Capítulo VII. La fiesta.

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— Confío más en ti que en Dylan— le dijo con confianza. Luego noté que Dylan no estaba.

— ¿Gracias?— respondió el.

— Toma, las llaves del auto.

— Solo es llevarme— respondí apenada.

— Como sea, él te lleva. Váyanse antes de que Dylan entre.

¡No podía creerlo, Adham me iba a llevar! No sabía cómo actuar o que decir. Solo sonreí y salimos de la casa, antes de subir al auto Adam me habló.

— Vas de copiloto. No me dejes solo enfrente— dijo guiñándome el ojo chantajeado.

— Está bien— Subí en el asiento del copiloto y encendió el auto. Hubo silencio hasta unas cuatro cuadras.

— Y... ¿Vas a comprar algo tú también o sólo la vas a acompañar?— preguntó Adham.

— Pues, si se da la oportunidad, compraré algo. Sólo... Era una excusa para irme de ahí— Termino de decir lo último en un pequeño susurro.

— ¿Porque te excusaste?— respondió frenando. Había un alto.

— No estoy muy cómoda ahí.

— ¿Te hicieron algo?— dijo un poco molesto.

— Dylan es muy molesto conmigo... Pero en lo demás, todo bien.

— Me lo esperaba... ¿Por qué viven ahí?

— Le ofrecieron trabajo a mi papá pero como estaba muy lejos, lo que hicieron fue un contrato para que nosotros viviéramos ahí. — respondí suspirando— Pero sinceramente a mí no me gustó desde el primer momento en que mi padre lo comentó, sólo que mi papá estaba muy feliz y a mí me gusta verlo feliz.

— Y ¿Por qué no te quedaste con tu mamá?— preguntó curioso.

— Mi mamá... Murió hace 2 años... Ojalá viviera. Si me hubiera quedado...

— Hazzel...lo siento... No sabía— se disculpó de inmediato con un rostro culpable.

— No te preocupes. Y puedes decirme Hazz— dije sonriendo y el asintió.

Hazz era el apodo que mi madre me decía, yo no permitía que nadie me dijera así más que mi hermano y algunos amigos que eran los que de verdad me caían bien. Por eso cada que una persona a la cual yo no le tenía confianza decía mi apodo, corregía diciendo mi nombre completo.

Detestaba que quisieran hacer eso y aunque en parte no era su culpa, no me gustaba que me lo dijeran sin antes tener una buena relación de amistad o bastante confianza. Incluso me sorprendió que yo le hubiera dicho a Adham que me llamara así.

De pronto llegamos a la plaza y ahí estaba Danna en una banca sentada.

— Llegamos. — dijo parando el auto y viéndome fijamente.

— Gracias— agradecí intentando abrir la puerta, esta tenía seguro, así que lo voltee a ver y luego volví a ver el botón para que quitara los seguros.

— No te voy a dejar ir hasta no ver con quién vas. Se supone que tu hermano me mandó a mí porque tenía confianza conmigo y si llego y le digo "Ay no sé con quién se fue" me va a matar.

No pude evitar reír ante su comentario, en parte era cierto, él estaba a cargo de mí en ese momento. Tecleé en mi teléfono el número de Danna y la llamé para que se acercara al carro, cuando ella se acercó, Adham por fin quitó los seguros.

— Me llamas cuando terminen. También tengo responsabilidad de llevarlas.

— Yo puedo irme sola— habló Danna guiñándome el ojo.

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