- Entonces, ¿vienen?
Ambos menores observaron como Conway tiraba su cigarrillo e ingresaba al edificio. Habían llegado hace algunos minutos pero el mayor apenas bajó del patrulla se había puesto a fumar, al parecer aquella entrevista le había estresado más de lo que ya estaba, o eso creían los dos menores.
¿Por qué habían aceptado ir? En algo estaba pensando el mayor, y ambos agentes sabían perfectamente lo que era, y a pesar de que ellos se habían ofrecido fácilmente a este, ahora se encontraban nerviosos.
Ingresaron detrás de él al lugar que ya conocían, ambos callados y con la cabeza agachada. Sus mejillas ardían ante el recuerdo de lo que había pasado en el departamento del mayor hace algunas horas, ¿realmente había pasado? Joder, esto era algo totalmente nuevo... «Y excitante.»
- Que se apuren, coño.
Conway ya se encontraba dentro del ascensor, mirando a los dos agentes bajo sus gafas, aunque no lo demostraba, también se encontraba algo cohibido ante la situación pasada.
Las puertas se cerraron una vez estuvieron los tres dentro, cada quién en una esquina, sumergidos en sus propios pensamientos. La tensión sexual era fuerte para todos, querían tocarse y besarse ahí mismo, pero los dos menores no iban a tomar la iniciativa por temor a alguna colleja y el mayor simplemente quería que el encuentro fuera algo más... privado.
Al final si estaban de acuerdo en algo, se necesitaban.
- Mañana tenemos trabajo temprano, ¿No sería ir mejor a descansar? - Preguntó por lo bajo Ivanov, sin dirigir su vista al adverso.
- Negativo, ustedes se quedan.
- ¿Por qué la insistencia? - Esta vez preguntó Volkov, quién no sabía de donde había sacado los cojones para hacerlo.
El mayor simplemente gruñó y se giró en su lugar, observando a ambos menores. Se acercó al último que habló y sin cuidado alguno jaló de su cabello, haciendo que le mirara con asombro. Observó cada detalle de su rostro y por un segundo quiso besarlo, pero no era el momento ni el lugar.
"Mierda, tengo que controlarme."
- Porque me sale de los putos cojones, capullo, ¿está claro?
- Mgh.
Soltó el cabello de Volkov y volvió a su posición bajo la mirada atenta de estos. Hizo una mueca en su rostro cuando notó cierta incomodidad en su parte baja, aquel jadeo le había puesto duro.
Ver a esos sujetos tan sumisos le ponía, y mucho.
Unos segundos más bastaron para que las puertas del ascensor volvieran a abrirse, dando paso al piso en donde se encontraba el departamento del mayor. Caminaron en silencio hasta la puerta de este y una vez abierta, ingresaron al lugar.
Conway se dirigió en silencio hasta la cocina, necesitaba un vaso de whisky. Abrió la botella y sirvió tres vasos, llevando estos a su habitación, esperando que los dos menores le siguieran.
- A la habitación. - Ordenó cuando notó que ninguno de los dos se movía de la entrada, siguiendo de largo hasta su destino, esta vez escuchando unos pasos tras él.
Entró y dejó los dos vasos sobrantes sobre la mesita de noche, se recostó en su cama y observó la noche por su ventana.
Los menores tomaron cada uno un vaso, bebiendo el contenido de este hasta el fondo. Una mueca se posicionó en la cara de ambos ante el ardor del alcohol bajando por sus gargantas, y sin pensarlo mucho, se sentaron a cada lado de la cama, dejando a Conway en el medio.
El silencio reinaba en la habitación.
- Acérquense. - El mayor tomó de un trago lo último que le quedaba en el vaso, pasándoselo a Ivanov para que lo dejara sobre la mesita.
Ambos se acomodaron más cerca de este, notando como pasaba sus brazos por las dos cinturas, abrazándolos y haciendo que quedaran casi sobre su cuerpo. Conway acariciaba lentamente sobre la ropa de los dos agentes, tratando de transmitirles confianza. Sabía que todo era nuevo para ellos, y para él también, por lo cuál quería hacerles sentir cómodos.
