1 de agosto de 2020

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Hola Caballero B,

Es curioso como a veces la vida parece tan fácil y otras tan difícil, como si un momento creyeras tener todas las respuestas y todo el ánimo del mundo y al segundo siguiente una sombra de miedo y duda te cubriera por completo.

¿Has tenido esa sensación? Esa de sentir tener todo y al instante no tener nada. Sentir como todo se va de tus manos... Necesito recuperar la seguridad, me hace mucha falta... Se que puedo hacer muchas cosas pero esa sombra de miedo y duda me cubre todo el tiempo y se siente tan helada que todo el tiempo estoy temblando, la ansiedad se apodera de mí y siento como recorre mi cuerpo.
Espero que nunca te sientas así Caballero B.

Por lo demás, creo que estoy bien, a veces la soledad es horrible pero otras no está tan mal, y escribirte me calma tanto, siento como si tomara tu mano y ya todo estuviera bien.

Espero que tú estés bien, que tengas un trabajo o algo en qué matar el tiempo y no pienses cosas locas como yo. Bueno, al menos tu tienes a M, que te acompaña en tu camino; cuán afortunada es (ojalá yo fuera tan afortunada), y espero que seas afortunado tu también. Te juro que me encantaría volver a ver tu sonrisa, escuchar tu voz, muero por sentirte cerca, aunque con el pasar de los días cada vez es menos posible.

En mi mente se rebobina una y otra vez nuestros momentos juntos, en la cafetería, entre los pasillos del almacén, cuando inventaba casualidades para ir al pasillo donde estabas, cantar para llamar tu atención, y mirarte a escondidas, cuando comprabas una soda para los dos, llegabas de sorpresa y te sentabas a mi lado. Siento otra vez esa cosquilla en el estómago, mis mariposas revoloteando de felicidad... Ojalá esos momentos se volvieran perpetuos, pero están lejos de volver a suceder.

Extraño verte caminar tan tranquilo, tan descuidado y confiado del siguiente paso que ibas a dar, aunque en tu mente también hubiera un huracán, quisiera haber podido leer tus pensamientos cuando me mirabas, cuando hablabamos, cuando me sonreías... Te extraño, mucho. ¿Alguna vez dejaré de hacerlo? Olvidarme de ti como me has olvidado tú.

Pero no quiero, no todavía, porque tengo esperanza, no sé porqué. Quizá no debería tenerla porque ¿es que acaso me serviría de algo? No lo sé, pero quiero averiguar.

En mi cabeza sigo planteando escenarios a veces tan locos, en los que tú y yo nos volvemos a encontrar y tengo que fingir que no quiero saltar y saltar de alegría al verte... Pero sabes, cuando vuelva a verte no voy a fingir que no me importa, voy a demostrar lo feliz que me hace verte aunque tú no te sientas igual.

Ojalá que tus ojos brillen igual que los míos.

Con cariño, Patty.

Cartas Jamás enviadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora