¿Qué pasaría si te enamoras por primera vez de una persona que crees fugaz?
A veces, simplemente sentir por alguien hace las cosas más difíciles.
¿Realmente que sentimos al momento de enamorarnos?
¿Es para siempre? ¿o sólo algo temporal?
Alessia De...
N/A: Discúlpenme por ser tan densa con las notas que dejo al principio del capitulo, pero esta posiblemente sea una de las ultimas (espero). Hay un momento en el que la canción (que dejé en multimedia) tiene que ser activada, sí o sí, porque es un instante muy importante que marca mucho la historia de ambos protagonistas. Sin más que decir los dejo con el capitulo veinte.
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➯¿Te animas a enamorarte?
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31 de diciembre. Noche vieja.
10:30 a.m.
Me desperté por todo el murmullo que se escuchaba en la casa. Me refregué los ojos para despabilarme un poco y proceder a levantarme. Aun en pijama avancé hacia el comedor, allí estaba mamá hablando por teléfono de forma un poco discreta.
— Si, va a salir todo perfecto. — Guardó silencio, supuse que la persona que estaba del otro lado en la llamada estaba hablando — Le va a encantar, estoy segura. — Volteó a ver hacia mi dirección, me sonrió y procedió a decir: — Hablamos as tarde, nos vemos. — y cortó la llamada.
— ¿Quién era, ma? — le pregunté.
— Nadie importante. — Se encogió de hombros — ¿Cómo estás? ¿emocionada?
— ¿Por qué lo estaría? — arrugué mi entrecejo.
— Porque mañana es tu cumpleaños.
— Sí, no sé. — Le resté importancia — Siempre hago lo mismo, no va a haber nada nuevo.
— Quizás este cumpleaños sea diferente — la oí decir.
— ¿Por qué lo sería? — dije achicando mis ojos.
— Solamente digo, las cosas de vez en cuando cambian.
— Puede ser, pero en este caso no lo creo. — Salí de allí y me adentré al baño. Hice mis necesidades, lavé mis dientes y cepillé mi cabello. Luego de ello fui a mi pieza, pero al entrar casi me muero del susto — ¡Estúpido! — expresé dirigiéndome a la puerta de mi balcón para abrirla.
— Buenos días para vos también, Alessia. — dijo de forma divertida mi vecino de balcón; pasó a mi habitación y se acostó en mi cama — ¿Qué tal tu día pre cumpleaños?
— Normal, — me senté a su lado —hace unos minutos desperté.
— Me di cuenta por tu cara somnolienta. — Río levemente — ¿Haces algo hoy?
— Van a estar todos paranoicos y queriendo arreglar todo para esta noche, ya sabes. — Dije jugando con mis dedos.
— ¿Queres que pasemos la tarde juntos? Al menos un rato. — Me sonrió. ¡Qué hermosa sonrisa! — Gracias, tu sonrisa también es hermosa. — ¡Dios! ¡Hablé en voz alta! Tapé mi rostro con mis manos — En fin, ¿vengo yo? — dijo cambiando de tema — ¿o preferís venir vos a mi casa?
