Capítulo 1: La llegada.

109 11 15
                                    

--¡No, sueltame!--exclama la joven safandose de su agarre

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

--¡No, sueltame!--exclama la joven safandose de su agarre.

--¡Cállate loca desquisiada!--fue lo último que le grito él antes de tirarla dentro de ese cuarto.

Por algo estás aquí--logra escuchar una voz en su cabeza, afirmo que no estaba loca capaz era su consciencia; la joven se levantó como pudo y corrio hacia la puerta, pero él hombre que la empujo la cerro tras salir de ahí.

Ella empezó a dar vueltas en la habitación y lo único que veía eran cuatro paredes blancas y una cama del mismo color, se sentó en la punta de ella y tapo su cara con sus manos.

*

La joven se despierta sobresaltada al sentir la puerta abrirse, un señor con camisa blanca y corbata la toma del brazo y la saca de aquella habitación.

Intento soltarse pero él le dice con determinación--Calmese solo quiero hablar con usted.

--Ya es costumbre agarrarme del brazo ¿no?--dijo volteando los ojos.

--Se una niña educada.

Le siguió a paso rápido mientras cruzaban largos pasillos, vio varias puertas blancas--¿Dónde estoy? Al parecer todo aquí es blanco, sabe que existen los colores verdad!--dice con cierto desagrado.

El señor la ignoro y llegaron a una oficina--Muy bien niñita siéntate.

¿Niñita? nunca le ha gustado que la llamen asi, tiene diesiciete años, o sea no es ninguna niña.

Se cruza de brazos mientras él se sienta frente a su escritorio--Muy bien, ¿sabes por qué estas aquí niña?

--Mi nombre es Kyara Miller señor, asi que no me diga niña.

--Bueno saberlo, prosigo ¿sabes por qué estas aquí?

No responde y él sigue--Este es el hospital psiquiátrico de inocentes Kyara, me llegaron reportes que vez cosas extrañas.

--Eso es mentira--dijo refutando.

--Eso dicen todos, estarás aquí hasta que mejores tus alucinaciones, puede ser en un mes o quizás seis, todo depende de como sea tu comportamiento--le dice dándole una sonrisa.

Lo único que logra escuchar ella es el sonido de la puerta, al azotarla y salir de esa oficina, empezó a correr por aquellos pasillos sin saber muy bien a donde ir, escucha las sirenas sonar mientras unos guardias corrían detrás de ella; se empezó a reir al pensar que estaba en una persecución policíaca esas de película.

Conversaciones en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora