Capítulo XXIII. Enfrentamiento.

748 32 25
                                    

Desperté, en un lugar muy oscuro. Intenté moverme pero estaba atada de mis manos y piernas, parpadee varias veces para poder alcanzar a distinguir el lugar. Era un cuarto, de una casa abandonada. ¿Qué rayos estaba pasando?

Posteriormente se abrió la puerta del cuarto.

—Despertaste cariño.— dijo entrando al cuarto una figura negra. Traía capucha la persona así que no podía ver quien era. Pero esa voz... me era familiar... Al escucharla sentí escalofríos.

—¿Quién eres y qué quieres de mi?

—¿No sabes quién soy? A cierto, está oscuro.— En eso, prendió la luz y se quitó la capucha.

—Debí suponerlo.— exclamé rodando los ojos aunque por dentro moría de nervios y miedo.

—¿No te da gusto verme? Querida esposa

—¡Dylan tu y yo nunca nos casamos!

—Dije que eras mi esposa así no quisieras, mira donde estás, a lado de tu esposo. Y no puedes huir esta vez, no hay quien te defienda.

—Dylan. El trato terminó cuando mi padre murió.

—¿Ah si? Pues... Como heredero del papeleo de mis padres por su muerte, me di cuenta que... Compraron la familia. Así que... Bueno, eres mia— dijo acercándose a mi y lastimándome el brazo. No podía ser, no era mentira. Si estaban muertos sus padres.

—Creí que mentías Dylan... Lo siento mucho.

—No mentía, jamás lo haría con ello. ¿Pero sabes qué si haría? Matar a tu padre para que no tuvieras defensa.

—¿¡Qué!?— No hazzel, esto no es real, es un sueño, Dylan no está tan enfermo.

—Como lo escuchaste. Yo fui quien asesinó a tu padre.

Ok... Si lo está. No es un sueño. No puede ser; sentía mis venas arder, no sabía que hacer mi que pensar. Mis ojos se nublaron de lágrimas.

—Pero no llores mi amor— me consolaba acariciando mi mejilla— Me tienes a mi, quien te amará por siempre.

—Nunca me imaginé decir esto pero, me retracto. Tus padres murieron y lo mereces. Asesino— Grité.

Mi mejilla comenzó a arder. Me había golpeado.

—¿Qué dice tu educación sobre gritarle a tus mayores?— gritó enojado.

—Jaa, por lo menos tengo educación, a ti ni a respetar a una mujer te enseñaron— grité molesta. Un golpe de instaló en mi estómago dejándome sin aire.

—Vas a aprender a respetar a tu esposo.— Las lágrimas bajaron por mi rostro mientras Dylan me seguía golpeando.

—Estaremos juntos lo quieras o no cariño, y aprenderás a respetarme si no quieres que te siga doliendo tu lindo cuerpo.— decía mientras me golpeaba. En eso, se escuchó que patearon la puerta fuertemente y la abrieron.

—A una mujer se le respeta y te lo enseñaron tus padres. O ¿Es que acaso no te importa que ya no estén?

—No me importa ni tu opinión traidor. Me tienes harto— gritó  lanzándose hacia Adham.

Adham comenzó a golpearlo de tal forma que quedara en el suelo.

—¿Acabas de enfrentarte conmigo?
— dijo Dylan enojado.

—Si. También estoy harto de que por ti, personas sufran.

—No te importó nuestra amistad.— confirmó Dylan levantándose.

—¿A quien? ¿A ti? Veo que no, puesto que lastimaste a mi mejor amiga y más chicas. Hasta mi novia.

—Es mi esposa.

✅Posesiva obsesión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora