Capítulo 9

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A lo lejos pudo ver como Enzo y Charlotte caminaban de vuelta al festejo, no le agradaba mucho que estuvieran juntos, pero tampoco se quedaría de brazos cruzados. Una risa indeseada hizo que su humor empeorara y gruñera por lo bajo en respuesta fijando su mirada a unos árboles.

— (Risas) Qué sorpresa ¿no crees? Ambos congeniamos en algo —dijo la mujer sonriente recorriendo su mirada entre los que caminaban y él.

—Tu y yo nunca congeniaremos en nada, jamás ¿Qué carajos vienes hacer aquí? ¿Sabes que si cualquiera te siente podría causar un desastre?

La mujer hizo una mueca de desagrado saliendo a la luz para ver sus uñas con aburrimiento y cruzarse de brazos.

—Siempre con lo mismo, tranquilo de eso me encargo muy bien, se como… escabullirme.

Vincent rodo sus ojos para encararla con el ceño fruncido.

—Dime cuando no eres rata rastrera, eso sí sería algo en que congeniaríamos —la observo con sorna para ganarse una mirada plana por su parte.

— (Suspiro) Si no fuera por las ordenes que me exigieron te juro que ya no tendrías esa linda boca con la que hablas puras estupideces, además… —miro en dirección al festejo para sonreír —Pensé que seguirías en tu ridícula fiestecita actuando como muy bien lo sabes hacer… se ve hasta entretenida.

Ella se rio en burla solo para provocarlo haciendo que se moviera rápidamente y la lanzara contra un árbol tomándola por su cuello y presionando sus dedos en su abdomen listo para causar una linda y esplendida hemorragia en sus bolsas de sangre.

—Termina con esto y dime de una vez que quieres —exigió con dientes apretados ganándose una sonrisa completa por parte de ella.

—Eres tan temperamental cuando se trata de ella que me das lastima.

El agarre en su cuello se afinco al igual que la presión en su abdomen en forma de advertencia. Unas cuchillas se incrustaban en su espalda posicionándose en lugares vitales como respuesta a su agresión.

—No estoy de humor para aguantarme tus insultos Angela, no me interesa si me apuñalas, puedo recuperarme y dudo que te daría igual si llego a drenar por completo tus bolsas… —amenazo con sorna dejando salir las puntas de sus garras que perforaron levemente su piel dejando salir pequeñas gotas de sangre — Y creo que aquí no encontraras de quien saciarte.

Angela mantuvo su expresión seria mirándolo con desagrado.

—Solo te vine a decir que ya todo ha iniciado y nuestro señor se complacerá en verte actuar.
Vincent frunció su ceño en desaprobación soltando por completo su agarre de manera tajante para mirar hacia otro lado sintiendo la frustración, la ira hervir en su interior... era inaceptable. La oscuridad que nublaba su mente lo comenzó a abrumar en fracciones consecutivas. Ella se acerco para tomarlo por su mentón abruptamente y que la mirara fijamente.

—No quiere más errores de tu parte y desea con todo su ser ver tu gran evolución…

Lo soltó de golpe alejándose para dar un último vistazo a la casa y luego a él dejando salir una sonrisa triunfante.

—Pronto nos volveremos a ver… esperare con ansias que ese día llegue y si yo fuera tu… procuraría no encariñarme mucho… nunca se sabe que cosas divertidas podrían suceder.

Con eso se desvaneció entre la oscuridad de la vegetación con una sonrisa maliciosa dejando salir sus hilos de humo negro permitiéndole estar en la soledad y que su mente lo carcomiera causando un mareo que cegó su visión por un momento. Se afinco de un árbol para tomar aire, sentía que se sofocaba, su respiración se aceleraba no podía evitarlo. Incrustando su mano en la corteza dejo salir sus garras creando un agujero en todo el centro, no podía dejar que siguiera sucediendo. Sacudió su cabeza para desvanecerlo y noto como el anillo destello ayudándolo a tranquilizarse. Estando mas consiente lo toco suspirando en alivio… no quería volver a sus indicios de nuevo pero… cada vez era más difícil evitarlo.

Ciudad Prohibida. Reinado Eterno. Volumen IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora