T e n

2.2K 164 8
                                        


Mentiras

—Por favor, por favor no le digas a nadie.

—Dije que iba a mantener el secreto.- seguí caminando y viré mis ojos- Pero por tu bien, no vuelvas a tomar "prestado" otro vestido de tus jefas.

—Tenía que hacerlo.- se excusa siguiéndome- No podía llegar con un vestido barato, tenía que dar una buena impresión.

—Ya, claro, tenias.- suspiro irritada- Mira, Caye, es mi hora libre y me apetece comer tranquila así que...

Ella me mira apenada, su boca se abre pero se cierra al ser interrumpida por el sonido de un móvil.

—A esta hora las piscinas están solas, ¿no?- la menor afirma con un movimiento de cabeza

Ambas seguimos el tono de llamada, mis ojos se abren a más no poder al divisar un cuerpo flotando en el agua.

—Carajo.- con rapidez me sacó los tacones y dejo mi cartera en el suelo- Cayetana, llama una ambulancia.

Antes de recibir respuesta, me lanzo, el agua estaba helada y me entumeció los huesos pero no deje de moverme hasta llegar al cuerpo del chaval.

—¿Polo?- claramente no recibo respuesta- ¿Ya llamaste la Lira ambulancia?

—Me he quedado sin saldo.- gruño y con esfuerzo muevo el cuerpo hasta la orilla- ¡Ayuda!

Jadeo con cansancio, empujando a Polo hacia arriba, Cayetana sostiene sus brazos y lo estira para recostarlo en el suelo.

—Mierda, Leopoldo.- llevo mis manos a su pecho, presionando- ¡Ve por ayuda!

Bormujo reacciona al escuchar de nuevo la melodía, corre de regreso y contesta. La adrenalina corría por mis venas a su máxima velocidad y mi corazón latía con fuerza, Polo no podía morir, era solo un chaval que cometió un error pero su muerte no era el precio.

—Ander, gracias a Dios.- No presto mucha atención-¡Llama una ambulancia! ¡Llama a alguien! Ven a las piscinas, Polo no respira.

Cubro la nariz del exnovio de mi hermana y abro su boca para darle aire con la mía, repito esto después de empujar su pecho con algo de fuerza.

—¡Venga, eso es!- el alivio me recorre cuando escupe el agua- Respira, tranquilo.

Él tose y lo recuesto de costado, palmeando su espalda.

—¡Que bueno, Ander!- Cayetana grita y los pasos apresurados cesan- ¡Llama una ambulancia!

—¡No, no vamos a llamar a nadie!- mis cejas se levantan con confusión y lo veo- ¿Cómo estas?

Polo nos muestra su pulgar mientras sonríe ligeramente. Ander levanta sus ojos hasta los míos, lucia distinto, cansado y había un deje de molestia en él.

—Te llevaremos al hospital.- comento ayudando a levantarlo- Y no hay excusas.

Muñoz aprieta sus labios, pero no reclama, pasa el brazo de su amigo por sus hombros y camina a paso lento.

—Ese es mi coche.-señalo, quitando la alarma- Cayetana, vuelve a clases, nosotros nos encargamos.

—No, yo..

—No le digas a nadie, eh.- Ander exclama después de dejar a Polo en los asientos traseros- Él no quiere que se enteren.

Ambos subimos al jeep, dejando a la rubia con la palabra en la boca. Piso el acelerador, sin excederme

Al llegar al hospital, lo atendieron con rapidez al ver su estado, Polo se veía cansado y pálido, con grandes ojeras moradas y labios agrietados. Dejándome con el adolescente en la sala de espera.

The psychologist  [Valerio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora