capítulo 07

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Descansaba mi cuerpo bajo el agua mientras cerraba mis ojos, siempre tenía que hacer eso mientras me duchaba, era imposible no hacerlo la verdad. Pensaba en qué tenía que hacer con Raúl, realmente lo quería conquistar, quisiera que se enamorara de mi, que tome mis manos cuando me sienta mal y me diga que me quiere, que me quiere mucho, porque realmente me gustaba, me gustaba mucho todo de él, su forma de andar, su risa, su amabilidad, y digamos que ese peluche no lo dejé pasar por alto, por algo me lo tuvo que haber regalado ¿verdad?

Acariciaba mi cuerpo quitándome cualquier rastro de espuma que pudo haber dejado el jabón, ya habían pasado cinco minutos y debía salir de la ducha, porque nadie podía demorarse más de siete. Finalmente salí de esta y puse una toalla en mi cintura como era costumbre para poder salir del baño, sequé bien todo mi cuerpo y procedía vestirme con calma, pero aún así no paraba de pensar en ese bello hombre.

Miré el techo y todo lo que se me venía a la cabeza era Raúl, joder que si lo quería, mucho, muchísimo. Me levanté y me senté en el escritorio, debía hacer algo, no podía pensar en él todo el puto día ¿cierto?

Ay Raúl, me tienes loco, y no te lo digo porque tengo mis razones, aunque cada día quiera comerte el morro aún no lo hago

Saqué el cigarro de mi bolsillo y lo prendí como cada mañana fuera del psiquiátrico, es que ya estaba harto de todo, de la presión de seguir con esta puta relación que tenía con Guillermo, de mi vida, de no ser lindo, de no ser un hombre afortunad...

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Saqué el cigarro de mi bolsillo y lo prendí como cada mañana fuera del psiquiátrico, es que ya estaba harto de todo, de la presión de seguir con esta puta relación que tenía con Guillermo, de mi vida, de no ser lindo, de no ser un hombre afortunado, a veces solo pensaba en poder tirarme un tiro y decirle adiós a todo el mundo, que se preocupen por mi, que todos digan mi nombre cuando se enteren y me quieran de vuelta. Di una calada al que era mi salvación y apoyé mi cabeza en el muro gris y tiré el humo al aire, estaba tan confundido, realmente ya no quería nada de nada

Al escuchar las ruedas que sonaban todos los días miré en frente, ahí pasó el mismo chico de todos los días, solo que ahora estaba solo, lo miré a los ojos y el puso su pie en la huella, frenando poco a poco, me miró a los ojos y tomó su patineta entre sus manos

—¿Qué es este sitio? —preguntó y metió una de sus manos en su bolsillo, tenía una voz dulce y suave, como si acabase de despertar

—Es un psiquiátrico —contesté manteniendome serio y con la mirada fija en sus ojos, aquél chico llevaba una leve sonrisa en su rostro, como si se estuviera burlando de mi, pero sabía que no era así

—Ah, vale, vale.. —dijo por fin desviando su mirada de mi, parecía que realmente llevaba días planeando hablarme— ¿cómo te llamas?

—Me llamo Samuel —le sonreí levemente y tiré un poco del humo del cigarro en su rostro— ¿y tú?

—Miguel, soy miguel —dijo en voz baja y me dedicó una cálida sonrisa

La verdad es que todo estaba siendo demasiado extraño en ese momento, nunca esperé hablar con un chico tal vez diez años menor que yo, en la calle. Su cabello era café y llevaba lentes, sinceramente a mi parecer parecía un chico demasiado tierno, no debería estar andando en patineta, debería estar haciendo un picnic con su mejor amigo.

ᵗᵒᵐᵒʳʳᵒʷ ⁱˢ ᵃⁿᵒᵗʰᵉʳ ᵈᵃʸ ; ʳᵘᵇᵉᵍᵉᵗᵗᵃ & ˡᵘᶻᵘᵖˡᵃʸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora