VII

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Sin edad.

Camila 30, Lauren 20.

Hace poco había conocido a un mujer hermosa, dueña de un buen restaurante, mundialmente conocida como C.M DELICIUS. La primera vez que probé la comida en aquel lugar quede fascinada, el aspecto, el aroma, la forma y presentación eran perfectas, no podías dejar de consumir o admira aquellos platillos.

Entonces ante tanto encanto, pedí una reservación exclusiva con la dueña, rente el lugar por una buena cantidad de dinero, claro, dinero de mi padre que fielmente me regalo, di las indicaciones de los platillos que se darían. Era una cena especial, nadie hace negocios a mi temprana edad.

Entonces ese día me coloque el vestido de gala más llamativo y sensual que había encontrado. Estaba preparada ante cualquier noche loca, si es que la tenía, tome mi auto y maneje hasta el lugar, quería estar temprano para verificar que todo iba en orden y mi sorpresa fue grata cuando mire a la hermosa mujer de casi treinta años dando ordenes. La negociación fue con su secretaria, pero valla sorpresa la mía.

Camine hacia ella, y la mire de los pies a la cabeza, se mantenía tan bien, se giro y por primera vez la mire a los ojos, y joder que ojazos, café claritos con aderezo de miel, la luz en su rostro le apreciaba con calidez.

- Señorita Jauregui, un placer,- me tendió su mano,- Camila Cabello dueña del restaurante,- y los posillos en su mejilla se mostraron radiantes junto con su sonrisa encantadora.

- Un placer, su restaurante es el mejor que eh tenido la suerte de conocer y probar,- tome su mano por cortesía y plante un beso en cada mejilla,- lo siento es la costumbre.

- No se preocupe, bueno todo esta listo, debo marcharme. Tenga una linda velada.

Y entonces sentí la perdida de su calidez. Se esfumo como una gota de agua. No podía dejar de pensarla desde aquel momento, al parecer sus apariciones en aquel lugar era una vez por semana. Para mi  decepción.

Su voz, su sonrisa, su cuerpo no salían ni por un instante de mi mente, mi cuerpo se calentaba con rapidez al soló pensar en ella, entonces como buena millonaria que soy,  contrate al mejor detective para que la investigara. Cada foto tomada como evidencia eran ensuciadas con mis jugos. No puedo ser menos atrevida en cuanto las tengo en mi manos. Si las vieran, ¡Dios!, es una obra de arte.

Joder, el sexo con desconocidos no ayudaba mucho, su cuerpo y su voz me hacían parar y dejar al chico con las ganas. Entonces en cuanto la información estaba reunida, supe que era soltera sin problemas que detuvieran mi plan, no dude más. Casi cinco meses sufriendo por ella no era justo.

Tome las prendas más provocativas y subí a mi auto. Sin dudar arranque hasta aquella zona alejada. La gente en aquel lugar era amable, me estacione lejos de su casa. No era grande pero tampoco tan pequeña. Se veía cómoda y decente para una persona como ella.

Entonces según mis planos, la puerta trasera no estaba cubierta por una llave, entre por aquel lugar sin hacer mucho ruido, me cole esta su habitación y valla sorpresa que me lleve. La mujer se estaba tomando una ducha.

No lo pensé más. Tome los lazos de mi abrigo, los desate y me deshice de el, botando lejos, escuche las últimas gotas de cayendo de la regadera. Me senté en la orilla de su cama con las piernas abiertas mostrando mi humedad.

Entonces ahí estaba parada, absorta, desnuda, con una toalla en mano. Su cuerpo era tonificado por el duro entrenamiento en su gimnasio personal, cada curva en su lugar y su monte de venus era hermoso y provocativo que hacia humedecerme más.  Yo le regale una sonrisa genuina.

One Shots CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora