Y la ruleta vuelve a girar

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—Estoy embarazada.

El anuncio que Lynn dio sentada sobre el sillón de la sala en la casa Loud, fue recibido con un repentino silencio que apenas duró pocos segundos, antes de que se armara un caos y griterío de emoción, indignación y preguntas, el cuál no dudó la deportista que incluso el señor Grouse pudo haber escuchado hasta Florida.

—¡Silencio! —Gritó la señora Loud.

Lori y Luna, quienes estaban de cierta manera presentes por videollamada en las laptops de las gemelas a petición de Lynn para darles la noticia, fueran las últimas en callarse, siendo Lori quien débilmente pronunció el nombre de su hermano tratando de hacerse eco entre todo el escándalo.

De forma severa y con muchos conflictos internos, el señor Loud miró confuso a la que siempre había considerado uno de sus mayores orgullos de la familia, tanto que hasta su nombre ostentaba.

—¿De quién?

Era básicamente la misma pregunta que todas habían hecho atropelladamente al recibir la noticia, incluso Lincoln, quien se había unido a sus hermanas impactado por la noticia. Lynn hubiese querido tenerlo a su lado para que le ayudase en aquél predicamento, pero incluso desde antes que él le explicara el por qué esto sería un error muy grave en el plan que había trazado, ella ya había intuído lo que podría salir mal si así lo hubiese hecho. Una vez más guardaron silencio para esperar su respuesta a instancia de los padres, con un Lincoln aparentemente también consternado por la noticia, aunque recibiendo nerviosas miradas de la mitad de sus hermanas.

—Se llama Revra... Redrac... —Lynn se frotó la sien molesta—. Nunca pude aprenderme su nombre. Es difícil de pronunciar.

Esto dejó boquiabiertos a todos. Lisa se acomodó los anteojos.

—¿Es extranjero?

—Sí.

—¿De dónde?

—¡Lisa! —Le llamó la atención su padre señalándose a sí mismo y a su esposa—. Gracias, pero creo que el interrogatorio nos corresponde a nosotros.

La niña hizo silencio de nuevo dubitativa. El problema fue que el nerviosismo y el impacto de la noticia no le permitieron al señor Loud pronunciar ni pio. Su esposa tratando de ser fuerte por ambos fue quien continuó.

—Entonces, ¿de dónde es?

—Yo... no lo sé con exactitud. No lo recuerdo. Era parte de un grupo de turistas europeos que conocí en un bar al que fui a celebrar la selección de Margo en el equipo el mes pasado.

Las chicas se sintieron incómodas por lo que Lynn parecía estar insinuando. Rita mitigó un quejido tapándose la boca con la mano mientras que su esposo se frotó los ojos con ambas. De forma sincronizada las gemelas adolescentes exclamaron con asombro un "¡Oh!" tras comprenderlo. Ya no eran las niñas ignorantes que fueron cuando recibieron la noticia años atrás del embarazo de Leni y entendían mejor ciertas situaciones.

Lincoln bajó la mirada mostrándose indignado por lo que escuchaba, quizá los presentes pensaban que se sentía decepcionado por las acciones de Lynn, sin imaginarse que en realidad se avergonzaba de su propio proceder,

—Y... ¿si le preguntas a Margo? —sugirió su padre carraspeando las palabras—. Tal vez ella sí sepa... cómo se llama él.

Sintiéndose muy vulnerable y con el presentimiento de que sería abofeteada en cualquier momento, la deportista negó incapaz de ocultar el auténtico sentimiento de culpa que tenía.

—Ambas al principio... estábamos celebrando juntas... pero ella se fue y yo quise quedarme sola un poco más a beber otro trago. Entonces Vred... como se llame, llegó con sus amigos y... bueno. Yo ya no estaba pensando con claridad. El tipo me pareció apuesto y muy agradable. Esa era su última noche antes de regresar a su país y... no pensé nada más que en... bueno.

Tan sólo sucedióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora