Ciudad Prohibida. Reinado Eterno. Volumen II

Capítulo 10

Luego de una larga discusión en si aceptar o no hacer el favor que pedía Joaquim, no quedo de otra que llegar a una tregua. Régis se encargaría de buscar su dichoso núcleo; mientras él se encargaría de cuidar sus empresas junto a Percival y estar atento a cualquier cosa que suceda, ya que dudaba que los gemelos le dijeran algo al respecto. Aceptando ambos concluyeron su negociación para que nos diera las pocas indicaciones que tenia acerca del preciado objeto que deseaba.

— (Suspiro) Sera mejor que no tardemos mucho en terminar con esto.

Charlotte coloco una mano en su pecho evitando que se saliera de la cama.

—Eso espero también, pero primero te vas a dormir y después mañana temprano yo me encargo de dar la noticia al resto.

— ¿Y yo que hare?

Ella se le quedo mirando por un segundo para luego darle una dulce mirada.

—Podríamos decir que te tomaras el día libre y cuando digo esto me refiero a todo, aunque…

— ¿Qué? —pregunto al sentir como un atisbo de vergüenza se colaba en su rostro.

—Q-quisiera aprender un poco más acerca de algunas cosas… que se pueden hacer mediante el vínculo.

Sinceramente no quería que él siguiera sintiendo algunas emociones que ella sentía y pensaba que era un poco injusto que él si pudiera ocultar sus emociones así como si apagara la llama de una vela, mientras que ella ni un indicio de eso podía hacer… aun. Al verlo supo por su reacción que no se lo esperaba, pero le agradaba la idea por la sonrisa que le mostro.

—Sera un placer mi Nakyv —dijo tomando su mano dándole un beso.

—Se que te dije que no me adapto mucho a la idea que me digan Lady, pero tampoco tengo un pleno conocimiento de todo mi dialecto nativo así que a mí me hablas en un idioma que entienda.

Régis se rio ante su aclaratoria y aunque ella trato de actuar lo más seria que podía termino sonriéndole.

—Esta bien Lotty, luego te enseño a que hables fluidamente otros idiomas.

Ante aquello la sonrisa se le borro del rostro para quedar estática y dejar caer sus hombros de derrota. Él le dio un cálido abrazo y revolvió su cabeza, estaba segura que le encantaba durar horas riendo por su mala pronunciación, pero no lo negaba, era entretenido.

Saliendo de su habitación camino por los pasillos deteniéndose en una de las ventanas. La brisa nocturna era refrescante, lo bueno de todo es que tenía una perfecta visión que le permitía ver ya sea de día o de noche, así que aunque no hubiera mucha luz en la lejanía ella podía ver claramente. Pero algo le pareció extraño. A esa hora de la madrugada debería de estar durmiendo y lo sabía muy bien, todos estaban descansando, pero no se esperaba que Vincent aun continuara por los alrededores y al parecer por su expresión no estaba muy animado que se diga.

Charlotte conocía parte de su historia y comprendía que se alejara en algunos momentos, a lo mejor es para despejar su mente, pensó muchas veces ya que más de una vez se desaparecía por un buen rato. Un pequeño empujón la sorprendió haciendo que se volteara de golpe y respirara en alivio al ver que solo era Maru quien movió su cola con alegría al sentir sus caricias.

Tenía que admitirlo, también estaba agotada, así que se dispuso a ir a su habitación y descansar hasta el día siguiente.

Las horas pasaron como un simple suspiro pasajero dejando la impresión de que no durmió nada. Charlotte se sentía insatisfecha por tan corta noche, pero Maru comenzó a lamer su rostro hasta despertarla proporcionándole cosquillas y un poco de saliva encima de ella, por lo menos no vio a uno de los hombres que se aparecían en sus sueños y pensándolo todos tenían algo en común, siempre decían lo mismo “volveremos” como si estuvieran completamente seguros de que hablarían de nuevo y si resultara cierto, esperaba que por lo menos supiera de que rayos se tratan sus… extrañas conversaciones.