Capítulo 2

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Aquí vamos devuelta.

Mierda, pensó TaeHyung, cerrando sus ojos.

—Oppa~, por favor, deme una oportunidad.

—Cielos, SungSook, ¿por qué me llamas oppa? Deja lo honoríficos. Eres un año mayor que yo —dijo fastidiado TaeHyung, sin sacar la vista de su libro.

—Juro que le devolveré todo si acepta tener una cita conmigo, oppa —habló necia, como él no hubiera dicho nada—. O quizás... nosotros podríamos... ya sabe... tener un poco de intimidad...

TaeHyung reprimió las ganas de mandarla al infierno y decirle los numerosos insultos que tenía guardados especialmente para ella desde hacía tiempo.

Esta era una de las razones por las que nunca se despegaba de HoSeok —además de quererlo y tener un terrible apego con él por su instinto de protección—.

—Por favor, SungSook, te lo pido amablemente; déjame leer en paz y en silencio.

—¿Silencio? —preguntó entusiasmada SungSook—. Puedo hacer eso. Usted lea tranquilo, oppa —su temible acosadora se sentó a su lado, y lo hizo tan cerca que podía sentir su respiración en la oreja.

Era desagradable como la mierda que alguien no pudiera entender un “no”.

Para su suerte, su salvación y la luz de sus ojos —como lo llamaba él— llegó pocos instantes después.

—Fuera de aquí, loca psicótica. Yo no dudaré en llamar a la policía y echarte de esta escuela de una maldita vez —escuchó la conocida voz de su mejor amigo.

Mira que para que el mismísimo Jung HoSeok trate mal a alguien, ese alguien debería haber hecho algo que lo jodió en demasía. HoSeok no era del tipo maleducado, por lo general, claro, este no era el caso..

—Ya me preguntaba cuándo ibas a aparecer, dolor de culo. Estabas tardando mucho en traer tu molesta presencia —resopondió de mala gana SungSook.

TaeHyung bajó el libro y lo golpeó bruscamente contra el banco en el que estaba sentado.

Nadie iba a meterse con su mejor amigo, con su solecito.

Nadie podía tocarle un pelo a Jung HoSeok (verbal y literalmente) y salir ileso de aquello.

—Fuera de aquí, SungSook. Mi paciencia se agotó —ordenó TaeHyung, en un estado de progresiva furia—. Si Hobi hyung llama a la policía no lo detendré esta vez —sentenció, demostrando que no estaba feliz.

La chica se levantó echando humo por las orejas y roja de la humillación, luego de darle un pequeño beso en la mejilla, que TaeHyung recibió horrorizado.

Ella posó sus oscuras orbes en HoSeok.

—Tienes suerte del enamoramiento platónico que tiene por ti, rarito —le dijo y se fue empujándolo del hombro, aunque HoSeok no le dió importancia en lo más mínimo.

TaeHyung quiso pararse, pero la mano fina de HoSeok lo detuvo.

—¡Te llamó rarito, hyung!

—No es como si no estuviera acostumbrado a que me llamen por apodos del estilo, Tae, he escuchado muchos peores —respondió, encogiéndose de hombros—. Supongo que son cosas de ser gay en un país homofóbico.

—Esa loca... —murmuró enojado TaeHyung, apretando sus puños.

HoSeok miró a TaeHyung de brazos cruzados. La mirada del mayor gritaba “te lo dije”.

—No lo digas, ya lo sé, hyung... —dijo con ojos de cachorro—. Ven aquí y olvidemos esta basura por un minuto.

El mayor suspiró y se sentó en el asiento que había dejado libre SungSook.

T.S.B.F.C. <VHope>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora