Capítulo 14: Otro día

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Al día siguiente, se encontraban ambos en la cocina haciendo el desayuno.
- Ayer cuando fui a la oficina tuve que mentirle a Charles.- Dijo mientras salía hacia la terraza.
- ¿Creyó que las vacaciones que le pedí también eran para ti?.- Dijo mientras se sentaba.
- Sí, a mi no me quedó nada más que fingir, no quería quedar como un idiota, más aún.- Se justificó.
- Puede ser, solo puede ser que en el correo que le envié  se entendiera como que era por ambos.- Se rió nerviosa.
- Creí que también necesitabas descansar. Estabas muy estresado, y siendo idiota, creí que tomarte unos días no te haría mal. Además, cierta parte de mi tenía esperanza en que vinieras a verme y así lo hiciste.- Se encogió de hombros.
- Hiciste bien, Betts. Gracias.- Acarició la mano de ella.
- ¿Entonces por qué no me dejaste entrar apenas me viste aquí?. ¿ Y por qué me apuntaste con un arma?.- Se rió.
- No pensé que ibas a venir tan rápido, y creía que lo harías para seguir trabajando en el caso, no estaba preparada para hablar contigo.
No contaba con que iba a dejar una ventana sin asegurar y que ibas a subir a mi habitación.- Dijo mientras comenzaba a comer.

Ambos se rieron y siguieron desayunando cuando Betty recibió una llamada de Verónica para que fuera abrir el portón.

- Miren quien está aquí. ¿Qué no es mister error?.- Verónica se rió al ver a Jughead.
- Hola, traidora.- Jughead la saludó.
- Jughead, somos amigos, pero le debo más fidelidad a Betty, lo siento.- Se rió.
- Hola, hermanito.- saludó Archie.
- ¿Qué tal van las cosas con este idiota, cuñadita?.- Dijo él pelirrojo, al darse cuenta de lo último se cubrió rápidamente la boca.
- Por favor no me golpeen.- Pidió mientras ponía sus manos en sus partes.
- Está bien, Arch. Hoy andamos de buen humor. ¿Cierto, Jug?.- Sentándose en las piernas de Jughead.
- Ya veo, la noche estuvo buena.- Sonrió pícaro.
- Sí.- Le respondió Betty.

B&V habían entrado a la cabaña por las llaves del vehículo de Betty. Mientras Jughead y Archie se quedaban afuera conversando.
- ¿Trajiste lo que te pedí?.- Preguntó Jughead.
- Sí y fui a la farmacia y te traje dos cajas más.- Se rió y le entregó las cosas.
- Gracias.- Le sonrió.
- ¿Qué tal están las cosas?.- Preguntó el pelirrojo.
- Al principio no me quería ver, pero después de entrar escondido a la casa hablamos. Y ahora supongo que estamos bien.- Se encogió de hombros.
- Así parece.- Archie sonrió.
- El viernes iré a terapia.- Soltó Jughead.
- ¿Qué?. ¿Enserio?.- Preguntó a lo que obtuvo como respuesta un movimiento e cabeza de Jughead.
- Betty me lo pidió, más bien fue una condición para que nos diéramos una oportunidad.- Negó con la cabeza.
- Me alegro por ti. Te hará bien. Lo necesitas. ¿Sabes que puedes confiar en mi y pedirme cualquier cosa, verdad?.- Lo miró serio.
- Sí, lo sé.- Habló mientras las chicas salían.
- ¿Vamos, Archie?.- Preguntó la morocha.
- Sí.- Se levantó de su asiento.
- Adiós, chicos.- Dijeron ambos mientras se iban.
- Yo conduzco.- Dijo Archie.
- Lo siento, pero lo haré yo. No quiero morir.- Se rió Verónica.
- Nos vemos el fin de semana.- Dijo Betty.

Cuando los chicos se fueron Betty comenzó a recoger las cosas del desayuno.

- ¿Qué haremos ahora?.- La abrazó por la espalda.
- Limpiaremos y ordenaremos esto, luego iré a la biblioteca a buscar un libro, me pondré un bañador e iré a leer a la piscina. ¿Vienes?.- Alzó una ceja.
- ¿Me recomendarías un libro?.- La besó.
- Claro.- Sonrió.

Ambos ordenaron todo y se dirigieron a la habitación para ponerse los bañadores.

- ¿Podrías sacar el protector solar del baño mientras yo voy saco unas toallas, por favor?.- Pidió la rubia.
- Sí a todo.- Dijo observándola completamente y mordiéndose el labio.
- No me mires así.- Le golpeó el hombro.
- Lo siento.- Se rió.

Sacaron las cosas que necesitaban y se fueron hacia la biblioteca.
- No recordaba que esto fuera tan grande y tuviera tanto libros.- Dijo Jughead mientras entraba.
- Cuando era pequeña para mí esto era el equivalente a Narnia.- Se rió Betty.
- ¿Y acaso no lo es?.- Dijo mientras pasaba sus dedos por distintos libros.
- Algo así, exceptuando que Narnia estaba dentro de un ropero, claro.- Dijo mientras tomaba dos libros.
- Ten.- Le extendió un libro a Jughead.
- ¿Cien años de soledad?.- Miró Jughead.
- Síp. ¿Lo has leído?.- Preguntó la rubia.
- Sí, a los quince años estaba bastante confundido con todos los Arcadios y José Arcadio que habían, sin contar los líos amorosos. Macondo era raro.- Se rió.
- Rayos. ¿Has leído la divina comedia?.- Preguntó la rubia.
- ¿El infierno de Dante?. Sí. Hace un par de años lo leí.- Se encogió de hombros.
- ¿El Quijote?.- Preguntó la rubia.
- Sí.- Sonrió.
- ¿La Odisea y la Ilíada?.- Lo miró seria.
- Obviamente. ¿Por quién me tomas?.- Se hizo el ofendido.
-¿Edipo Rey o Antígona?.- Lo miró resignada.
- Repito. ¿Por quién me tomas?.- Se rió.
- ¿Hay algún autor que no hubiese leído ya?.- Dijo exhaustas.
- Cientos. Aunque jamás he leído algo de Shakespeare.- Se encogió de hombros.
- ¡Hamlet!.- Gritó la rubia.
- ¿Lo tienes?.- Preguntó alegre.
- ¿Por quién me tomas, Jones?.- Dijo mientras se dirigía a otro estante y tomaba el libro.
- Listo, ten.- Le entregó el libro.
-Gracias.- Sonrió.
- Te juro que un libro más que me dijeras que ya habías leído y te entregaba la biblia.- Dijo ella mientras salían de esa habitación.
- Oh, ya la he leído más de dos veces.- Se rió.
- ¿Qué?. ¿Por qué?. Tú eres ateo.- Le miró asombrada.
- La primera vez lo hice por cultura y la segunda y tercera porque necesitaba respuestas.- Se encogió de hombros.
- ¿Respuestas de qué?.- Preguntó.
- Necesitaba el porqué Dios se había llevado a mi familia y me había dejado solo.- Hizo una mueca.
- Bueno, yo sí creo en Dios, y puedo decirte que el de arriba siempre se lleva a las mejores personas.- Lo tomó de la mano.

Betty no dijo nada más y simplemente lo abrazó.
Cuando pasaron por la cocina tomaron un jarrón con limonada y unos vasos con hielo ora beber mientras estaban afuera.

- ¿Me ayudarás a poner protector?.- Betty sonrió.
- ¿Hoy no te quitarás el bañador?.- Dijo mientras dejaba las cosas en el suelo.
- No me respondas con otra pregunta.
Lo haré solo si tú lo haces.- Lo besó.
- Entonces sí lo harás.- Desabrochó el bañador de ella.

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