DIANA
-Si los amantes encontraban siempre inconvenientes será porque es ley del destino-
Es una locura ¿Cómo es que el amor suele ser tan complicado? A veces entra una pequeña pregunta a mi mente ¿Cómo será tener una pareja? Pero luego leo este libro y sinceramente se me quita un poco, Hermina está comprometida con Demetrio, pero está enamorada de Lisandro y no puede casarse con él porque su padre no lo acepta.
Me encuentro en la sala del hospital, leyendo el mismo libro, esperando que el Doctor Osvald le termine de dar sus medicamentos a mi abuelo, una sala con colores completamente apagados, los hospitales definitivamente no son mi lugar favorito y supongo que el de ninguna persona, excepto por los doctores y enfermeros, ellos se ven que disfrutan su trabajo y claro que no es un trabajo fácil, salvar la vida de una persona tiene su chiste.
Volteo al frente y la misma chica del mostrador me regala una sonrisa, esta vez viene vestida con una blusa abotonada color lila, una falda color negra que dejaba mostrar sus tobillos perfectos y una coleta alta.
Yo por otro lado, solo uso una ombliguera corta lisa color blanco, unos jeans y unos tenis, mi cabello castaño en un chongo y no llevaba maquillaje. No he tenido tiempo para arreglarme últimamente, para ser específica desde que nos mudamos a esta ciudad.
Escucho al Dr.Osvald salir de la habitación, dándole la orden al enfermero de estar al pendiente de los medicamentos del paciente del cuarto 305. Me levanté para poder entrar con el abuelo y me detuvo.
-El se encuentra mucho mejor, solo me tengo que asegurar de que no le vaya a dar algún otro tipo de ataque, necesitamos tenerlo unos cuantos días más en observación, espero no sean muchos y que pueden ir pronto a su hogar- Él tomó mi hombro dándome ánimos y sonreí.
-Gracias doctor-
Entré a la habitación color beige, mi abuelo un señor mayor, tez blanca, ojos color marrón, nariz gruesa y un poco robusto, está viendo el televisor, le encanta poner el canal de "Discovery home and health".
-¿Otra vez no le gusto el vestido a la novia?- Pregunté, haciendo referencia a uno de los programas.
-Las mujeres son complicadas- Contestó un poco burlón.
-Sino lo fuéramos, no seriamos interesantes ¿No lo crees?- Me recoste a su lado para poder abrazarlo.
-¿Desayunaste? ¿O me harás mandarte a la cafetería de nuevo?- Preguntó.
-Regreso en un instante- Di un pequeño brinco para bajar de su cama.
-Cuidado con el suero pequeña saltamontes- Quitó su brazo para no dañarlo.
Salí de la habitación y me dirigí a la cafetería del hospital.
Miro la fila enorme que se está haciendo en la cafetería, en este momento caigo en cuenta ¿Cuántos enfermos no habría en este lugar? ¿Cuánta gente sin los suficientes recursos? Es triste, como la enfermedad de mi abuelo ya no la cubre el seguro y tiene que atenderse en hospital público.
Decidí que sería mejor idea pedir algo a domicilio.
Una persona se me atraviesa de la nada, y logró correr mi cuerpo hacía atrás y todo lo que contenía el vaso caliente se derrama por el piso ensuciando mis tenis. -Pero...
-Lo lamento señorita- La cara de preocupación de la joven me logra dar un poco de ternura, decidí tapar mi boca con mi mano para asustarla más, y así pasó -Estaba distraída con el idiota de amigo y cuando iba a frenarme ya estaba el chocolate en suelo-.
Un chico estatura promedio, ojos claros, nariz respingada, cabello completamente alborotado, con el uniforme de la cafetería se detiene a ayudar a la chica. El chico comienza a limpiar mi tenis con esmero, pero lo detuve.
-No se preocupen, yo también venía un poco distraída y tampoco de te vi, de verdad está bien- Me dirigí a la chica de cabello negro, corto pero realmente hermoso.
El chico se levantó del piso, mientras que su hermosa amiga se mordía el labio para aguantar la risa.
-¿Segura estas bien?- El chico el cual es atractivo, hizo contacto visual conmigo y agache mi mirada.
-Si- Respondimos las dos a omiso, a lo cual yo reí, ya que no sabía a quién le había preguntado.
-Te puedo ofrecer líquido especial para que los limpies, el que usamos cuando nos manchamos por trabajar, ese es muy efectivo y no te cobraré nada- La chica aún seguía arrepentida.
Moví mis manos en señal de que estaba bien.
-No te preocupes, a todos nos puede llegar a pasar, llegando a mi departamento los limpio y asunto arreglado. Le regale una sonrisa y note que el chico no dejaba de mirarme.
-Gracias, que amable es usted- El chico me regaló una sonrisa.
-Gracias de verdad, debemos volver a trabajar ¿No Ethan?- La chica forzó su mirada como si estuviera tratando de hacerle una seña a su amigo.
-Si, hasta luego ¿Cómo te..- El chico alzó su mano para preguntarme algo pero una persona en el mostrador lo interrumpió.
-¡No me hagan hacerlos quedar dos horas extras por platicar!- Una señora los regaño y estos se fueron corriendo.
Me volteo para volver a verlos, los dos volvieron a sus actividades y yo seguí con la idea de buscar algún lugar cercano para desayunar.
La ciudad es un monstruo, no debo irme tan lejos para no perderme, cuando le den la alta a mi abuelo será otra historia, logró ver como algunas personas me miran de arriba a abajo y logran ver mis tenis, que de ser blancos, pasaron a tener unas cuantas manchas color café claro.
Saqué mi teléfono y me coloqué los audífonos, después de los libros, la música es mi mejor amigo, comienza a sonar la canción "Let Me Down Slowly" de Alec Benjamin, mientras caminaba por las calles, observaba a las personas y era impresionante como cada una de ellas, tiene diferentes formas de vivir, diferentes secretos y una historia por contar.
Algunas personas peores que otras, me refiero a los diferentes tipos de personalidades, existen personas amables como los chicos de la cafetería, al igual que existen personas como "Nora Brown" , una chica de mi antiguo pueblo, que iba en mi salón, su pasatiempo favorito era hacerme la vida imposible, dice que mi apellido es horrible y prácticamente me tenían que excluir por no tener padres.
Pero eso ya no importa, no es bueno gastar tu tiempo pensando en personas que ya quedaron en el pasado, justo en este momento mi mirada se centra en lo que parece ser un teatro "The Broadway Theatre" Su estructura es maravillosa, me imaginaba a mi arriba a un escenario vestida de alguna princesa, representando alguna historia de un libro que hubiera leído, la gente aplaudiendo fuertemente, algunos de pie y mi abuelo viendo del otro lado del escenario orgulloso de su pequeña nieta.
Paré en otra cafetería, la razón era que está prácticamente vacía, pedí un sandwich de pollo y un chocolate caliente y volví a mi triste realidad.
Hola, este es el primer capítulo espero que les guste mucho y que sea de su interés esta historia que estoy escribiendo con mucho amor .
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El Día Que Conocí A Diana Payne
Ficção AdolescenteDiana Payne tiene tatuada las ganas de vivir en sus clavículas y de aventurarse por el mundo en el pecho. Cuando su abuelo enferma de gravedad es obligada a mudarse a la gran ciudad de Nueva York o como ella la llama la cuidad que nunca duerme. Cuid...