17 de enero de 2021

5 0 0
                                    

Hola Caballero B,

Hoy he soñado contigo, y fue muy gracioso, hermoso e irreal.

Lo chistoso es que estábamos en preparatoria, como un primer día de clases. Nos veíamos de lejos y nos gustábamos mucho desde el principio, tratamos de volvernos a encontrar pero por alguna u otra razón no podíamos; hasta que al fin nos topamos y nos presentamos e intercambiamos números, y nos hicimos novios. Por qué solo podemos ser novios en mis sueños?

Lo mejor del sueño es que pude besarte, nunca había soñado que nos dábamos un beso como ese, y no fue el único. En mi sueño pude tener esa fortuna muchas veces y los dos estábamos muy felices y emocionados. Me ponía nerviosa el como me mirabas tan coquetamente. Incluso mientras escribo esto me sonrojo y me siento como una ridícula adolescente. Fui tan feliz que cuando desperté quería volver a dormir para poder volver a estar en tus brazos. Mi corazón latía tan fuerte, las ganas de saltar de felicidad eran inmensas y la cara me dolía de tanto sonreír.

Ahora que me encuentro en la triste realidad, una realidad en la que no estás conmigo, siento un vacío inmenso y lo que me hace sonreír es recordar ese sueño y abrazar el recuerdo tan fuerte para que no se vaya, lo escribo para que no se desvanezca y puedas saber algún día que hay alguien aquí que sueña contigo...

No puedo creer como tu esencia era la misma, y no he olvidado cada parte de ti, tu rostro, tu voz,  tú energía y calidez, como un hogar, un hogar que no puede ser mío.

Abrazarte fue tan hermoso como lo fue la última vez que nos vimos. Hace ya casi un año de ese abrazo en el que te dejé mi alma y mi corazón, espero que lo recuerdes y lo tengas tan presente como yo. Cuánto daría porque los abrazos que te doy ahora no fueran solo un sueño y fueran reales como el último que te dí.

Será que algún día el destino nos vuelva a conectar? Porque espero con ansias ese día, la ilusión de verte una vez sigue ahí, no muere aunque a veces logro que me deje descansar un poco para no morir de decepción.

Con cariño, Patty.

Cartas Jamás enviadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora