Diana:
Tomé mi cabello largo color castaño en una coleta alta y mis ojos se postraron en "Sueño de una noche de verano" de William Shakespeare.
-Te seguiré, y de mi infierno haré un cielo si el que va a darme la muerte es quien tanto yo quiero- ¿Acaso no es una de las frases más maravillosas que hayan leído?
Mi nombre es Diana Payne, tengo tan solo diecisiete años de edad, mi pasatiempo favorito sin duda es sentarme a la orilla de mi cama a leer un buen libro que mi abuelo me prestara.
Mi abuelo es la única persona que me ha acompañado estos últimos doce años de mi corta vida, mi madre falleció cuando tenía tan solo cuatro años de edad, enfermó de cáncer en la cabeza y no pudieron hacer nada al respecto. Mi padre por otro lado carcomió la tristeza de no tener al amor de su vida cerca y tuvo un accidente automovilístico dos años después.
Mi abuelo Barclay Payne, hasta su nombre sonaba tan elegante para mis oídos, es lo único que tengo, hace unos días tuvo un ataque y no podía respirar. La verdad es que me asusté demasiado, porque vivimos en un pueblo tan chico que a veces es difícil encontrar un buen doctor.
El doctor que le había llevado el seguimiento toda su vida nos recomendó un neumologo, el único problema es que se encuentra en la ciudad de Nueva York muy lejos de aquí, mi problema no era mudarme de este pueblo, no tenía ningún amigo, pero la idea de una nueva vida me aterraba bastante y el no tener suficientemente recursos económicos para vivir.
Y ahora aquí nos encontramos, en el hospital de Nueva York, él recostado en su habitación de hospital y yo sentada en la sala de espera dejándolo descansar, mientras les cuento un poco sobre mi, llevamos tan solo 3 días en esta ciudad y mi conocimiento era nulo.
Mi curiosidad por conocer era enorme, pero no podía dejarlo solo, espero esto de estar aquí sea solo por un tiempo, mi abuelo había rentado un departamento no tan ostentoso para los dos y estaba emocionada, pero primero los doctores tienen que darlo de alta.
Mi vista panorámica estos últimos días son los mismos doctores pasando una y otra vez, las enfermeras conviviendo unas con otras y la misma secretaria regalando una amable sonrisa cada vez que nuestras miradas se cruzan.
Espero con las fuerzas de mi corazón que la ciudad que nunca duerme sea una gran aventura.
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El Día Que Conocí A Diana Payne
Teen FictionDiana Payne tiene tatuada las ganas de vivir en sus clavículas y de aventurarse por el mundo en el pecho. Cuando su abuelo enferma de gravedad es obligada a mudarse a la gran ciudad de Nueva York o como ella la llama la cuidad que nunca duerme. Cuid...