No soy una persona que se anda con rodeos al accionar y mucho menos me gusta perder el tiempo en estupideces, especialmente cuando de organizar un atraco se trata. Por eso me hallaba un poco cabreada ante tal situación: Tenía de un lado a Demián, quien asesinaba con la mirada tanto a Mark como a mi. Posiblemente preguntándose porque estaba él junto a mí en una reunión de la División. Y por el otro lado tenía a Mark mirando a Demián con altanería, retándolo.
Después de pasar casi toda la noche con Mark hablando sobre sus funciones en el gobierno, decidí que él debía estar en la reunión, pues poseía información que nosotros carecíamos. Pero al parecer Demián no se lo tomó de la mejor manera. El ambiente era tenso. Tanto que los otros chicos lo notaron, pues intercambiaban miradas preocupadas entre ellos.
- ¿Qué hace él aquí? – preguntó mi fornido amigo con los dientes apretados.
- Mark trabajaba para el gobierno Demián, conoce los movimientos que ellos usan para el traslado de esta mercancía, es útil para el atraco – respondí calmadamente pero sin quitar el timbre autoritario.
- Además que conozco sus tácticas internas, externas, sus contactos y las rutas que usan – añadió Mark con suficiencia.
No hubo respuesta, sólo silencio. Observé a Demián por el rabillo del ojo y llegué a notar que tensaba la mandíbula.
- Genial – dijo sin ánimos mientras tomaba asiento a mi lado. Dándose por vencido.
- Bien, comencemos – anuncié.
- Ok - Mark se dirigió a la pizarra en frente de nosotros al final de la gran mesa ovalada – El traslado de la mercancía se hace en la frontera con Brasil – comentó, cosa que no nos sorprendió pues esa información estaba en el informe que dejó KJ, el cual mantenía frente a mi en ese momento.
Mark tomó un marcador de color negro del marco del pizarrón y trazó una línea a lo largo de éste, dividiéndolo en dos partes.
- Supongamos que está es la frontera - señaló la línea - Los federales usualmente esperan justo a un lado de esta a las personas x que traen sus "regalos".
- Explica eso – habló Carlos mientras miraba fijo la pizarra sin entender.
- El traslado se hace exactamente en la frontera. Ambas partes se mantienen en su lado límite, sin cruzar esa fina línea que divide los dos países. Una vez la mercancía llega, se las trasladan caja por caja. Es un movimiento, en mi opinión, estúpido, pero no le quita lo minucioso. Además las reglas que mandan de la gobernación son bastante rigurosas. Pero todo este movimiento tiene una razón – Mark analizó las expresiones de su público antes de añadir – Evitar pagar aduana.
Si Carlos hubiera estado bebiendo algo, estoy segura de que lo hubiera esculpido. Su cara era un poema del desentendimiento.
- Son el gobierno – dijo Byron con algo de obviedad - ¿Por qué evitarían eso?
- Recuerda que la aduana es un ente que sirve a la ciudadanía – respondí - Completamente independiente del gobierno. Si ellos llegaran a enterarse de estos movimientos, todo el sistema se vendrían abajo – culminé mientras me acomodaba en el asiento.
- Todos saben que la aduana es como la tía ebria del cumpleaños. Suelta todos los chismes – habló por primera vez Lens.
El comentario hizo que todos nos soltáramos en risas.
- Exacto, el gobierno hace todo lo posible para evitar a la aduana en sus movimientos – explicó Mark.
- Osea que es un trabajo ilegal – comentó esta vez Byron.