La verdadera hija del pecado

1.8K 84 575
                                    

Lori, Luna y sus padres fueron los primeros en llegar e ir en auxilio de Leni, quien de pronto reaccionó finalmente lanzando un grito de dolor. Luna fue la primera en darse cuenta horrorizada de lo que acababa de suceder incluso antes que Lynn.

—¡Se le rompió la fuente!

La condición del señor Loud quizá no era espectacular, a pesar de la sencilla rutina de ejercicio que se había impuesto hacer con su esposa para tranquilidad de sus hijas cuando se preocuparon por su salud, pero en ese momento y quizás por el golpe de adrenalina que recibió ante la desesperación, cargó a su hija embarazada y siendo guiado para bajar con cuidado las escaleras por sus hijas, con cierta dificultad consiguió salir de la casa para recostarla dentro de Vanzilla.

Bajo las indicaciones de su madre, por su celular Lori ya estaba llamando al hospital a donde quedaron con la doctora de Leni llevarla cuando el momento llegara.

Lincoln se enteró de lo que estaba ocurriendo cuando vio a su padre bajando las escaleras con Leni en brazos, por lo que preocupado, además de salir afuera para abrirle la puerta del vehículo facilitándole su ingreso, se había sentado al lado de su hermana tomándola de la mano. Leni la apretaba con fuerza mientras lloraba asustada y confundida.

—¿Qué está pasando? ¿Lincoln, qué...? ¡Aaahhh!

—¡Tranquila, Leni! Respira profundo. Tu bebé viene en camino.

A pesar de las emociones que la invadían, sus ojos se llenaron de lágrimas en una mezcla de preocupación y alegría a la vez.

—El... bebé. No me... dejes sola... Linki.

Por el retrovisor, el padre vio la escena. La orden que pensaba darle a su hijo de quedarse en casa cuidando de sus hermanas pequeñas murió en su garganta. Debido a lo limitado del espacio con Leni recostada y la desesperación del momento, sólo había tenido contemplado llevarse a las mayores. Quería que su hija se sintiera cómoda y se tranquilizara, efecto que Lincoln parecía conseguir.

—Luan, quédate y cuida a las niñas.

La comediante quería protestar, pero tratando de asomarse dentro de Vanzilla por las ventanillas, notó cómo Lola y Lana parecían realmente afectadas por los inesperados eventos. Lisa había perdido la sangre fría que la caracterizaba debido a la crítica situación y su aspecto no lucía tan distinto al de las gemelas o de Lily, quien había roto a llorar en sus brazos. Lori y Luna ya estaban junto con su madre dentro del vehículo, cuando de pronto Lynn Junior los interrumpió.

—Que Luan las acompañe. Yo me quedaré a cuidar de las niñas.

Sin pensarlo, Luan no se contuvo y abrazó a su hermana agradecida antes de subir a la van.

—¿Estás segura, hija?

Ella asintió a la pregunta de su madre desviando la mirada y tomando por los hombros a Lola y Lisa buscando reconfortarlas. Sin perder más tiempo con los alaridos desesperados de Leni resonando, los mayores partieron enseguida.

—¿Pero de verdad no querías acompañarlos para saber ya que será el bebé?

Lana estaba preocupada. Lynn no tuvo corazón de responderle que además de no interesarle, lo mejor era que no se acostumbraran a la idea de creer que lo conservarían.

—Vamos a ver televisión. Más tarde cuando todo termine, Lori nos llamará por teléfono para decirnos cómo les fue. No se preocupen.

Las abrazó a las cuatro para darles ánimos y reconfortarlas, fue entonces que se dio cuenta que alguien faltaba. Enseguida entraron a la casa. Mientras las gemelas preocupadas fueron a la sala a tratar de concentrarse con dificultades en algo más junto con Lily, Lisa subió a su habitación quitándose los lentes para poder tallarse los ojos.

Tan sólo sucedióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora