Capítulo 5: Conocí al primer chico aquí.

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Han pasado dos días desde aquel desencuentro con esa chica morena, y la joven Kyara no ha salido de la habitación, hace unos minutos el doctor le trajo las hojas que le pidió

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Han pasado dos días desde aquel desencuentro con esa chica morena, y la joven Kyara no ha salido de la habitación, hace unos minutos el doctor le trajo las hojas que le pidió.

Anda sentada en el suelo realizando un calendario para saber cuantos días estará en este hospital, la puerta se abre y ve a la señorita que hace días le trajo comida, le da una sonrisa y ella la ve extrañada.

--Hola Miller soy la psicóloga Sellers, cada semana tendrás que verme en mi oficina para hablar de tus problemas.

--No tengo nada de que hablar con ustedes.

--No tienes opción por favor sígueme--dice mientras se da la vuelta y sale de ahí.

*

Esta saliendo de la oficina de la psicópata tose y dice--La psicóloga perdón--y se tropieza con Nadir.

--Oye, ven es hora de presentarte con tus compañeras.

Le sigue el paso y ve más y más puertas--¿Nadir?

--Dime--dice sin mirarla.

--¿Por qué hay tantas puertas?

--Este hospital es de dos pisos, abajo esta el comedor y una sala de estar, aquí están los baños y tres pasillos con habitaciones para las mujeres y otros tres solo para hombres, casi nunca socializan.

--¿Qué paso ese día con la chica?

--No quiero hablar de eso.

Bajan unas escaleras y se detienen frente a un comedor un poco deteriorado, ve a más chicas con la misma ropa, sentadas comiendo, Nadir la ve y ella le dice--Por cierto ¿me puedes dar cinta adhesiva?--él asiente y se va, ella dudosa se sienta frente a una mesa vacía.

*

--¿Qué quiere?--dice el joven Abel con desprecio.

--Tienes que ser más educado niño.

Ve al doctor tirarle sobre la cama una especie de ropa y unos zapatos y le dice--Eso es lo que usaras mientras estes aquí, no permito ningún móvil en este hospital.

--No tengo móvil.

--Revisare tu mochila--antes que el doctor pudiese agacharse, él la tomo y la empezó a sacudir bruscamente sobre la cama--¡Le dije que no tengo ningún móvil!--pronuncio cada palabra detenidamente.

--Esta bien, en unos días conocerás a tus compañeros.

--Mire no usaré esa ropa.

--Todos aquí la usan, ¿por qué tu no lo harías?

--Le dije que el blanco me repugna, no usaré esa ropa blanca.

--¿Qué tengo que hacer para que te coloques uniforme?

Conversaciones en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora