa de la Secretaria, una de sus personas más allegadas, le insiste constantemente en que debería casarse, más él no la escucha. Dice y piensa en...