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7 años antes.

-No puedo creerlo -dijo riendo a la par que corría torpemente agarrándolo y tirándolo de la mano- nos van a expulsar, nos van a castigar, mi madre va a matarme.

El viento les golpeaba la cara enrojeciéndoles las mejillas, el clima frío aún se sentía presente y les calaba los huesos, ninguno había llevado chaqueta debido a que la idea de escaparse de clases había surgido de la nada y sin planeación alguna, pero ambos decidieron arriesgarse y como siempre, apoyarse.

-Tranquilo, nadie lo sabrá -gritó sin poder contener la adrenalina que le generaba romper las reglas una vez más- en el invernadero cuatro jamás entra nadie, créeme.

-Eso lo dices porque siempre te corres de historia, pero yo no -contraatacó subiendo la escalera a hurtadillas, tenía miedo de toparse con el conserje de frente- si nos encuentran diré que me obligaste a venir.

Changbin actuó ofendido haciéndole cosquillas en la cintura y en el abdomen, aún les faltaba medio camino antes de llegar a su destino pero le costaba mantener las manos lejos de Yongbok, siempre encontraba alguna manera de molestarle

-Me pediste pasar más tiempo juntos -le recriminó- ¿Ahora rechazas mi compañía?

Antes de que pudiera responder, el fugitivo novato se adentró en el invernadero buscando con la mirada algún lugar en el cual refugiarse y al fin comer los sandwiches que aguardaban pacientes en su mochila, pero lo único que divisó fue un montón de sacos con tierra y regaderas.

-Sígueme -lo tomó de la mano por segunda vez y lo guió hasta el final de la estancia justo al lado de los tulipanes- si nos ponemos aquí en el suelo nadie podrá vernos aunque se paren en la puerta -se dejó caer no muy suavemente en el piso y palmeó el lugar a su lado invitando a su compañero- tengo hambre Yonbokie -hizo un puchero provocando una reacción instantánea en el contrario.

-Si me castigan no me dejarán asistir al club de guitarra, Hyung -sus ojos parecían preocupados- sabes que mi humor depende de escucharte tocar.

Changbin recostó la cabeza en la pared, observando el perfecto perfil de su amigo y pensando en lo mucho que adoraba las pecas esparcidas por su rostro.

-¿Solamente me quieres para que toque la guitarra? -preguntó agudizando la voz, imitando a un pequeño niño- creí que te gustaba verme.

-Sabes que sí -susurró sin mirarlo, cada vez que el mayor le decía aquellas cosas, se ponía bastante tímido y le costaba profundizar en el tema- eres mi mejor amigo.

El chico suspiró, le dañaban aquellas palabras, desde hace ya bastante tiempo que su estómago se retorcía al escuchar la voz profunda de Yongbok, y su mente no podía deshacerse de la imagen sonriente del chico mirándole cada vez que lograba llamar su atención con alguna tontería, ni siquiera era capaz de ignorarlo al dormir. Había perdido la cuenta de cuántas veces había soñado con él.

-Claro, amigos -repitió un poco desanimado y aceptando el sandwich que le ofrecía- aunque... Para ser sincero, realmente me importas -le dio un mordisco- y a veces me asusta.

-¿Seo Changbin asustado? -bromeó empujándolo con su codo, necesitaba liberar un poco de la tensión que se le estaba acumulando en el cuerpo, sabía exactamente hacia dónde se dirigía la conversación.

-Mis padres me sermonearon -confesó- estábamos cenando y comencé a hablar sobre tí como siempre ya que pasamos la mayor parte del tiempo juntos así que es normal que mis anécdotas y novedades te involucren, pero ellos se volvieron locos -negó con la cabeza- me gritaron y me prohibieron acercarme más a tí, dijeron que estabas manipulándome y confundiéndome.

SHADOW | changjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora