Capítulo 8

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No lo disfrutó ni un poco. No disfrutó el beso, ni la multitud que los había estado mirando. No disfrutó de las caras de asombro. No disfrutó lo agobiado que lo estaba haciendo sentir su actual situación.

No disfrutó nada.

A pesar de la cantidad de horas que habían pasado desde lo que sucedió en la cancha, HoSeok todavía podía sentir sus enrojecidas mejillas y sus cejas juntas en un fruncimiento que dejaba claro su enojo.

—Vamos, hyung... Por favor, déjame entrar. Perdí mis llaves y en el pronóstico dice que en un rato lloverá mucho.

Podía escuchar los imparables lloriqueos de TaeHyung a través de la puerta de entrada desde el sofá. Una hora llevaba ya rogándole como cachorro mojado, pero esta vez no iba a funcionar. Él se había pasado y un perdón no iba a ser tan fácil de conseguir.

—Jódete, Kim —replicó lo suficientemente fuerte para que el menor escuchara, y fueron sus primeras palabras desde que TaeHyung había llegado y se había parado firmemente en la parte de afuera de su casa.

Clavó su mirada en el techo y cruzó sus manos por encima de su estómago en un intento de hacer que dejara de hacer ruidos.

Luego del partido, fue hacia su casa y se encerró en ella, escapándose de todo el mundo, incluyendo TaeHyung —más que nada de TaeHyung, de hecho— para evitar la avalancha de preguntas que tarde o temprano caerían sobre él, y le correspondía hacer las compras ese mismo día porque ya no tenía provisiones para comer, por lo cual, en su estómago solo habían unas pocas galletas desde hacía horas.

—HoSeokie hyung... —lo llamó una décima vez, golpeando la puerta suavemente.

—Te dije que me dejes en paz. Vete de aquí —dijo haciendo un puchero, aunque TaeHyung no lo podía ver.

—¿Podrías, por lo menos, decirme qué es lo que te molestó tanto? Fue una mentira, hyung, y fue para el bien de ambos. ¡Nos sacamos a SungSook de encima! —TaeHyung hizo una pequeña pausa, esperando una respuesta que no llegó y volvió a hablar—: ¿Acaso eso no es bueno? ¿No te hace feliz saber que no tendrás que preocuparte ni una vez más por ella en nuestras vidas? Ella no volverá a insultarte...

Ni siquiera sabían si había tenido verdadero impacto el estúpido espectáculo y él ya daba por hecho que alguien que necesitaba de terapia los iba a dejar en paz.

No le respondió.

—No me voy a ir hasta que hablemos, hyung —habló TaeHyung, negando la idea de rendirse. HoSeok rodó sus ojos. Era un maldito testarudo.

—¡Entonces ojalá se te entumezca el culo por la espera y que llueva! ¡Mucho! —exclamó enfadado él y, sin esperar respuesta, se colocó los audífonos especiales que tenía para bloquear cualquier sonido ajeno al que se reproduciera en estos.

En un intento de ignorar el hambre y la culpabilidad de dejar a TaeHyung fuera y sus demás problemas, hizo la actividad que tanto amaba realizar en su tiempo libre: bailar.

Él solo comenzó a bailar por toda la sala de estar canciones de K-Pop al azar que se reproducían en los audífonos. Y luego de un par de canciones, vio un pequeño papel blanco pasando por debajo de su puerta. Al tomarlo reconoció en pocos segundos la caligrafía desprolija de TaeHyung.

Lo siento, HoSeokie hyung, no fue mi intención hacerte enojar :-(

Dejándola caer al suelo, volvió a tratar de concentrarse en el baile, queriendo perderse en la música y la actividad física lo suficiente para no tener un colapso nervioso.

T.S.B.F.C. <VHope>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora