Después de unos días los cuatro chicos lograron pasar las dos semanas ahí, lo que implicaba cambiar las reglas y empezar a separar a los que eran amigos, a los que se hablaban había que separarlos y no se podrían hablar ¿porqué? porque asimismo como idearon un plan para robar el banco así podrían hacer un plan para poder abandonar el psiquiátrico, y cuando uno se escapaba lo ponían en busqueda de captura de inmediato y te aumentan el tiempo allí, cosa que nadie quería.. o tal vez si.
Borja miraba a su peluche con cariño, mientras movía las patas de felpa simulando como si estuviera bailando, era un niño por dentro y eso lo sabía muy bien
—Hola —se escuchó de repente en la habitación, Borja se sobresaltó al ver que un chico de barba se encontraba parado en la puerta de su habitación, le sonrió y dejó el muñeco a un lado — ¿te interrumpo?
—No, no —dijo y se sentó bien en su cama, con la espalda en el respaldar como debía ser— buenos días ¿cómo estás? —habló con ilusión, adoraba ver a Raúl entrando a su cuarto cada mañana, con la luz del sol pegándole en la cara, en su bella cara— ¿cómo dormiste? —preguntó
El de barba calló un momento, con una sonrisa en su rostro y adentrandose a su habitación, cada vez más le agradaba su paciente y sinceramente deseaba ser su amigo, pero las malditas reglas del loquero se lo prohibían, no podía ser su amigo, no podía decirle cosas de su vida personal, no podía darle más regalos y ver la sonrisa que tanto alegraba su día
—¿Y usted? —evitó responder de una forma directa
—Estoy bien, solo porque has venido a verme —se paró de su cama finalmente y poniendose las zapatillas que le habían dejado ahí
—Hoy será un día atareado ¿vale? hoy ehh.. —hizo una breve pausa mirando sus ojos con la sonrisa que acompañaba el rostro de Luzu, es como si se hubiera perdido en sus ojos por momentos— hoy empezaremos la primera parte de todo este tratamiento, sé que al principio todo eran pastillas y tal, pero hoy se cumplen las dos semanas —murmuró en voz baja— te vendrás conmigo a mi oficina y luego irás con otra persona que te ayudará a llevar lo que viene siendo tus trastornos, porque aquí yo solo seré tu psicólogo
—¿Solo mi psicólogo? ¿nada más? —preguntó cruzando sus brazos y procedió a hacer un puchero, causando cierta ternura en Raúl
—Tu psicólogo, soy tu psicólogo —suspiró con una sonrisa en su rostro, porque lograba identificar con facilidad los sentimientos de los demás, y la mirada de Borja explicaba muchas cosas— ven, vamos, quiero que luego te duches porque hace frío ahora
Mientras que a Raúl le causaba gracia cada cosa que hacía su paciente, Borja observaba con suma atención cada movimiento que hacía su amor platónico, lo examinaba poco a poco para saber como actuar con él, para saber cómo gustarle, cómo provocarlo. Caminaron en silencio hasta la linda oficina que tenía Raúl, una oficina llena de plantas y una gran variedad de libros en una estantería, tres sillones junto a una mesita de madera, que tenía una planta igualmente.
«Creo que le gustan las plantas..» pensó observando con atención la decorada oficina, llena de plantas.
—¿Te gustan las plantas? —preguntó, realmente sería una pregunta estupida considerando el lugar en el que se encontraba
—¡Si! ¿cómo supiste? —dijo de forma irónica, con una gran sonrisa en sus cuidados dientes
—Pues, tienes muchas plantas —mumuró en voz baja mientras que con la yema de sus dedos tocaba todo lo que alcanzaba con su mano— a mi igual me gustan las plantas —agregó mirandolo, Raúl solo le indicó donde sentarse ignorando su pregunta, era tierno en cierta parte, conocer a un chico que no solo pensara en salir de ahí ayudaba bastante
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ᵗᵒᵐᵒʳʳᵒʷ ⁱˢ ᵃⁿᵒᵗʰᵉʳ ᵈᵃʸ ; ʳᵘᵇᵉᵍᵉᵗᵗᵃ & ˡᵘᶻᵘᵖˡᵃʸ
FanfictionDonde ocurrían cosas extrañas y el amor fue inevitable para todos dentro del psiquiátrico de Madrid "-Mañana será otro día -murmuró Samuel" Y es que él amaba a la gente interesante, y Rubén era una de esas personas. Una banda desorganizada de ladron...