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Los latidos desenfrenados de su corazón se apaciguaron un poco al recibir la alerta de nuevo mensaje, y al fin pudo soltar el aire retenido en sus pulmones cuando se aseguró de que pertenecía a Hyunjin. Changbin había intentado contactarlo desde que su cuerpo se había empezado a comportar extraño la noche anterior, de un momento a otro las manos le temblaron y un dolor punzante en el pecho le impidió seguir escribiendo en la computadora, tanta fue la agonía que no vio más remedio que acostarse en la cama y esperar a que mermara un poco, pero no pudo quedarse tranquilo, la ansiedad era demasiada y lo único que se le venía a la cabeza era el rostro de Hyunjin, cosa que lo asustó aún más, ¿Estaría él sintiendo lo mismo?

Con la mirada fija en la pantalla encendida de su móvil recordaba la desesperación pasada hace tan sólo unas horas y los escalofríos volvían a recorrerle la espalda. La clara corazonada que había tenido la pasada noche de que algo importante sucedería le atormentaba, secándole la boca y haciéndole picar las manos, era la primera vez que le sucedía con tal intensidad, ya que había sufrido de algunos ataques de pánico cuando había cumplido los dieciocho, pero nada comparado con el mortificante zumbido que le rompía los tímpanos ni tampoco parecidos al subidón de adrenalina inexplicable que le aceleraba el corazón cada dos segundos. Con los dedos rígidos había enviado una cantidad desmedida de mensajes a Hyunjin, pues su aroma y cabello seguían apareciéndose en su campo de visión y marcando presencia como un espejismo difuso, tratando de captar su atención de alguna manera y sintió vergüenza al leerlos encontrándose medianamente calmado a la mañana siguiente, pues las palabras mal escritas y la mezcla de signos y números evidenciaban que no estaba en la mejor de sus facetas cuando los había enviado, la necesidad, dependencia, miedo y angustia eran notorios en cada "por favor" y "tengo que verte" redactados a duras penas. Changbin suspiró agarrando una chaqueta con su mano libre y saliendo del lugar en un santiamén, ya no aguantaba más en esa posición, el malestar en su estómago y el dolor en el centro de su tórax permanecían intactos, al igual que las efervescentes e inmensas ganas de sentir la esencia de Hyunjin, requería tocarlo y verlo con sus propios ojos, casi como si su vida dependiera de ello.

"Vivo en la calle que está frente al parque doblando la esquina de tu edificio, cinco manzanas a la derecha y tres a la izquierda, puedes venir justo ahora si lo quieres, lamento no haber respondido anoche Hyung, no me sentía muy bien"
<Hwang 10:35>

"No me sentía muy bien". Mierda, su pulso otra vez estaba por las nubes, aquella frase le confirmaba el hecho de que efectivamente le había pasado algo al bailarín y no tuvo que leer aquel mensaje dos veces para aumentar la velocidad de sus zancadas, no hizo falta más que su instinto para que todo lo demás se volviera borroso y tan sólo pudiera ver al frente en dirección a la casa de Hyunjin.

Cuando ya le quedaban menos de dos manzanas y media para llegar, su celular comenzó a vibrar en su mano distrayéndolo durante un breve pero crucial instante. El contacto de "Mamá" brillaba en la pantalla seguido de una corta pero concisa sentencia.

"Estamos en la ciudad, vienes ahora a tu departamento y empacas todo para regresar con nosotros o no volveré a convencer a tu padre de darte otra oportunidad."
<Mamá 10:54>

El pelinegro maldijo en voz alta provocando varios resuellos provenientes de las personas que pasaban a su lado, y es que en el preciso momento en que había terminado de leer, la sombra que hasta ese entonces había permanecido sin forma, débil y difuminada, se erguía justo en frente cortándole el paso pero esta vez Changbin podía distinguir con claridad y nitidez cada uno de sus detalles, era casi tan alta como alguien de dos metros y sus extremidades largas fácilmente podrían agarrarlo del cuello si las extendía un par de centímetros. No quiso gritar pero estaba al borde de hacerlo.

-No tú otra vez -susurró con rabia intentando ser discreto, sabía que podía ser extraño que hablase consigo mismo con ese tono en medio de la calle, por supuesto que lo sabía, pero estaba tan enfadado e impaciente que podría haber montado un espectáculo peleando con puños al aire si eso significaba que posterior a eso seria capaz de seguir su camino hasta la casa de Hyunjin.

SHADOW | changjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora