Conway
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.Sus ojos le pesaban. Estaba estresado. Había llegado a su casa hace apenas unos minutos y ya se encontraba en el sofá bebiendo un trago del alcohol más fuerte que se encontraba en su cocina. Su mente estaba nublada y dispersa, no podía concentrarse en nada. ¿Cómo había terminado en esa situación? Era increíble.
- De seguro hoy me da el infarto.
Bebió de un trago lo que le quedaba dentro del vaso, haciendo una mueca ante el ardor en su garganta. No tenía los ánimos suficientes para terminar el papeleo, así que decidido, se levantó y caminó en dirección a su cuarto.
"Fuck off."
Sin pensarlo se tiró sobre las sábanas y bostezo exhausto. Lo mejor era olvidarse del trabajo y dormir un poco. Ya después le ordenaría a alguien para terminar los papeles. Cerró sus ojos y se dejó atrapar por el sueño.
*
Su cuerpo ardía.
¿Dónde estaba?
Trató de abrir sus ojos, vendados.
"¿Hola?"
No podía moverse, pero sentía la presencia de alguien más.
Su hipótesis se comprobó cuando unas manos tocaron su abdomen, lo habían desnudado."Conway.~"
¿Volkov?
"Joder... C-Conway.~"
¿Ivanov?
Soltó un jadeo cuando notó otras manos, esta vez tomando su miembro erecto. Subía y bajaba por el largo de su longitud, apretando suavemente la punta, haciéndole temblar levemente. Joder, eso se sentía grandioso.
"¿Cuándo nos follará?"
"Estamos desesperados, Conway."
Unos labios rodearon la cabeza de su polla, succionando esta con fuerza.
Por un segundo pensó que se iba a correr ante aquello.
Gruñó cuando el otro par de labios atacó su cuello, o más bien, su zona erógena.
Trataba de moverse, pero le era imposible.
Quería tocar a sus bebés."Mis bebés."
Los labios en su piel desaparecieron, pero los sintió un poco más abajo, joder, ya sabía a donde iba esto.
Ambos se la estaban mamando."Mierda, me voy a correr."
Sentía aquellos conocidos espasmos en su vientre, ya no le quedaba mucho.
Sólo un poco.*
Despertó con su cuerpo lleno de sudor, las sábanas estaban esparcidas por el suelo y su respiración se encontraba acelerada. Se volvió a acostar después de reconocer su habitación, mirando su techo estupefacto.
"¿Pero qué mierda?"
¿Qué demonios acababa de soñar? Apoyó su brazo sobre sus ojos y apretó suavemente, notando la tensión en su pantalón. Estaba duro, joder. Gruñó cuando movió sus piernas, rozando de manera leve su erección.
Esto era malo.