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Le picaban los ojos, le pesaba la cabeza y el cuello le dolía al igual que el estómago, no había bebido ni media cerveza en la fiesta pero sentía como si estuviese pasando por la peor resaca de su vida.

-¿Vas a vomitar? -preguntó mientras se desperezaba- dame un segundo y te ayudo.

-Estoy bien -respondió volviendo a recostarse sobre la almohada que ambos compartían.

Apenas había dormido, no logró pegar los párpados durante casi toda la noche, sus ideas lo atormentaban y no podía dejar de pensar en lo jodido que estaba, y sobre todo en lo ridículo que se veía y sentía dejando que su vida y sus acciones dependieran de una visión sin significado aparente, incluso había arrastrado a gente inocente al agujero de su inminente locura, pero no iba a permitir que aquello le destruyera por completo, estaba casi decidido a pasar de página con todo lo que eso significaba, incluso si debía borrar no tan sólo a la sombra del panorama, sino que a Changbin también.

-Puedo prepararte un café si quieres -ofreció hundiendo su rostro entre el colchón y el brazo descubierto de Hyunjin sintiéndose demasiado cómodo como para ponerse de pie- o podemos dormir cinco minutos más.

El bailarín esbozó una sonrisa ligera, tener a jisung a su lado le hacía sentir cálido, acompañado y menos inseguro, siempre tenía ese efecto en él, por lo mismo lo consideraba por encima de todos como su mejor amigo, su hermano, su cómplice y su familia, había compartido más momentos importantes y secretos con él que con sus padres, y es que ser el único hijo en la casa se le volvía bastante duro algunas veces, pues debido a su trabajo su madre casi no aparecía por el lugar, y su padre jamás había sido parte de su vida, ni siquiera cuando era niño. Quizás fue eso o la debilidad de despertar por la mañana sintiéndose destruido, pero quiso soltar todo lo que se le acumulaba en la garganta, sin tapujos ni limites

-Voy a sacar una hora con el psiquiatra -dijo, provocando que jisung se incorporara lentamente- hoy mismo, espero poder ir dentro de la semana.

-¿Qué sucede? -frunció el ceño, a pesar de conocer la condición de su amigo con la sombra, últimamente lo había visto mucho más animado y creyó que ya no sería un problema- pensé que ya no la veías.

-Jamás dejé de verla -confesó suspirando- todo empeoró cuando me acerqué a Changbin Hyung -su pecho dolía cada vez que pensaba en separarse del rapero- necesito alejarme de él, necesito medicarme y olvidar toda esta mierda.

Han lo miró con preocupación, Hyunjin había intentado tomar pastillas durante un periodo de su vida con la sombra, pero no se había recuperado ni un poco, en cambio solamente empeoró, adquiriendo malestares físicos adicionales y pesadillas por la noche, apenas podía mantenerse despierto en clase y bailar se le hacía un calvario, no era capaz de concentrarse en algo por más de diez minutos, y ni hablar de la pérdida de apetito que experimentó durante todo ese tiempo. Había sido terrible y mucho más invalidante que las visiones, y debido a todas aquellas razones decidió no volver a ingerir las píldoras, ocultándolas de su madre y mintiéndole por meses hasta que supo la verdad y no tuvo más opción que aceptar la voluntad de su hijo. Cabe destacar que ninguno de sus progenitores sabía el exacto motivo por el cual Hyunjin había decidido ir con un profesional, ellos sólo pensaban que estaba deprimido, el chico jamás quiso decirles.

-¿Estás seguro? -fue lo único que pudo preguntar, le temblaba la voz al pensar en lo desesperado que su amigo debía estar.

-Si -tenía los ojos cerrados y las manos en el cabello- si pudiera entender al menos que significa -hizo una mueca, repentinamente sintiendo un nudo en la garganta- pensé que podía manejarlo, ayudar a las personas y usarlo a mi favor, pero me equivoque -una pequeña lágrima rodó hasta caer en las sábanas- voy a volverme loco, Jisung.

SHADOW | changjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora