𝐁𝐞𝐟𝐨𝐫𝐞 𝐘𝐨𝐮 𝐆𝐨 [𝐑𝐮𝐛𝐞𝐠𝐞𝐭𝐭𝐚]

XXVI.

*¡Inicio de Maratón! ¡Disfruten!

XXVI.-Capítulo-.

[Canción Recomendada: Boy In Space - Drown]

*Poner donde se indica.

[Narrador]

Me gustaría ser independiente,

pero haya algo en ti que no me permite serlo.

—Rocío.

La vida en pareja para Alex y David iba en aumento, eran felices y se lo demostraban en cada mañana, tarde y noche, además de vivir juntos, trabajaban juntos y tenían los mismos horarios, así que llegar a casa juntos era algo de todos los días desde que aceptaron vivir juntos.

Además de visitar de manera concurrente a Samuel, quien los recibía con una sonrisa y preguntando por sus días. Además de que Rubén estaba en la mayoría de las veces y podía convivir y pelearse por los rollos de canela, bueno David y Rubén pelearse por ellos. Ya que Samuel no estaba interesado en comer otro rollo y en ello le apoyaba Alex, así que las discusiones terminaban en que Alex dividía el rollo a la mitad y se los entregaba a cada uno.

Sin duda las cosas estaban bien, demasiado bien.

Alex sabía que su pasado fue bueno la mayor parte de ello, menos algunas cosas como su madre o...Frank, pero debía levantarse y continuar por él, no por otras personas si no por el mismo.

Y gracias a sus amigos, lo había logrado además de encontrar nuevamente el amor, en una persona completamente diferente, cariñosa, amable y atenta, además de comprensiva. Sin dudad David, había logrado que todo tormento se desvaneciera y que pudiera dar todo de si para estar en paz y en completa armonía.

Además de que no se había separado del anillo que alguna vez, el pelinegro de ojos verdes le iba a dar para pedir su mano, aunque eso solo serán recuerdos, que nunca sucedieron y que se volvió nostalgia que ahora cargaba en su cuello, en esa cadena de plata, donde colgaba el anillo.

Llevaba algunos días pensativo, perdido, algo ausente y David se había dado cuenta de ello, pero prefirió guardárselo y esperar a que su pequeño se lo dijera, aunque eso nunca paso y comenzaba a carcomerle la preocupación en su pecho y cerebro.

—Oye Alex...—era de noche, ambos estaban recostados en la amplia cama, de aquella nueva casa, que David había comprado hace algunos años peor nunca se fue a vivir en ella, siguió en el departamento. Pero ahora las cosas eran diferentes y ambos disfrutaban de la casa, estando juntos.

—¿mande? —pregunto en un susurro, aunque estaban iluminados por la luna, ninguno de los estaba dormido, solo estaban recostados y pensando—me puse a pensar... ¿Qué significa ese anillo que llevas en tu cadena? —esa pregunta descoloco a Alex, quien se separo del castaño para sentarse, sabía que todas las ausencias del pequeño se debían a ese anillo, pero no lo obligaría a hablar—y-yo...si no quieres hablar de ello, lo entenderé...—murmuro David, incorporándose tomando por los hombros a Alex.