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A pesar de estar con la mirada clavada en el libro, la información parecía estar en otro idioma, no lograba entender ni media palabra y la voz de su amigo contándole lo mal que la había pasado en la fiesta del domingo pasado lo empeoraba todo aún más.

Llevaba una hora sentado en la misma posición, en aquella mesa de la biblioteca que se ubicaba muy cerca de la entrada y que nadie escogía por estar frente al escritorio de la encargada, pero Hyunjin veía en ello una oportunidad para no cruzarse con desconocidos.

-Voy a reprobar -dijo rindiéndose al mismo tiempo en que se cruzaba de brazos- nunca se me han dado los exámenes escritos, ni siquiera cuando estaba en la escuela, no se ni para qué nos enseñan estas cosas, no es que vayan a preguntarme el año de nacimiento de no se quien cuando esté bailando sobre el escenario, no tiene sentido -bufó frunciendo el ceño y los labios en un pronunciado puchero.

El joven sentado a su lado negó con la cabeza entendiendo el sentimiento.

-Tienes razón, pero de todas formas hay que lidiar con estas mierdas -tomó la hoja de papel frente a él y la agitó en el aire- tendré pesadillas con la maestra de historia musical, en serio me odia, cada vez que puede me regaña frente a todos, es un monstruo.

-Tendrás una pesadilla con ella esta noche y va a perseguirte con sus botas rojas -susurró divertido empujándolo un poco.

-¡Dios! -exclamó elevando el volumen de su voz- ¡Todo menos las botas!

Ambos estallaron en una carcajada estruendosa, logrando un llamado de atención por parte de la encargada.

Aguantaron la risa mirándose de manera cómplice e intentaron volver a concentrarse en sus tareas, necesitaban al menos memorizar un par de fechas ese día para no retrasarse demasiado, ambos debían rendir en menos de una semana y a pesar de estar en diferentes clases, los exámenes de historia de la música eran un clásico repetido para todos cada año en la academia.

Hyunjin resopló pasando la página, había comenzado a sentir un dolor punzante en la cabeza y no sabía si atribuirlo a la ausencia de sus anteojos olvidados en casa o a cualquier otra cosa, pero cuando lo vio pasar caminando por el pasillo exterior tranquilamente a través de la ventana de la biblioteca, supo que ese malestar tenía nombre y apellido.

-Jisung -susurró dirigiéndose a su amigo- ese chico está en tu clase -afirmó señalando hacia afuera- ¿Cómo se llama?

-¿Oh? -entrecerró los ojos esforzándose, también había olvidado sus anteojos- Seo Changbin... Creo -rió ante la duda- ¿Pasó algo con él? -hizo una pausa- espera, ustedes sí se conocen, recuerdo claramente como bailaban juntos en el cumpleaños de Minho Hyung hace un año.

-Vaya, así que era él -alzó una ceja- no sabía su nombre hasta ahora, al parecer no tuvimos tiempo de presentarnos.

-Estaban ebrios -aclaró dándole un golpecito en la espalda- pero volviendo al tema, ¿Por qué preguntabas?

Pensó un momento antes de sincerarse con su amigo, no estaba seguro de cómo poner en palabras lo que estaba en su mente, no por el hecho de tener miedo a ser juzgado, sino que no quería preocupar a Jisung por algo que quizás solo era una tontería.

-¿Sombra? -cuestionó casi como si pudiera leer su mente. Hyunjin suspiró aliviado de no tener que explicar demasiado.

-No exactamente,   pero me siento extraño cada vez que lo veo, es como si me doliera todo el cuerpo, no lo sé, ¿Debería acercarme?

Desde que la extraña sombra comenzó a aparecer, merodeando a la gente y causando estragos de vez en cuando, Hyunjin había descubierto varios datos interesantes y útiles a la hora de intentar sobrellevar la situación, como por ejemplo, era muy extraño que el "hecho final" sucediera por la mañana, es decir, la silueta podía manifestarse durante horas tempranas pero nunca el hecho en si mismo. También había logrado definir hecho final como el desenlace, ya que la sombra podía acompañar a alguien durante varias horas e incluso días, pero siempre desaparecía luego del hecho final, que muchas veces resultaba ser desagradable para la persona en cuestión, desde recibir malas noticias, accidentes leves o moderados, malas calificaciones, hasta extraviar pertenencias valiosas u olvidar realizar alguna tarea importante, pero lo que más le llamaba la atención al muchacho, era que simplemente acercándose lo suficiente como para hacer contacto visual con el sujeto afectado, la sombra desaparecía y por ende, el hecho final nunca sucedía. Hyunjin había descubierto que con su mera presencia podía evitar que aquella gente sufriera consecuencias desfavorables, como si aquella sombra actuara de alarma, como un presagio, dándole previo aviso de posibles sucesos negativos.

SHADOW | changjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora