A C H T

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-- ¿Podrías dejar de mirarme así?

Preguntó Félix a Changbin mientras terminaba de ponerse su armadura, el alfa estaba colérico ¿Por qué había desafiado al gran rey con algo así? No era que el peli azul no creyera en el príncipe, el gran rey había escogido a cinco alfas enormes y Félix era bueno, solo él. El rubio era ágil y tenía resistencia pero esas bestias lo superaban en fuerza y tamaño.

-- ¿Qué haré si mueres? ¿Qué pasará si ellos pueden contigo? Porque me niego a dejarte solo, tu muerte no es opción –- se apresuró a hablar tomando la espada del omega, bastante liviana y parecía estar muy afilada. –- Serás rey pero también mi omega un poco después de eso -- Félix le arrebató su espada para guardarla en la funda en su cintura.

-- No voy a morir, lo prometo.

-- ¿Sabés que puedo hacer con tu promesa?

-- Ten cuidado con lo que dices, Changbin.

-- Pasarmela por el culo –- dijo con molestia. El omega resopló rodando los ojos. –- Hablo en serio, Félix ¿Por qué no podían ser dos o tres?

Félix respiró hondo conteniendo su molestia y reguardandola para sus oponentes. -– Lo hecho, hecho está. No hay vuelta atrás, no voy a retractarme.

Changbin resopló con molestia, estaba tan molesto. Él no podía hacer nada, no podía proteger al príncipe, a Félix, a su futuro omega porque si el rubio salía de esta, definitivamente iba a cortejarlo. Un omega como Lee Félix era demasiado sublime y con gran carácter además de corazón como para dejarlo ir fácilmente.

Félix miró su rostro, levantó una mano para acariciar la mejilla derecha del alfa. –- Voy a ganar -- dijo en voz baja. -- Van a coronarme y vas a estar ahí -- le regaló una hermosa sonrisa, estaba confiado y seguro de sí mismo a pesar del nerviosismo. -- Vas a cortejarme y tal vez, algún día me marques -- Changbin no podía abandonar sus ojos, no podía evitar perderse en ese avellana intenso y tormentoso. -- Seras mi alfa en algún momento.

-- Espero que vivas para ello o me veré obligado a perseguirte por el cielo aunque tenga que hacer tratos con el infierno para poder entrar -- dijo acercándose al rostro ajeno.

El alfa rozó los labios de ambos con suma delicadeza, la textura de los labios del omega era tan suave. Félix se apropió de su boca sin pensarlo dos veces, el alfa correspondió al instante rodeando la cintura del menor con sus brazos atrayéndolo contra su cuerpo. Fue momento de que las lenguas de ambos se encontraron haciendo el beso más intenso, necesitando más contacto del otro. El rubio se aferró al traje de Changbin y maldijo mentalmente al metal de su armadura por no permitir más contacto que el que sus brazos podían darle.

Changbin sujetó el rostro del omega en ambas manos mientras seguía besándolo y acariciando ambas mejillas con sus manos, fue momento de que ambos se separaran unos pocos centímetros debido a la falta de oxígeno.

-- Deberíamos ir al salón de enfrentamientos, ahora –- murmuró el alfa dejando otro beso sobre los labios del omega.

-- ¿Crees que sería desubicado llegar un poquito tarde y te pido que me sigas besando? -- se atrevió preguntar en un tono juguetón.

-- Me encantaría, pero debes resguardar la energía que perderías conmigo -- aconsejó guiñándole un ojo, Félix se sonrojó y río. -- Anda, acabemos con esto lo antes posible.

El alfa le ofreció su mano, Félix la aceptó gustoso para abandonar su habitación.

Las cosas se sentían tensas, el ambiente lo estaba en sí

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Las cosas se sentían tensas, el ambiente lo estaba en sí. El príncipe sintió la pesadez apenas cruzó la puerta. El salón de enfrentamientos, el cual solían usar para entrenar estaba lleno de personas en los alrededores. Era demasiado espacioso y tenía varias gradas, era como un gimnasio de boxeo pero sin el cuadrilátero. Changbin no se separó de su lado en ningún momento, el gran rey estaba en primera fila, el rubio se percató de que había más soldados de Seul.

Muchas personas del pueblo estaban ahí dando su apoyo, había seguridad de su dominio armados hasta los dientes pero lo que llamó su atención fueron los ancianos del consejo en lo alto presenciando y observando cada movimiento.

Sabía que Lia y las mujeres alfas estaban encubiertas para mantener el control, así no levantarían sospechas. Ignoró el llanto de su madre en los brazos de su padre y el rostro afligido de Jeongin, su beta era demasiado cariñoso y paternal, malditamente bueno, por lo mismo se aseguró de que si moría, nada le faltase en un futuro cercano.

El rey soltó a la reina momentáneamente para dar un discurso y aclarar cosas como "quedan prohibidas las armas de fuego, este es un enfrentamiento clásico" y otras cosas a las que no le prestó atención. Su vista estaba en los alfas al otro lado de la "arena" mientras se ponía su casco. Minho le acercó el escudo con el emblema de Busán en amarillo.

Escuchó cuando pidieron que se acercarán, sintió exactamente el momento en el que el alfa abandonó su lugar junto a él pero no podía pensar en nada más ahora, solo en ganar. Porque debía ganar, era su obligación. Fue como si sus oídos se taparon, lo único que escuchaba era un zumbido y sus propios pensamientos, lo siguiente paso muy rápido.

Apenas se dio comienzo al enfrentamiento el alfa arremetió contra él, el choque de las espadas resonó en todo el lugar. La adrenalina corría carrera con la emoción, estaba excitado y extrasiado ¿Durante cuánto tiempo espero un enfrentamiento así? Iba a demostrarle a todos que el podía. Todo el puto mundo iba a saber quién era Lee Félix, un omega que orgullosamente le pateó el culo a cinco alfas.

El rubio sonrió, esquivando y haciendo fallido cada ataque que era proporcionado por el enorme cabezotas. Esto iba a ser fácil.

O bueno, eso pensó.

Ahogo una exclamación cuando el segundo alfa se hizo parte de la lucha, ese maldito bastardo.

-- ¡Es trampa! -- exclamaron algunas personas.

Félix cortó la pantorrilla del primer alfa mientras se protegía con el escudo del segundo, el primero calló al piso con un alarido que dejaba en evidencia su dolor. El omega vio como Changbin quiso acercarse pero fue detenido.

-- ¡Lo que no está prohibido está permitido! -- exclamó el gran rey -- ¿Esas no son las antiguas reglas? ¡El príncipe Félix eligió el enfrentamiento!

El rubio sintió la sangre hervir, sin piedad hizo caer su espada sobre el cuello del primer alfa para seguir con el brazo del segundo. Sostuvo su escudo con fuerza para golpear al segundo alfa que se distrajo momentáneamente con la herida en su brazo. Ambos cuerpos terminaron completamente el el piso, inertes.

Changbin se quedó estupefacto mirando la escena, Félix era ligero y rápido. Letal.

Los tres alfas ni siquiera esperaron turno alguno, ingresaron en la arena con sus espadas en alto. El peli azul quiso salir en su ayuda, pero fue detenido por Minho.

-- Si intervienes, el ejército que está ahí afuera va a acorralarnos, Félix es fuerte e inteligente.

Pero lo cierto era, que el omega empezaba a cansarse. Esquivaba los ataques con facilidad pero era difícil revertirselos a tres tipos con armaduras y más altos que él. El rubio sentía sus músculos pesados, estaba a nada de llorar debido a la frustración. Los tres alfas se abrieron, el omega sabía que querían corralarlo y no lo pensó dos segundos cuando tiró su escudo en dirección a uno de ellos, cuando esté intentó cubrirse su espada cortó el muslo y paso a estar detrás de él para terminar de clavar su espada en la nuca del alfa.

Levantó el metal poniéndose en guardia, los alfas que quedaban lo estaban analizando, esperando a su ataque para aniquilarlo pero él podía hacer esto todo el día y no iba a ceder.

El gran rey miraba todo desde su lugar, impaciente. Para su desgracia Lee Félix era más que un simple omega, el chico tenía sangre y coraje. Pero él no iba a esperar, definitivamente no. Tomó un arma de fuego de su túnica, iba a acabar con ese maldito y estúpido príncipe.

Jooheon se levantó de su lugar con el arma en mano, justo cuando la espada de Félix se clavó sobre el hombro del cuarto alfa y el quinto yacía en el piso con un importante corte en la pantorrilla apuntó en dirección al omega, sus hombres a su alrededor cuidando su espalda cuando su dedo se posó sobre el gatillo para tirar de él.

El disparo sonó por todo el lugar y lo siguiente se dió demasiado rápido.

Rey Omega  (Changlix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora