VIII

3.7K 57 3
                                    

La pediatra de mi hija (cap. final)

Camila 21, Lauren 21.

-- Señorita Juaregui, espero que haya sido de ayuda con su hija.

Me quede pasmada por un instante, ¿enserio?, enserio se marchaba como si nada, como si no hubiéramos sido nada. Quería cachetear la, besar la, gritar le. ¡Joder!.

El sonido de la puerta me hizo reaccionar. La rubia de aquel día estaba aquí con el uniforme de doctora, parada, estática, nerviosa, no me miraba a la cara. ¿Porqué?. ¿Porque Camila no me miraba?, ¿sucedía algo entre ellas?, ¿son más que amigas?. Joder porque mi mente no para de atormentarme.

-- Camila....

-- Dinah, te presento a la madre de tu nueva paciente,- la mire de pies a cabeza -, señora Jauregui ella es la doctora nueva de su hija, es mi colega y mi media hermana.

Entonces comprendí, el balde de agua helada cayo sobre mi. Me sentí apenada e indignada. No podía respirar, mis piernas comenzaban a fallar.

-- Chanchoo, es tarde, debes empacar tus cosas, yo me encargo de todo,- se giro hacia mi-, un gusto conocerla.

Y Camila se marcho como el humo de un cigarrillo, quise alcanzar la, pero mi orgullo me detuvo. Si ella lo decidió así, ¿porque debería correr por ella?

-- Señora Jauregui, mi colega me ha informado sobre su hija, esta en una buena condición sus huesos son fuertes, su capacidad para aprender y hablar es increíble,- tomo asiento- así que sus consultas serán aplazadas a mes y medio. ¿Hay algún problema en eso?

-- Claro que no... ¿Pero..

-- Claro, si sufre o tiene algún problema puede venir, si tiene alguna duda sobre algo me informa por el celular.

-- Claro muchas gracias...

-- No hay de que, y perdone la impresión que le di aquel día. Pero permita me comentar le algo-, se coloco en una posición más seria,- ella sufrió demasiado por usted, se que siente algo por ella debería luchar por ese amor.

Me sentí molesta ante sus comentarios. Me levante bruscamente del asiento que ella me había ofrecido anteriormente.

-- No, yo estoy casada, tengo una hermosa hija. Fruto de nuestro amor. No puedo hacer eso.

Ella sonrió cínicamente,- pues déjeme informar le que su esposo no están fiel como pensaba.

-- ¿De que demonios habla?

Abrió un cajón de su escritorio, tomo un sobre y coloco en la mesa.

-- Ábrala, y compruebe con sus propios ojos lo fiel y cínico que es su marido.

Tome el sobre con brusquedad, rompiendo lo completamente. No podía creer lo que observaba, el maldito de Jackson estaba besando a otra mujer saliendo de un hotel. Me las pagara muy caro.

-- Camila se entero hace poco, pensó que su mente estaba jugando con ella. No quiso comentarte nada porque no tenia pruebas, hasta que en la siguiente semana pudo obtenerlas por medio de su cámara fotográfica. Quiso mostrarte las, pero duda, tal vez te molestarías, la insultarías, o las golpearías.

Suspire pesadamente dejándome caer en la silla.

-- Camila te ama, ama a tu hija, nunca paraba de platicar de ambas. Son su mayor tesoro, no la dejes ir. Ve tras ella, ella lo vale, antes de que sea demasiado tarde, se ira al otro lado del mundo y nunca sabrás si las volverás a ver.

Tenia mis dudas, tenia la mente en blanco, estaba resentida, dolida, molesta. No se, era una batalla de sentimiento encontrados. Así que no lo pensé más. Le agradecí a la hermana de Camila.

One Shots CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora