Nos veremos muy seguido.

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El auto se mueve muy rápido y tormentoso. Siento que se me va a salir todo el desayuno.

—Oye… ¿Quieres calmarte? —Esta mujer va a terminar por matarme.

No disminuyó la velocidad creo que hasta la aumentó. Normalmente ella no suele mostrar ninguna emoción, solo esta neutra pero todo el mes estuvo muy enfadada, cada vez que le llamaba Gibson no le prestaba atención o lo ignoraba al igual que a mi. Siempre suele escucharme cuando hablo idioteces o cosas sin sentido pero ahora solo se va.

Son las cuatro cuarenta de la mañana y vamos a dónde están los coreanitos esos. Se quedaron todo el mes pasado en una casa de seguridad y hoy los llevaron como con cuarenta hombres de seguridad al edificio de su empresa, se tomaron nuevas medidas de seguridad mucho más estrictas.

—Oye… sabes que no es mi culpa que te pusieran de niñera —Dije nervioso—. Además no se porque vengo contigo si se supone que yo solo soy un adorno por el momento.

Sigue fija en el camino, a lo lejos puedo ver el gran edificio.

—Se que no te gusta que saquemos el tema pero ya es hora de que lo superes, ya pasaron años y creo que-

Frenó el auto de repente así que rebote en mi asiento

—¿Qué?

Siento que me está echando del auto.

—No puedes dejarme aquí, más bien ni debería estar aquí.

Me miró.

Dirigió su mano a dónde guardamos el gas pimienta.

—Okey, okey me bajo, me bajo —Desabroche el cinturón de seguridad y baje cerrando la puerta fuerte—. ¿En serio? Eres muy madura —Dije apoyando mis manos sobre la ventanilla.

"Eres niñera" me mostró una hoja n con lo antes escrito y arranco el auto.

—¿¡Qué soy qué!? —Grite en su dirección a sabiendas de que me escucho.

Esa mujer, estoy seguro que tuvo algo que ver. Supongo que fue una de las condiciones que puso para ser niñera de unos malditos niños que tomo ese idiota.

De hecho, pobres chicos. Solo están en medio de todo esto por diversión de un hombre enfermo.

Camine un kilómetro, tan cerca que se miraba el estúpido edificio. No me hubiese cansado tanto si no fuera porque hay tantas colinas en las calles y que me persiguió una banda de perros callejeros.
Llegué al edificio donde me dijeron que estarían los coreanitos. Digo coreanitos porque a comparación mía son muy pequeños. Bueno yo soy alguien muy alto y en promedio ellos muy bajos.

Llegué a la habitación dónde supongo descansan. Están varias personas del staff, el CEO, jefes de seguridad y otros agentes, ah y claro la mujercita que ocasionó que caminara un kilómetro.

—Buenos días —El coreano suena tan gracioso.

Todos asintieron en forma de saludo.

—Bien, ya que todos estamos reunidos, comenzaré con la planificación de la nueva seguridad grupal de los chicos —Gibson salió de no se dónde para dar su discurso—. Como sabrán sus chicos han sido víctimas de una escurridiza sabandija que hemos estado rastreando desde hace algunos años. Es alguien bastante suspicaz, es muy inteligente. No es alguien fácil de atrapar pero sabemos que ahora está jugando con la seguridad de sus chicos solo por diversión. Tal vez piensen que lo mejor sería alejarnos de Corea para que se detenga pero no, lo que hará aunque suene horrible, es que los asesinara solo por diversión y ver nuestro enfado.

Una mujer adulta del staff casi cae sobre su espalda pero para su suerte me encontraba cerca de ella. Supongo que conoce a los chicos desde hace mucho tiempo y escuchar eso fue como decirle que asesinaran a uno de sus hijos.

Malditos Niños -BTS Kim Taehyung (Pausada) [Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora