Cuando Jughead llegó a la oficina el día lunes, lo primero que hizo fue ir a la oficina de Betty, pero ella no estaba ahí, era muy raro que Betty no fuera la primera en llegar, ella era muy puntual.
- Jughead.- Habló el jefe.
- Hola, Charles.- Lo saludó.
- ¿A qué viniste si ya les autoricé las vacaciones?.- Charles le preguntó.
- ¿Qué?. ¿De qué estás hablando?.-Lo miró desconcertado.
- El sábado Betty me envió un correo solicitando sus diez días de vacaciones, y como siempre se las toman juntos pensé que tú también las querías, así que estás de vacaciones, deberíamos vernos en diez días más.- Respondió.
- Genial, lo había olvidado, venía a pedírtelas de forma presencial, soy un idiota. Gracias, Charles.- Jughead se despidió.Al salir de la oficina Jughead se fue rápidamente hasta la casa de la rubia, pero aparentemente no había nadie.
Decidió llamar a Archie para ver si es que él sabía algo, obviamente Archie no sabía nada, pero le sugirió a Jughead que hablara con Verónica. Así que a Jughead no le quedó más remedio que ir hasta el trabajo de la morocha.- Hola, necesito hablar con Verónica Lodge.- Pidió Jughead.
- La llamo, viene en un segundo.- Dijo la chica del mesón.
- ¿Jughead, qué haces aquí?.- Le preguntó Verónica.
- Necesito saber de Betty. Necesito hablar con ella.- Dijo desesperado.
- Se fue de vacaciones, y no te diré dónde está.- Sentenció la chica.
- Verónica, necesito hablar con ella urgentemente, fui una idiota.- Se llevó las manos a la cabeza.
- Cuídate, Jug. Yo volveré a trabajar.- Dicho es la chica se volteó y se fue.
- ¡Creí que éramos amigos!.- Le gritó Jughead.
- ¡Lo somos, pero Betty es mi mejor amiga!.- Gritó Verónica.Jughead se devolvió a su auto y comenzó a pensar en donde podría estar Betty.
Realmente no sabía que hacer, rastrearla hubiese sido una buena idea pero la chica tenía su computadora y su celular apagado.
- Lo tengo.- Dijo encendiendo el motor del auto.Jughead condujo durante dos horas, no estaba seguro si Betty estaba allí, pero debía agotar todas las posibilidades. Estaba a punto de perder la cabeza, si no la encontraba ahí no sabía dónde más poder hacerlo, era capaz de tomar un avión a cualquier lugar del mundo con tal de encontrarla.
Jug había llegado hasta la cabaña en el lago, esa cabaña había sido de los abuelos de Betty, antes de fallecer ellos le habían heredado esa propiedad, ella amaba ir ahí, decía que se conectaba con sí misma en ese lugar.
Abrir el portón no le tomó mucho trabajo, eran unos simples candados. Al ver el automóvil de Betty allí, se relajó solo un instante porque luego cayó en cuenta que ahí estaba la rubia y que debía hablar con ella.
Se bajó de su vehículo y caminó hasta la puerta, golpeó y luego de unos minutos la rubia le abrió apuntándole la cabeza con un arma.- Ya sé que fui un estúpido, pero no tienes que apuntarme con un arma.- Levantó las manos.
- Ah, eras tú, Jughead.- Guardó el arma y le cerró la puerta en la cara.
- Betty, necesitamos hablar.- Jughead volvió a golpear la puerta.
- No tengo nada que hablar contigo, vete de aquí.- Gritó del otro lado de la puerta.Jughead se quedó parado junto a la puerta durante una hora. Cansado decidió ir hasta su vehículo, pero se dio cuenta que una de las luces de los baños se había encendido, quizás Betty se estaba duchando y debía aprovechar eso.
Con mucho cuidado y sigilo se acercó hasta una de las ventanas y comprobó si estaba con seguro, sonrió al notar que la rubia no había asegurado la ventana y se pasó por allí.
Fue hasta la cocina, preparó unas tazas de café y se dirigió hasta la habitación de Betty, ahí se sentó en la cama y espero a que ella saliera de la ducha para poder hablar.- ¿Cómo entraste aquí?.- Preguntó la rubia al entrar a su habitación.
-Tengo mis trucos ocultos.- Se encogió de hombros.
- ¿Dejé la ventana sin seguro, verdad?.- Alzó una ceja.
- Sí.- Agachó la cabeza.
- Te hice un café.- Se levantó de la cama y le extendió la taza.
- Gracias.- Lo tomó.
- No lo quiero.- Le volteó el café encima a Jughead.
- ¡Aaaah!. ¡Está hirviendo!. Me estoy quemando!.- Gritó Jughead.
- ¿¡Qué!?. ¡Mierda, lo siento, no era mi intención!.- Gritó ella desesperada mientras tomaba a Jughead con intenciones de llevarlo al baño.
- En realidad no lo estaba, pero sigues preocupándote por mi.- Le sonrió.
- Estúpido, claro que me preocupo por tí, idiota.- Le pegó una cachetada en la cara.
- Está bien, me lo merezco.- Dijo moviendo sus mandíbula y pasando sus manos por la cara.
-¿A qué viniste?.- Se sentó en la cama.
-Necesitamos hablar.- Se sentó al lado de ella.
- Sí viniste a humillarme aún más te puedes ir, ya fue suficiente. Dejaste muy en claro las cosas el viernes en tu casa. Si te preocupa lo del caso sabes que te lo prometí y yo no rompo promesas, pero apenas resolvamos todo yo me largo.- Dijo ella.
- No vine a nada de eso, mi intención nunca fue humillarte.- La miró.
- Pues lo hiciste.- Lo miró molesta.
- Tampoco me interesa lo del caso.- Dijo serio.
- Sí claro, cómo no. Y yo soy Cenicienta.- Dijo con sarcasmo.
- Es verdad, y tú eres mucho más bella que Cenicienta.- Tocó la mano de Betty pero ella la alejó.
- Vine aquí porque lo jodí todo.- Dijo con la cabeza agachada.
- No lo sabía, buen trabajo, Sherlock.- Le sonrió con ironía.
- Betty, te quiero.- Levantó su cabeza.
- Yo también te quiero, eres mi amigo, pero ahora estoy molesta y triste, así que te pido por favor que te alejes de mi hasta que todo esto que siento por ti se vaya.-Su voz era suave.
- No quiero alejarme de ti, no te quiero lejos, te quiero cerca. Te necesito.- La miró con los ojos cristalizados.
- El viernes lo jodí todo, fui un idiota. Realmente eso no era lo que quería, te quiero, quiero estar contigo, quiero todo contigo.- Tomó la mano de Betty y ahora ella no la alejó.
- ¿Qué quieres decir?.- Comenzó a mirar sus manos.
-Estoy enamorado de ti, creo que siempre lo he estado. Es solo que tengo miedo.- Confesó.
- ¿A qué le tienes tanto miedo, Jughead?.- Preguntó Betty.
- A dañarte, no quiero hacerte daño.- Acarició la mejilla de la chica.
- Here we go again.- Dijo ella con molestia.
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Obsesión
Fanfiction-¡Ya debes parar!. Estás completamente obsesionado con esto. Debes tomarte un respiro.- - Jamás podré hacerlo, sabes que no voy a descansar hasta ver a ese Psicópata encerrado.-