22 de mayo de 2020

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Hola Caballero B,

Sinceramente no entiendo por qué no puedo dejar de pensar en ti. Creí que ya había pasado todo ese torbellino dentro de mí. ¿Por qué no me hablaste antes? ¡Oh, Dios! Si tan solo me hubieses hablado unos días antes todo hubiese sido perfecto. Talvez hubiésemos tenido otra oportunidad, pero el destino siempre lo arruina todo. Y además, ¿Para qué me hablaste? ¿Por qué no ignoraste esa carta muchos años más? Ahora viviré contigo en mi mente por más tiempo y ya no quiero hacerlo, todo esto me tortura, siento que me estoy ahogando de verdad y quisiera irme de mi propia mente durante mucho tiempo.

Quiero saber cómo estás, si eres feliz, si encontraste lo que buscabas. Yo aún no lo encuentro, y lo único que busco es paz. Necesito paz, y aquí, con todo el tiempo disponible para pensar, no lo puedo conseguir. Te extraño. Mucho. Más de lo que yo quisiera. A veces estoy a punto de llamarte y luego recuerdo que hacerlo sería una insensatez de mi parte, ¿qué sentido tendría llamarte, qué te diría? Me quedaría muda, creo que colgaría al primer timbre y luego me sentiría miserable cien años más. Ya casi son dos meses desde que te escribí y aún pienso en ti. Creí que talvez con esa carta ya no me sentiría tan agobiada.

Perdón por no haber sido más valiente. Lo único que hago es ver una foto tuya que me robé, y si no la veo me la paso imaginándote, recordándote, tratando a toda costa que el sonido de tu voz no se desvanezca de mi memoria. Y que curioso todo esto, porque casi estoy segura que tú no piensas muy a menudo en mi. Y si lo haces nunca lo sabré. Sé que estoy siendo cobarde pero, no sé si mi valentía talvez sea imprudente. Está claro que no signifiqué para ti lo que yo quisiera y no sé cómo hacer para que tú ya no signifiques tanto.

No te escribo para que me contestes, más bien te escribo porque tengo tantas cosas que decirte y siempre se me ha facilitado más decir las cosas escribiendo. No tienes que entender todo lo que digo, ya que a menudo ni siquiera sé si lo que siento lo estoy expresando correctamente. Hace mucho que no escribía cartas, son tan bellas, ¿no lo crees? Ojalá alguna vez me escribieras, no para contestar lo que te digo en las mías, pero sí para contarme algo que sientas que no puedes contarle a nadie más.

Eres una persona maravillosa, con errores como todos los demás, como yo; pero tienes un corazón enorme y quién descubra eso será muy afortunada. Quiérete mucho y ama como si nunca te hubieran lastimado.

No sé porqué sigo diciéndote estás cosas, está claro que las tienes muy presentes, pero quiero que seas feliz, mucho, muy muy maravillosamente feliz.

Creo que esto de escribir me pone muy expresiva. De verdad espero que tengas paz en tu corazón, creo que alguna vez la tuve y por eso la extraño tanto; se asemeja mucho al sentimiento que tengo cuando te escribo. Quizá cuando sienta que te he dicho todo y dejé de escribir, el sentimiento se quede para siempre, o tal vez te escriba mucho tiempo para sentir de cerca esa paz.

Era magnífico hablar contigo, es una de las cosas que más extraño, el que me escucharas y comprendieras; no con cualquier persona puedes tener eso, al menos no yo, pero contigo era diferente, era como si las palabras no pudieran dejar de fluir, como si pudiera decirte lo más loco y aún así tú lo entendieras, quizás estoy equivocada , ya que sobre mi carta anterior dijiste que no entendiste muchas cosas, No sé qué no entendiste uno quise preguntar porque tenía miedo de removerlo todo.

Con cariño, Patty.

(Una carta que no se terminó de escribir)

Cartas Jamás enviadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora