Fate:La guerra del grial de emiya

capitulo 50: Assassin 5

                          Assassin 5

Otro incendio Del suelo ardían llamas ardientes mientras el infierno nos abrazaba. La destrucción dejó el templo en ruinas, ya que solo quedó el cráter carbonizado.

Sentí las emociones de los demás. Alcanzando a través de las débiles vibraciones en el aire. Podía escuchar la aceleración de los corazones y el acortamiento de las respiraciones.

Archer, que luchaba por permanecer de pie, sostenido por una colección de espadas, lanzas y hachas. Sus músculos están relajados, pero pude escuchar su corazón acelerado. Intenta parecer tranquilo, pero el corazón nunca miente. Está nervioso y tiene miedo. No sabe qué hacer a continuación.

Saber, que yacía en el suelo inmóvil y apenas respirando. Una pequeña contracción estalló en sus manos antes de cesar por completo. Lleno de ira y desesperación, tontamente desea seguir adelante, pero no puede. El esta listo.

Berserker, sin vida y sin odio. La bestia loca está en paz.

Finalmente, Rider, el que se consume con desesperación. Está confundido, pero enojado. Sus dientes rechinaron mientras trataba de empujarse hacia adelante. Podía sentir sus músculos tensarse mientras intentaba apretar sus armas. Pero fue infructuoso. El repugnante pulso de su brazo izquierdo continuó mientras golpeaba contra el suelo. Desconectado de su cuerpo, no puede hacer nada más que morir. Con un brazo no había nada que él pudiera hacer. La ira y la desesperación nublan su juicio. Es un combate ineficaz.

Sin embargo, no compartí sus sentimientos. Lo que sentí fue algo completamente distinto.

En cambio, una compulsión cruda rugió desde los confines de mi alma. Mi respiración se hizo superficial y la humedad de mi boca se secó. Todos los nervios de mi cuerpo temblaron y temblaron mientras luchaba por controlar mis emociones. Las comisuras de mis labios se afilaron hacia arriba.

¿Qué era este sentimiento?

Lentamente, mientras los engranajes de mi mente se agitaban. Con cada crujido, la imagen se hacía más clara. La arrogante burla de Gilgamesh se había quemado en mis retinas desde ese día, pero esta vez fue diferente. Esta vez la imagen era real.

El Rey de los Héroes mismo finalmente me ha honrado con su presencia.

Caí en la cuenta.

Emoción.

Ha pasado tanto tiempo desde que lo sentí.

Ahora era el momento.

No había sombras a mi alrededor, las luces brillantes de la Puerta de Babilonia ahogaban la oscuridad. Pero no importó. Todavía podía cerrar la distancia.

"Como las cucarachas", se burló Gilgamesh, "algunos de ustedes lograron sobrevivir".

La intensidad del calor creció mientras preparaba otro ataque. Metí mis pies en el suelo y me lancé hacia el sonido de su arrogancia.

No tardó mucho en darse cuenta de mi presencia. A pesar de su ego, Gilgamesh siempre se mantuvo fuerte. El escalofrío del miedo atravesó mi columna vertebral cuando volvió su mirada hacia mí. En una fracción de segundo, la Puerta de Babilonia se movió hacia mí. Me bañó con sus luces sagradas y borró las sombras. Sin ningún lugar donde esconderme, presioné la lluvia de espadas.

Kanshou y Bakuya encontraron su camino en mis manos, un par que no había usado en mucho tiempo. Bailé en pliegue entre las cuchillas cuando se rompieron en el suelo. Mi cuerpo se retorció alrededor de la vorágine de acero y se movió siempre hacia su objetivo. En un instante estaba al alcance de la mano.

El sonido metálico del acero se registró en mi mente. Del éter surgieron las "Cadenas del cielo", que se dirigían hacia mí con prisa. Una extraña energía de tremendo poder emanaba de ellos. No eran cadenas ordinarias y haría bien en no quedar atrapado en ellas.

Salté sobre el traqueteo de acero como un puente alto, girando sobre mis pies mientras golpeaba el suelo. Docenas más se formaron y se dirigieron hacia mí. Kanshou y Bakuya eliminaron a esos demasiado rápido para que yo pueda maniobrar. Tejí lo mejor que pude, pero no fue suficiente.

El choque de dolor surgió de mi pecho cuando uno de ellos me atravesó. La sangre brotó al suelo cuando comenzó a envolverse a mi alrededor. Mi vida comenzó a desvanecerse lejos de mí.

Gilgamesh se rió, burlándose de mi audacia. Llegó de nuevo a la Puerta de Babilonia, preparándose para el juego final. Quería acabar con todos a la vez. Un final apropiado para un Cabal of Fakers.

Eso es todo. Lo pude sentir.

Solo había una última cosa que hacer.

Llegué a las profundidades de mi arsenal, buscando mi posesión más preciada. Más allá de las diversas copias e imágenes se encuentra el verdadero original. La última espada que vi, la última arma agregada a mi colección.

Mientras los restos de mi sangre bañaban el suelo del templo, saqué el Peso de la Justicia. Son seis libras de empuñadura arrancada de la oscuridad.

Gilgamesh hizo una pausa. Sus ojos se posaron en la hoja en mis manos cuando la expresión de reconocimiento apareció en su rostro.

Eso fue todo lo que necesitaba.

Golpeé la punta de mi espada contra su corazón, destrozando la armadura dorada. Con todas mis fuerzas empujé más y más dentro de él, justo cuando sentía que mi agarre se debilitaba.

"¿Dónde ..." Gilgamesh tembló de rabia, "¿lo entendiste?"

Mi aliento se detuvo.

Finalmente, la imagen que llevaba mucho tiempo grabada en mi mente comenzó a desvanecerse. Sonreí mientras abrazaba la oscuridad.