𝐁𝐞𝐟𝐨𝐫𝐞 𝐘𝐨𝐮 𝐆𝐨 [𝐑𝐮𝐛𝐞𝐠𝐞𝐭𝐭𝐚]

II.

II.-Capítulo-.

[Narrador]

Estaba en las nubes, pero tu recuerdo me hizo caer.

—Tierra llamando a Samuel, Tierra llamando a Samuel... ¿me copia? —las risas entre el grupo de amigos no se hicieron esperar, haciendo salir del ensoñamiento al pelinegro quien miro mal a su amigo.

—Alex, ya para con las bromas...eres tonto chaval—hizo que los otros dos amigos rieran ante ello, sin duda eran muy unidos.

—No es mi culpa que lleves así desde que la maestra de calculo te regaño por estar corriendo por el instituto—el pelinegro solo suspiro para seguir degustando el desayuno de la cafetería, mientras sus amigos seguían hablando de diferentes cosas.

—Elyas ya quítame a Alex por favor—pidió el pelinegro mirando a su compañero, quien no dudo en quitar a Alex y regañarlo, todo ante la mirada de Jesús, quien solo reía de las ocurrencias del más pequeño del grupo.

El camino entre clases, iban Alex junto a Samuel caminando hasta que, por accidente choco con un chico, se escucho una disculpa seguido de una pregunta—Lo siento ¿estás bien? —el pelinegro asintió tomando la mano que le extendían.

—Si no te preocupes, fue solo la sorpresa del impacto...—se sacudió y miro a la persona con la que choco, cabellos albinos y dos ojos verdes, Alex pidió una disculpa y soltó una excusa llevándose arrastrando al pelinegro, quien solo miro de reojo como el albino junto a un pelinegro de ojos verdes los miraban irse por el pasillo.

Las clases continuaron con normalidad, pero Samuel simplemente no pudo poner atención, ya que en sus pensamientos descansaban dos ojos verdes que se asemejaban a dos peras.

[...]

Samuel caminaba por las calles, necesitaba llegar al mercado cerca de su departamento, comprar lo necesario y regresar a casa, hoy era su día de descanso y quería solo estar en casa, viendo películas.

Todavía podía recordar la pequeña no discusión con Luzu, pero el poco le importaba en ese momento, solo quería estar en casa tranquilo y no pensar en nada, aunque sabia que seria todo lo contrario conociéndolo.

Compro entre cosas varias y algunas comidas enlatadas, frutas y verduras además de carnes, necesitaba mantener la despensa si no quería salir en todo el día.

El camino a casa fue tranquilo, además de observar a las personas que caminaban en sentido contrario o al mismo sentido que él, manteniendo una sincronía para pasar, aunque algunas personas eran descuidadas o groseras y chocaban con algunas personas.

Hasta que miro el parque que estaba cerca de su departamento, quiso quedarse un rato, opto por mejor venir después. A veces solo necesitaba salir de casa y perderse donde nadie podía reconocerlo o saludarlo, donde fuera un desconocido.