Capítulo 24: El beso.

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Es de mañana y Abel está en su habitación sentado en la punta de la cama, toma su celular y le envia un texto a su madre

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Es de mañana y Abel está en su habitación sentado en la punta de la cama, toma su celular y le envia un texto a su madre.

Mamá soy Abel, cómo has estado? sigo en el hospital para locos... no se por qué se te ocurrio internarme, este lugar es horrible, quiero verte...

Minutos después recibe la respuesta.

Madre:

Hijo, tres meses sin saber de ti, pensé que te había pasado algo, yo estoy bien, la verdad no quiero saber nada de lo que te ha pasado, no logro entender todavía por qué mataste a tu padre, espero que en ese lugar te ayuden; no creo que pueda volver a vivir contigo, cuídate hijo.

El joven luego de leer esas palabras sintio un dolor en el pecho, lanzo con fuerza el teléfono hacia el piso y la puerta se abrio.

--¡Abel estás bravo!--dice la psicóloga Sellers.

El joven respira agitadamente y se levanta--¿Qué quiere?

--Solo venía a ver como has estado--él la ve y le da una sonrisa pícara--Esa fada le queda increíble señorita Sellers.

Él ve como se le sube la sangre a las mejillas y responde apenada--Te quería decir qué desde mañana empezaremos a darte un medicamento, solo queremos ayudarte--sale de la habitación sin decir más.

*

Son las 11:30 de la noche y a Kyara le permitieron darse una ducha ya que tenía calor; al salir del baño, escucha un grito agonizante, las luces del pasillo siguen apagadas y ve a Alessandra frente a la puerta de una habitación, la joven se asusta al verla, sigue con ese mono y camisa blanca rasgada salpicada sangre y con ojeras grandes en los ojos.

--Alessandra--musita la joven caminando silenciosamente, el espíritu se empieza a alejar y Kyara lo sigue.

Desaparece frente a la puerta de Abel, ella se acerca, sin pensarlo gira el pomo y se adentra a la habitación.

--¿Qué haces aqui?--pregunta el varón recostado de la cama, viendola de reojo.

--Vi a Alessandra y termino aquí.

Asiente y dice--Sabes que le envie un texto a mi madre.

--¿Si? Y que te dijo.

--Que está bien, no quiere saber nada de mi y no cree que pueda volver a vivir conmigo.

--Te escucho triste a Abel--dice Kyara sentandose a su lado.

--Estoy bien princesa, lo veía venir pues mate al esposo que amaba--él se levanta, la toma de la mano y salen de la habitación.

*

Ambos jóvenes están en el balcón, Abel recostado de la puerta y Kyara esta su lado sin decir nada.

--Hace días vi a una chica mesiendose en una silla al final de un pasillo, las luces fallaron y ya no estaba, hace días Marco y yo vimos a un chico colgado en el baño y cuando la psicóloga Sellers fue ya no estaba.

--Si Abel hay algo que pasa en este lugar, yo vi a una chica de vestido blanco frente a una reja, ¿Qué paso con el chico en el baño?

--Me siento mal Kyara, ese chico tenía el pulso débil, seguía vivo pudimos haberlo ayudado pero corrimos a llamar a Sellers y me dijo que cuando llegó no había ni un rastro de sangre.

Hubo un rato de silencio y él sigue--No entiendo--dice él mirandola a los ojos.

--¿Qué paso?

--No entiendo desde que te conocí, nos han pasado tantas cosas.

--No se, antes no había visto a los muertos--dice esquivando su mirada.

--Tranquila yo estoy aqui para ayudarte, nunca dejaré que te hagan daño.

--Eso me asusta Abel, no logro entenderlo.

--Tranquila chiquita, cuando salgamos de aquí todo mejorará--Abel nota como se cristalizan sus ojos, la abraza de lado y ella se queda viendo el cielo; esta noche no hay luna pero el cielo tiene demasiadas estrellas, él toma sus mejillas con ambas manos y le estampa un beso lleno de sentimiento, siente su sonrisa en sus labios y le susurra--¡Quiero que nunca te separes de mi lado princesa!

Conversaciones en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora