Capítulo 19

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El tercer día en Daegu, no supo si se despertó por el ruido de la puerta o por la pesadilla que tuvo.

—Oh, no puede ser —HoSeok escuchó la voz de TaeHyung ronca, y a pesar de estar medio dormido todavía, podía diferenciar ese toque de emoción en su mejor amigo. Debía ser muy bueno lo que fuera que lo despertó para que TaeHyung no estuviera de malas por haber sido despertado temprano.

—Lo sé. Los encontré en una caja —dijo la mujer bajito—. Y por favor, controla tu... situación. Soy tu tía, mocoso hormonal, verte así no es genial. Me traumas.

—Ah, tía~. Déjame en paz, es un efecto fisiológico normal en la mañana —se quejó TaeHyung como un niño—. Retoma el otro tema, por favor.

HoSeok sintió sus mejillas tornándose rojas, y entre abrió uno de sus pesados párpados para ver qué estaba pasando. Al instante visualizó a TaeHyung y su tía en la puerta de la habitación hablando a susurros, luego algo le fue dado a su mejor amigo. YeGyul, la tía, se fue y TaeHyung se dió la vuelta con una sonrisa genuina en su rostro con algo en sus manos que no llegó a examinar porque volvió a cerrar su ojo para hacerse el dormido.

Escuchó a TaeHyung parándose a su lado y dejando algo sobre la mesa de luz. Su respiración se acortó nerviosamente, temiendo que si se daba cuenta que estaba despierto lo iba a arrastrar a una de sus salidas mañaneras en las que caminaba por una hora en el campo familiar para juntar manzanas porque quería mantenerlo distraído por el incidente con su madre a toda hora de sus vacaciones, y HoSeok lo apreciaba, de veras lo hacía, pero ni remotamente tenía ganas de caminar luego de la pequeña lesión que había sufrido en su muslo del día anterior.

No mucho tiempo después escuchó al menor saliendo de la habitación murmurando cosas que no llegó a entender. Lo único que comprendía HoSeok de la situación es que TaeHyung estaba emocionado y feliz. Y que tenía una erección mañanera, lo que trató de ignorar, pero ya venía fallando olímpicamente en el intento.

Cuando quedó solo, finalmente se sentó en la cama y miró la hora en la pantalla de su celular. 8:15 a.m. Se preguntó que había sido tan importante para que YeGyul fuera a irrumpir a esa hora la habitación que compartían TaeHyung y él.

Ardilla bebé, ¿me copias? —escuchó HoSeok a su mejor amigo, pegando un salto del susto en la cama.

Miró a su alrededor, buscando de dónde había salido. Del celular en su mano no provenía y no veía algún otro objeto posible que emitiera la voz de TaeHyung.

A no ser que... HoSeok se giró y al llegar a la mesa de luz lo vio: un pequeño walkie talkie rojo infantil, lleno de pegatinas colordidas decorándolo. No tardó ni un micro segundo en reconocerlo. Ese pequeño objeto había sido especialmente significativo para él y para TaeHyung porque cuando habían sido unos niños los llevaban con ellos a todos lados para comunicarse a larga distancia cuando estaban separados. TaeHyung se comunicaba con él a través del apodo ardilla bebé, mientras que el apodo de HoSeok para TaeHyung era osito bebé.

Sí. Demandenlos, eran malditamente pejagosos sus apodos, pero en su defensa, fueron niños muy afectuosos el uno con el otro. Y no sería del todo errado decir que TaeHyung nunca dejó de serlo al pasar los años.

Vamos, bebé, levántate. No seas dormilón.

HoSeok mordió su labio inferior, queriendo reprimir esa estúpida sonrisa porque TaeHyung era tan horriblemente entrañable. Y tenía un efecto aún más profundo en él cuando lo llamaba bebé. Ciertamente, ahora se arrepentía de haberle dicho entre conversaciones que era su apodo cariñoso favorito.

Agarró el walkie talkie, dejando escapar una sonrisa.

—¿Algún día entrará en tu intelectual y dura cabecita que le estás hablando a tu hyung, osito? Deberías respetarme, ¿sabes? —replicó HoSeok.

T.S.B.F.C. <VHope>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora