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DIANA:

-¿Abuelo?-

Sus ojos me miraron preocupados, mientras me ayudaba a ponerme de pie, al instante mis ojos se llenaron de agua, pero no era tristeza sino felicidad por saber que mi abuelo estaba bien y estaba frente a mí para poder darle un eterno abrazo, mi mejilla ardía cada vez más pero algo dentro de mi género que olvidara todo, Eliza y sus amigas, Lucas, todos los que nos rodeaban. Solo podía pensar en la sensación que generaba mi pecho, de pronto una calidez extraña y indescriptible, como si ese momento sea trascendental.

-!Elizabeth¡- exclamó la directora Collins, que salía de su oficina en par, un grito que hizo salir de mis sueños y que retumbó en las paredes, haciendo que todos voltearamos la vista hacía ella. Eliza retrocedió un paso atrás pálida de miedo. -¿Cómo te atreves?-

-Señorita Collins, yo puedo explicarle... Diana estaba y yo...-

-Tu empezaste Eliza- Lucas la paró en seco.

Sabía que lo que vendría sería terrible y por su cara de horror supe que ella también, era más como si pudiera mearse en los pantalones en el preciso momento. Sus amigas habían corrido en las escaleras dejándola sola. Me inundó de lastima.

-No quiero explicaciones. Esa actitud es detestable para una niña- sabía que se estaba conteniendo porque mi abuelo estaba frente a nosotros, Lucas solo la miró con lastima al igual que yo, ella había visto cómo golpeaba a muchachas por acciones mucho menos graves. -A tu habitación ¡Ahora! ya hablaremos después- 

-Hora de irnos pequeña saltamontes- 

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Lucas me miraba confundido, sus ojos se llenaban de tristeza, por la noticia que tenía que marcharme. Yo estaba feliz pero tengo que admitir que conocer a este chico fue una de las mejores cosas que me paso, dejarlo solo en este lugar es demasiado decepcionaste. Por un momento me imagine llevándolo con nosotros, para poder tener nuestras pláticas hasta que el sol desaparezca...Pero eso era imposible por nuestra situación económica.

Sus brazos rodearon mi cuerpo formando un abrazo, nos encontramos en el jardín de la entrada del orfanato, sus manos apretaron mi cintura con fuerza, él no quería que me fuera y yo tampoco quería que me soltara. -Prometo que pronto nos veremos- Susurró en mi oído mientras lo abracé con mayor fuerza. Por un momento retiró el abrazo y sacó lo que parecía una pequeña pulsera de su pantalón.

-Esto es para que no me olvides de aquí a que te vuelva a ver ¿Si?- Me colocó una pulsera color dorada en mi muñeca, era tan hermosa, jamás había tenido una pertenencia de valor conmigo y sin duda esto lo hacía tan especial. Una pequeña lagrima salio de mi ojos.

-Es la cosa más hermosa que alguien me a regalado pero, yo no tengo nada- Dije avergonzada, me sentía como en una película dramática, como si Lucas se tuviera que ir a una embarcación por un largo tiempo y no sabría si lo volvería a ver.

-Ya me darás algo cuando te vea de nuevo, por lo pronto con saber que estarás bien me conformo-  

Nos abrazamos por última vez -Te lo prometo- Sin más que decir, tomé mis cosas y  me dirigí a el Taxi el cual nos esperaba a mi abuelo y a mi. Muy caballeroso me abrió la puerta y entré. Ver como el rostro de Lucas se alejaba de la ventana izquierda, sin duda era una sensación horrible, puedo decir que este chico es el primer amigo sincero que he tenido en la vida, espero que este bien y siga su sueño de ser modista, estoy segura que llegará bastante lejos y espero con las fuerzas de mi corazón estar presente para verlo.

-Te prometo que no volverás a pasar esto por mi culpa- Mi abuelo tomó mi mano arrepentido -Salí del hospital hace varios días, la idea de saber que la estabas pasando mal hizo que me recuperara, el Dr.Osvald me contó lo que había pasado...Pero ahora todo será diferente, conseguí un nuevo lugar para vivir, no es muy grande o caro, pero nos queda para poder pagar tu nueva escuela- Tosió- Tengo que quedarme aquí hasta que el doctor me dé de alta por completo-

-Tranquilo, ya te pareces a mi cuando hablo mucho, lo entiendo y no vuelvas a decir que enfermarse es culpa tuya, todo es culpa del bocón de la cafetería- Cada vez que me acordaba de Ethan un fuego recorría mi cuerpo, más porque me acuerdo de sus mensajes diarios pidiéndome perdón ¿Cómo se le ocurre que lo perdonaré después de romper una promesa? -Haremos todo para que estes bien abuelo-

Durante todo el camino a nuestro hogar, me sentí como cenicienta llegando al baile en su carruaje, aunque el auto no era un carruaje exactamente. Y no iba a un baile exactamente sino a un nuevo departamento, como mi abuelo también me respondió las casi cinco veces que le pedí que lo dijera en voz alta, para estar segura que todo era real.

Una punzada de tristeza me invadió al pensar en Lucas, pero fue en cuanto abandonamos las calles concurridas llenas de cafeterías, casas y tiendas para entrar a uno de los puentes de esta ciudad, me perdí por un momento en las luces, como las que había visto con el odioso de Ethan. Estas eran muchas, todas de distintos tamaños, formas y hasta podría jurar que distintas tonalidades. Me sentía en un baile lleno de luces y hermosas jovenes de vestidos blancos danzando al viento.

 Al notar que me había callado después de haber hablado de toda mi estadía en el orfanato durante el viaje, mi abuelo me miró con los ojos entrecerrados. -Sospecho debes sentirte muy cansada- dijo rompiendo el silencio. -Estamos cerca-

Volví de mi ensueño con un suspiro y lo mire con los ojos soñolientos-¿Esa avenida que pasamos como se llama?-

-Bueno supongo que hablas del Time Square- Dijo mi abuelo después de una profunda reflexión. -Es un sitio muy bonito- 

-¿Bonito? Oh bonito no me parece la palabra adecuada, ni tampoco hermoso. No es suficiente, jamás había visto tantas luces y personas juntas. Es la primera vez que no veo algo que no es mejorado por mi imaginación. -Puse la mano sobre mi pecho-  me hizo sentir dolor y sin embargo era placentero, cada vez que veo algo hermoso siento ese mismo tipo de dolor-

El taxista río sin apartar la vista de la calle.

-Supongo que todo esto es hermoso cuando vives en un pequeño pueblo en concreto sí-

Asentí. -Creo que la gente que tiene esto toda su vida junto a su hogar, podría ser feliz para siempre-

-Mañana irás a la escuela temprano- Dijo emocionado.

Arque una ceja, se me olvidaba por completo que mi abuelo me había inscrito a una escuela. -Puedo preguntar ¿De dónde sacamos el dinero?- 

-Hable con la directora, le mostré tus calificaciones pasadas y quedó impresionada, tanto que quiso regalar una beca del 70%- Mi abuelo me regalo una sonrisa de oreja a oreja.

Me sentía especial, mi promedio era de 9.5, la verdad era que siempre le dedique mucho tiempo a mis estudios y me daba gusto poder ayudar de esa manera a el abuelo por mi esfuerzo.

-Hemos llegado saltamontes- Mi abuelo sacó un billete y se lo dio al Taxista con una sonrisa amable. Baje y mire el edificio color blanco frente a mí, tengo que admitir que no era el lugar más bonito, pero sin duda era mucho mejor que el otro, en una sona que irradiaba tranquilidad.

Aunque mi abuelo me preguntaba algo, yo solo podía ver el edificio blanco, rodeada de un pequeño jardín verde. Pensé en todas las casas que veía, y considerando que este lugar era más pequeño que muchos, sin duda lo sentí el más hermoso de todos. Me inundó la misma sensación que evocó en mí el ver a mi abuelo de nuevo, como si un manto de brillo me cogiera.

Me pellizque otra vez la mano para despertar, pero no era un sueño estaba en mi nuevo hogar.


El Día Que Conocí A Diana PayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora