Capítulo 8

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Una suave caricia se sintió en su cabellera haciendo que frunciera levemente el ceño y fuera abriendo los ojos para encontrarse con una mirada verde que le sonrió al ver que despertaba.

—Es bueno saber que sigues intacta.

Charlotte se sentó en el sillón donde estaba recostada para darse cuenta que estaba en la sala de estar y todos la observaban expectantes. Los recuerdos de todo lo que hizo llegaron a su mente haciendo que entrecerrara sus ojos y se cruzara de brazos pidiendo explicaciones con su mirada.

—Les dije que se molestaría —se excuso Vincent mirando hacia otro lado para que Régis negara con su cabeza.

—Era algo necesario para poder continuar ¿Cómo están sus canales?

—En perfecto estado… diría que puede manipular un poco más de lo que había desarrollado hasta el momento.

Vincent mantenía sus manos en la de ella emanando un pequeño resplandor verde examinando su estado; mientras Régis asentía en satisfacción ante su informe.

— ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?

—Alrededor de unas dos horas, te recuperaste relativamente rápido —indico Vincent mirándola fijamente.

Charlotte aun sentía curiosidad por lo que sentía con él… era algo familiar pero no sabía con exactitud y mucho menos de ese extraño flujo negro que corría en su interior, pero se dispondría a averiguarlo sin que él se enterara. Tomando conciencia de lo sucedido fijo su mirada en su guardián.

—Me vas a disculpar pero ¿Qué coño era necesario para que yo hiciera todo eso?

Todos se hicieron de la vista gorda evitando la mirada asesina de ella para que Régis rodara los ojos y se acercara sentándose a su lado.

—Como sabrás muy bien aun perdías el control al manipular tu energía y si yo no restringía nuestro vínculo, fueras tomado cantidades de magia que el collar no fuera permitido que procesaras dejándote una buena quemada o quién sabe si te desmayaba en el acto, además, gracias a esta prueba pudiste tener pleno control de tus capacidades y límites actuales desempeñándote a plenitud según las situación que se te coloco.

Ella no le agrado mucho como tuvo que pasar todo para que sucediera eso, si, es cierto, lo admitía no fueron sus mejores momentos cuando perdía el control, había tenido muchos problemas con mantener las proporciones de energía de su cuerpo y la magia que compartía con él, pero llego a entender las restricciones que tenia actualmente después de tantos arrebatos de desesperación y una que otra vez reprimendas por la joya en su cuello que llego a pensar que la atravesaría en algún momento por lo caliente que se tornaba… pensándolo bien utilizo elementos que ni se le habían ocurrido materializar en sus prácticas.

—Bueno…

Se quedo unos segundos en silencio relajándose en el respaldar encontrándose con la mirada comprensiva de Vincent que aun se mantenía a su lado.

— (Suspiro) Tienes razón en ese aspecto… —tenía que admitirlo no le quedaba de otra, pero algunas dudas se colaron en su mente — ¿Cómo rayos le hicieron para que todo desapareciera y no sintiera a nadie? Y esas cosas que me persiguieron ¿Qué eran? Nunca había visto eso ni si quiera los golems del santuario en Japón.

—Te puedo explicar parte de eso.
Intervino Morghan en su plática captando toda su atención.

— (Carraspeo) Yo me encargue de formar aquellas criaturas con simples trozos de madera que corto Enzo para mi, respecto a los gigantes fueron solo ilusiones menos el epicentro que le daba vida a todo de ese se encargo Régis con Enzo para que lo pudieras sentir y eliminar, no sentiste a nadie gracias a el campo de ilusión que cree para ti y las medidas que tomo él —señalo al moreno con su mirada —Mediante el vínculo para bloquear cualquier cosa que te rodeara.

Ciudad Prohibida. Reinado Eterno. Volumen IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora