Un pelinegro confundido se encontraba acostado en su cama, ¿fue un sueño? era la pregunta que se encontraba dando vueltas en su cabeza desde que desperto.
No quería que fuera un sueño, el anhelaba tener el cariño del peliblanco.
Un movimiento lo sacó de sus pensamientos, lo que creyó en un principio que era un montón del almohadas, resultó ser nada más y nada menos que su bello principe. Su pregunta anterior desapareció con su presencia, no había sido un sueño.
La noche anterior fue la más mágica para los dos y ninguno quería despedirse de la compañía del otro, al final decidieron dormir juntos. Vegetta suspiró aliviado al saber que las almohadas que abrazaba eran en realidad el cálido cuerpo de su amado.
Rubén empezó a removerse en los brazos de Samuel, el ojimorado al notar esto volvió a cerrar sus ojos fingiendo estar dormido, por otro lado el menor se había dado la vuelta quedando cara a cara con el mayor.
El chico solo se dedicó a observarlo detalladamente, tenía al hombre más guapo del mundo frente a sus ojos, no pudo resistirse a tocar ese bello rostro, posó su mano dulcemente en su mejilla para después recorrer el resto de su cara.
Analizaba cada facción del mayor, sus largas y gruesas pestañas negras, sus hermosas y suaves mejillas algo rojizas, su perfecta y bien proporcionada nariz, antes de llegar a, lo que para el era la mejor parte, subió su mano hasta los despeinados cabellos negros del contrario, era algo nuevo para el verlo así, nunca lo había visto sin su distintivo peinado, soltó unas pequeñas risas al pensar en cómo ese bello y tranquilo hombre a su lado podía transformarse en un horrible ogro enfurecido cuando le explotaban la puerta de su entrada.
Volvió a bajar su mano y está vez la posó sobre los labios, unos hermosos y seductores, tan sólo de verlos de le antojaron, con sus dedos reviso suavemente cada rincón de esos labios, estaba tan concentrado que no noto cuando esos bellos ojos morados se abrieron.
Vegetta sentía cada acción del menor e intentaba no reaccionar con risas ante sus movimientos, cuando llego a sus labios abrió los ojos y miró al menor, tomó su mano a la beso.
Vegetta: -Buenos días hermoso *sonrío para el contrario* si tanto te gustan mis labios ¿por qué no pides un beso?
Rubius: -Si estabas despierto me lo hubieras dicho y lo hacía
Ambos soltaron risas para después dedicarse miradas y darse mimos.
Sin duda alguna el primero de muchos amaneceres juntos.
¿Capitulo corto? Lo sé
Pero creo que así está bien, hoy me llego la inspiración y dije
¿por qué no?, es como una escena especial, no es muy significativa para la historia pero... ahí estáNotas:
Creo que hoy no hay
Próximo capitulo:
Un poco de Wigetta
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NUESTRA HISTORIA DE AMOR ♡~RUBEGETA ~♡
Fiksi PenggemarYo estaba en el trabajo, recuerdo que había pocos clientes en el bar esa noche así que sería aburrido, la puerta se abrió, y yo, con una gran sonrisa te di la bienvenida, pero al mirarte sentí como la noche se volvía hermosa. Una historia Rubegeta l...