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[Especial]
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¡Ve más rápido, joder! ¡Nos van a alcanzar!

Ambos chicos en el vehículo estaban nerviosos, las motos les pisaban los talones y ni hablar de las patrullas, los hijos de puta trataban de cortarles el paso a cada segundo. El de cresta se dedicaba a disparar y cubrir sus espaldas, mientras que el de lentes se enfocaba en el camino y en tratar de perderlos. Tal vez no debieron robar la joyería ellos solos.

¡Mierda, Gustabo, debemos perderlos!

¡Que te tranquilices, coño! ー El de pelos castaños aceleró a tope, observando por los espejos a los policías.ー Tú dedícate a disparar, Horacio, y yo de esquivar las jodidas balas, los perderemos en los callejones, confía en mí.

El que iba de copiloto suspiró y volvió a sacar su arma por la ventana, apuntando a las ruedas de los agentes. No quería dañarlos, pero se lo estaban poniendo difícil. Observó como una moto se acercaba por su lado y apuntó a la rueda delantera, notando como el policía salía volando de su asiento luego de que esta explotara por la bala.

ー ¡Vamos! Uno menos. ー Gritó el menor de los dos, soltando una leve risita.

¡Ese es mi Horacio! Tú sigue así que ya estamos llegando a nuestra zona.

El coche iba a su velocidad máxima, y para suerte de ellos, las calles no tenían tanto tráfico. Gustabo mordió su labio con seriedad, estaban cerca del callejón donde planeaba perderlos, si no lo hacía bien, ambos iban a terminar tras las rejas. Apretó con fuerza el freno cuando llegó a cierto punto, viendo como las dos motos pasaban de largo y las patrullas frenaban tras de ellos. Giró el volante y entró en el callejón, volviendo a coger velocidad en el estrecho pasaje, escuchando las sirenas de los policías cada vez lejos, era su oportunidad. Sin pensarlo mucho, comenzó a girar en cada esquina que veía, dando leves choques con todo lo que se le cruzara. Miró por el espejo retrovisor y sonrió al no ver movimiento a sus espaldas.

¿Ves cómo pudimos escapar?

¡Cuidado!

Frenó al notar una moto en la salida del pasaje, ¿cómo era posible que los hubieran atrapado? ¿Acaso se transportaban por arte de magia? Su ceño se frunció y apagó el motor, estaban jodidos.

"Joder, tan cerca."

Bajad del auto, capullos.

Ambos chicos que congelaron ante aquella voz grave, sintiendo sus vellos erizarse por completo, ahora sí no había duda de que estaban muertos, incluso la idea de las rejas no era tan mala en ese momento.
Bajaron del vehículo con las manos en alto, caminando lentamente hasta el hombre frente a ellos. El mayor de los dos se adelantó, poniéndose frente a su amigo, a pesar de que Conway no estaba armado, prefería llevarse él las collejas en ese momento, Horacio ya había sufrido bastante la vez anterior.

¿Pero a quienes tenemos aquí?, Gustabo y Horacio. ー El de lentes negros soltó una risa burlona, cruzando sus brazos a la altura de su pecho. ー Joder, ustedes realmente son una mierda para escapar.

Podemos resolver esto de manera pacífica, no tenemos que recurrir a la violencia.

Yo estoy calmado, Gustabín, ¿Acaso no lo ves?

De usted me espero cualquier cosa, la verdad. ー Confesó con su ceño fruncido, atento a cualquier movimiento del mayor.

Vamos a ver, par de subnormales, ¿en qué pensaban? ¿realmente creían que iban a escapar? ー Preguntó Conway seriamente, haciendo que ambos chicos temblaran ante su voz dominante. ー Les creo que pudieran escapar de los idiotas que tengo como agentes, pero yo no soy tonto. Conozco esta ciudad como si fuera mi propia polla, y ustedes, capullos, no son ni la mitad de listos.

сложное триоDonde viven las historias. Descúbrelo ahora