¿"Pubertad"?

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Hiro empezaba a pensar que el peor error que había cometido en su vida fue pedirle a Tadashi que fuera por él el día que se separó de Plasma. Lo animaban, lo apoyaban, le decían que fue lo correcto, pero... es que... era tan difícil de creer cuando veía cómo su vida regresaba a ser la que era antes de conocerla a ella.

Acortaron su horario de salida y le pusieron un un toque de queda, "por seguridad". Titubeaban al ofrecerle explicaciones de su situación, sin saber si iba a ayudarlo o a empeorar las cosas. Lo aislaron del resto del club de robótica porque no sabían si uno de sus compañeros podría ayudarle a tener contacto con Plasma, y Tadashi volvió a enseñarle su aburrida robótica para bebés en casa (las botitas voladoras que le hizo a Mochi fueron lo más interesante que logró). La escuela lanzó un comunicado contra el bullying y la pedofilia que lo pusieron incómodo porque sabía muy bien que la razón era él, las chicas lo trataban como si fuera de cristal, y los chicos lo evitaban por temor a regarla. La terapeuta escolar no hacía más que preguntarle "¿y eso cómo te hace sentir?" en un ambiente donde Hiro sentía que estaba presionado a hablar con una desconocida con quien ni siquiera quería hablar en primer lugar.

Es decir... quizá era su imaginación pero... todas éstas cosas que eran para ayudarlo y que eran por su seguridad... se sentían más como... un castigo.

Sentía que estaba pagando con su libertad y su dignidad un crimen que él no había cometido, si no del que había sido víctima, mientras que Plasma simplemente se había... ¿cambiado de escuela?

Era horrible de pensarlo, la verdad. Quizá lo estaba viendo del modo equivocado, no sabía. Tal vez sólo era su imaginación o parte del proceso de sanar, porque le dijeron que en realidad gran parte del cambio estaba en él, pero que no desesperara porque poco a poco iría olvidándola y aprendiendo a vivir con ello. Que el tiempo iría sanando la herida, que con apoyo saldría adelante.

Quería creerlo, pero... aún dudaba.

Daba miedo saber lo cerca que estuvo a ser víctima de acoso sexual, bullying, y abuso de poder, y también era tan... irreal, porque el cómo Plasma lo había tratado no se había sentido así... sí, le pedía cosas raras para su edad, pero era sólo porque era grande y podía con ellas... o eso pensaba él... pero le decían que no... pero luego lo trataban así y...

Seguía dándole vueltas la cabeza.

¿No lo habría imaginado? ¿O era porque le ponía nervioso saber que la única gente interesada en tratarlo como a un "niño grande" era gente que buscaba aprovecharse de su falta de experiencia? ¿Qué podía y no podía decidir a su edad? ¿Cuándo se consideraba que no podía defenderse solo? Y sobre todo, si Plasma había sido la mala, ¿por qué era él quien tenía que cambiar su vida? ¿Era ésta una de esas cosas que los adultos le decían que no iba a entender?

Cumplió doce años, pasó Navidad, año nuevo... Y lejos de olvidarla, la extrañaba cada día más.

No sabía si estaba distorsionando los recuerdos negativos que tenía de ella en favor de los positivos, o si todo el mundo exageraba sobre cómo ella lo había tratado y sólo la odiaban y la perseguían "porque sí" (como ella le había dicho en alguna ocasión y la verdad ahora empezaba a creerle), pero la verdad era que conforme su situación se volvía más asfixiante y confusa, y como el tiempo sólo iba borrando las preguntas y recuerdos desagradables relativos a ella para reemplazarlos con éstas nuevas preguntas y recuerdos desagradables en su presente, era más fácil anhelar su presencia en lugar de repudiarla.

Recordaba cómo le llevaba a dar una vuelta por la ciudad en su motocicleta por la noche, en medio de las luces chispeantes de la ciudad. Que podía acelerar cuando no había tráfico y Hiro podía gritar de emoción y felicidad con el corazón a mil latidos por minuto cuando se abrazaba a ella y sentía su calor y su leve aroma a cigarro y perfume de mujer joven. Cuando le llevaba al callejón de la suerte y lo dejaba probar por sí mismo su verdadera valía, aniquilando a adolescentes y adultos de ego hinchado que eran tres veces su tamaño y su peso en batalla.

No RomoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora