XXVIII.

653 135 78
                                    

*Tercer capítulo de la maratón ¡Los quiero mucho!

XXVIII.-Capítulo-.

[Canción recomendada: Before You Go – Lewis Capaldi]

*Poner donde se indica

*Poner donde se indica

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

[Narrador]

El amor se compone de una sola alma que habita en dos cuerpos.

—Aristóteles

Los besos eran suaves, llenos de una tranquilidad y una suavidad...que te inundaban a seguir y que no pararan ahí, provocando más emociones a flor de piel.

Seguido de la tranquilidad de las caricias, los suspiros entre besos. La suavidad de una relación, una relación que estaba floreciendo en grandes suavidades, un amor que estaba demostrando su esplendor, un esplendor como ser humano, como un sentimiento lleno de vida y tranquilidad.

Samuel dejaba que Rubén hiciera lo que quisiera, aunque los pequeños besos no pasaban de sus labios o todo su rostro, lo cual le provocaba una tranquilidad y una paz que lo llevaba a la relajación.

—Samu...déjame ver a pintarte...—aquellas palabras, eran suaves, casi un susurro en su oído, y la tranquilidad como la inocencia con la cual pronuncio esas palabras, erizaron todos los vellos del cuerpo del pelinegro, quien asintió suave, lo complacería nuevamente.

Rubén tomo algunos pinceles, pinturas varias y coloco el lienzo en blanco en su lugar correspondiente, estaban en el apartamento del castaño y Samuel disfrutaba el pelaje naranja del gato de su pareja, quien solo pedía mimos y si dejabas de proporcionarle, maullaba.

—colócate ahí junto con Wilson—sonrió al ver como Samuel se sentaba jugando con Wilson, quien tomaba los dedos del pelinegro y jugueteaba con ellos, además de dejar que la mano nívea, le acaricie el pelaje.

Ahí comenzó nuevamente el silencio, entre los juegos y pauses suaves. Rubén estaba tan concentrado, los colores eran suaves y combinaban con el suéter morado que combinaba con sus ojos, además de los jeans de color gris y los tenis de color blanco. La suavidad con la que plasmaba el color de piel de Samuel, era sumamente delicada, y detallado además de los pelos del pelaje de Wilson, quien ya se había acurrucado entre el hueco que dejaron las piernas de Samuel, al colocarse en una posición de mariposa, el pequeño ronroneo y el movimiento de dejar y tomar pinceles de diferentes tamaños.

Samuel estaba atento a lo movimientos y no dudaba que lo terminará en menos de una hora, faltaban 4 horas para el atardecer y sin duda, Rubén había pasado un buen rato deslizando el pincel sobre el lienzo, marcando cada pequeño detalle, cada forma, cada color, cada sombra, la esencia de las cosas y la suavidad que plantaban los colores.

𝐁𝐞𝐟𝐨𝐫𝐞 𝐘𝐨𝐮 𝐆𝐨 [𝐑𝐮𝐛𝐞𝐠𝐞𝐭𝐭𝐚]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora