4︙✿ Alas rotas

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Te quise tanto, que cuando me rompiste el corazón te saqué de ahí para que no te hicieras daño.

–Mario Benedetti.

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¿Existe el amor eterno?

Sí, el amor eterno existe y tiene un solo secreto: sentir verdadera empatía por el otro. En una relación se necesitan dos personas que caminen en la misma dirección, pero no es necesario que opinen igual en todo ni que quieran las mismas cosas, sólo que sean conscientes de los deseos de la otra parte. Desgraciadamente, no todos los lazos son forjados para el mismo objetivo, ni que decir de los hilos rojos del destino, quizás al final del día sean tan falsos como pretender sacarte el corazón por una persona.

¿En donde quedo el darlo todo por el ser amado? Pero como en la vida misma, no todo es para siempre.

Las manos de aquel chico castaño se movían con suavidad sobre la seda mientras miraba su propio reflejo en el espejo de cuerpo completo frente suyo, tratando de hacerse un nudo en la corbata, había aprendido al final a atarla bien.

Permitió que sus oídos se llenaran del suave canto de las aves que se arrebolaban en los árboles a las afueras de su alcaldía, el silencio era palpable. Nunca se detuvo a pensar en cuanta falta le hacían ciertos sermones y quejas sin sentido de parte de una voz sonora y sarcástica la mayoría del tiempo, momentos en los que hasta las manos de esa persona se entrelazaban en dicha corbata azul que hace un instante había logrado acomodar. Un ligero suspiro escapó de sus labios al discernir de todos esos recuerdos, que si bien, debió haber dejado en el pasado hace un tiempo atrás.

Cinco años antes.

—Debí suponerlo, si a ti no te interesan las reuniones del consejo. —decía un chico castaño de apariencia impecable, acomodando en su torneado cuerpo el saco azul marino e intentando hacerse la corbata.

—Ya te he dicho que estaba ocupado. —Le respondió el muchacho de mechón naranja y barba, este se envió en uno de los lujosos sillones situados en el despacho director del alcalde de Karmaland: Borja Luzuriaga.

—¿Tanto que ni siquiera un mensaje para saber en donde estabas al menos?

—Oye...—dijo  Auron aflojando la corbata de su ceñido traje que a la larga resultaba algo incomodo. —Te advertí que ser alcalde te estresaría de más, no escuchaste y mírate ahora.

Claramente el hombre con el que había estado saliendo durante aproximadamente un par de años, no se estaba tomando nada de esto enserio. Pues no era lo mismo que en un principio, había empezado su cargo como el segundo de a bordo en el equipo de Luzu de la manera más correcta y contundente, ambos eran la pareja más unida y el equipo al poder inseparable, ya que bien, juntos llevaron a karmaland a ser lo que era ahora; un lugar prospero, hermoso, moderno y con un nuevo acceso turístico en donde personas de los alrededores y más lejos venían a vacacionar al lugar, esto generó un importante crecimiento económico y no solo eso, la gente estaba más que agradecida por el buen trato del alcalde Luzu y su pareja Auron. Sin embargo; eso no fue para siempre, pues en los últimos meses, Raúl se notaba más distraído de lo normal, a veces inclusive dejando de lado sus responsabilidades con tal de atender otras cosas que según él eran igual de sustanciales. No obstante, Luzu nunca tuvo el tiempo suficiente para detenerse a prestar atención en esos pequeños detalles que cada día distanciaban un poco más al uno del otro.

Él es un hombre maduro, no un niñato al que yo deba vigilar, pensaba todo el tiempo.

—Anoche te espere para cenar ...

Pᴇᴛᴀʟs Fʀᴏᴍ Iʀɪs || ᵘⁿᶠᵃᵈⁱⁿᵍ ᵉʸᵉˢ ⸽⋆ ʳᵘᵇᵉᵍᵉᵗᵗᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora