A trabajar

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Gilbert

Al escuchar el nombre de Anne sentí una mezcla de alegría y confusión por dentro. Llevábamos odiándonos bastante tiempo, bueno más bien ella a mí, ya que ella nunca me había llegado a disgustar. Aún así se me hacía muy raro tener una conversación estable con ella, ya que hace tan solo unos pocos meses habíamos decidido ser compañeros de clase y de momento esa relación no iba mal. Si soy sincero es una chica muy lista y divertida así que no creo que tenga ningún problema en trabajar con ella.

Sin embargo a deducir por la cara que puso ella no se alegró mucho el ver que le había tocado. En mi interior sentí un poco de penuria, pero pensé, si es Anne Shirley Cuthbert, no me tenía que extrańar por ese comportamiento hacia mi.

Cuando la señorita Stacy acabó de citar todas las parejas cada cual se fue con la persona que le había tocado. Yo al ver que Anne no tenía intención de moverse me acerqué hacia ella.

- Bueno bueno Cuthbert, nos va a tocar trabajar juntos, quién lo diría-

Se quedó varios segundos parada enfrente mia con la mirada perdida.

- Así es Blythe - respondió de repente - Intentemos que esto se haga lo más ameno posible -

- Estoy de acuerdo, lo haremos rápido y bien, cuanto antes acabe mejor ¿no? -

- Claro - dijo en tono zanjante.

Se hizo un silencio incómodo en el cual yo aproveché para hechar un pequeño vistazo a la situación de la clase.
Se les veía a todos bastante felices, creo que lo único positivo de esto era que nos iba hacer desconectar un poco de nuestra rutina.

- ehh... Si no hay más que decir que cada uno haga la redacción en su casa y se la entregaremos mañana a la señorita Stacy - dijo Anne.

- No crees que debemos hacerlas juntos , es decir , por si tienes alguna pregunta sobre mi -

- La señorita Stacy ha dicho que no tenemos que dar datos como tal, por lo que yo voy a escribir como eres desde mi punto de vista sin ninguna ayuda, sé lo suficiente de ti para tan solo una redacción - contestó.

- A saber lo que pones... - dije bajito, pero por la expresión de su cara deducí que lo había escuchado.

- Pues todo aclarado - dijo cortando la conversación y dirigiéndose a la salida.

Ví como cogía su abrigo y su gorro y salía por la puerta a toda prisa, mientras tanto pensé; no podría ser tan malo trabajar con Anne ¿no?

Diana

No tuve la oportunidad de hablar con Anne ya que ella se fue mucho antes que yo de clase, así que decidí pasarme por su casa para hablar de cómo le había ido con Gilbert.

- Buenas tardes Marilla, ¿Esta Anne arriba? - pregunté al llegar.

- Sí, aunque cuando ha llegado no ha querido hablar con nadie, se ha encerrado en su habitación. ¿Sabes que la pasa? - me preguntó preocupada.

- Sabes como es Anne, se toma las cosas muy a pecho- dije intentando tranquilizarla.-

- Sin embargo sí que sé porque está así - añadí. - No sé si te ha mencionado la nueva actividad que vamos a estar haciendo estos días... -

- Ahh es verdad no me acordaba, es por la pareja que le ha tocado ¿verdad? - dijo ella recordado.

- Exacto, para la desgracia de Anne le ha tocado con Gilbert Blythe - dije poniendo los ojos en blanco, no entendía como su amiga no se daba cuenta de que él la gustaba.

- Gilbert Blythe... - dijo Marilla pensativa. - Esos dos me confunden cada vez más -

- Menos mal que no soy la única que está confundida - dije en una carcajada, a la cual Marilla se me unió.

- Bueno no te entretengo más entonces, sube a ver cómo está - y con esto se fue a la cocina.

Llegue a la puerta de su habitación, no se escuchaba ningún ruido, pensé que estaba dormida cuando de repente una puerta se abrió de golpe. Al verme se quedó con la boca abierta sin moverse de la puerta.

- ¿No vas a saludar a tu alma gemela? - dije simulando que estaba molesta al ver que se había quedado pasmada.

- ¡Diana! - reaccionó segundos más tarde.

Me hizo tanta gracia, que empecé a reírme llendo a abrazarla. Entramos a la habitación, cerramos la puerta y nos sentamos en su cama.

- Menos mal que has venido, iba a ir justo ahora a tu casa, casi me matas de un susto Diana - dijo recuperándose del impacto.

- Necesitaba verte para que me contaras todo lo que ha pasado - dije aún entre risas.

- Como que qué ha pasado, no ha pasado nada, no sé porque me haces esa pregunta - dijo rápidamente.

- Anne..., has salido volando de la escuela y Marilla me ha dicho que te has encerrado nada más llegar en tu habitación. ¿Te ha hecho algo Gilbert? - dije preocupada.

- No no no Diana, si apenas hablamos, solo hablamos sobre el trabajo - dijo explicándome.

- Entonces ¿Porque saliste corriendo?-

- ...

- Anne...- insistí.

- Es que últimamente me pasan cosas raras cuando veo a Gilbert Blythe y no quiero que sigan, no es que tenga ningún problema con él, la verdad es que es un buen compañero y con él trabajare bien, pero no sé lo que me pasa.- dijo resumiendo.

- ¿Como que cosas raras? - pregunté levantando una ceja.

- ¡No lo sé Diana! No quiero hablar de esto hasta que yo me aclare - dijo alterada.

- Vale vale no pregunto más - contesté.

- ¿Y tú con Charlie? -

- Normal, no hablamos tampoco mucho, he quedado con él en media hora para hacer lo de las redacciones, porque sinceramente no le conozco mucho y necesito saber un poco más de él o no podré ni empezar a escribir - expliqué.

- Pues a lo mejor Gilbert tenía razón...- dijo bajando la voz.

-¿ Porque dices eso ? - pregunté.

- Pues él me dijo que era mejor quedar por si teníamos alguna cuestión sobre el otro pero yo dije que no, que ya sabía suficiente - dijo un poco avergonzada.

-¡Anne! - grité sorpredida- ¡Porque le dijiste eso!.

- Tranquila... que no he matado a nadie. No lo sé... pero bueno yaa no hay vuelta atrás, así que ya no puedo hacer nada. -

- Tienes razón. Aunque empieza a mentalizarte que no puedes evitarlo toda la semana - dije levantándome de la cama - Bueno Anne me tengo que ir, tengo que merendar y luego viene Charlie así que nos vemos mañana- dije lanzándola un beso exagerado.

Ella lo cogió y se lo pegó al corazón tirándose así al suelo de una forma muy delicada.

- Hasta mañana mi princesa Diana - dijo con una sonrisa resplandeciente.











Quién me diría que fueses tú - ShilbertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora