"Creo, creo que cuando todo termina, solo vuelve en forma de flashes, ¿sabes?, es como un caleidoscopio de recuerdos, simplemente todo vuelve. Pero él nunca lo hace, creo que parte de mi supo al segundo de verlo que esto iba a pasar. No es en realidad algo que él dijo, o algo que hizo, fue la sensación que llego con él.Y lo loco de esto es que... No se si me voy a sentir así de nuevo, no sé si debería, Yo sabía que su mundo se movía demasiado rápido y ardía demasiado brillante, pero solo pensé, ¿Como puede el diablo intentar atraerte con alguien que sé que parece mucho a un ángel cuando te sonríe?. Tal vez él supo eso cuando me vio. Supongo que perdí el equilibrio, creo que la peor parte de todo no fue perderlo a él... fue perderme a mi misma."
-Hayley, para de leer el libro y preparate para irte al instituto, ese ya lo has leído mil veces.
Ese libro era el favorito de Hayley, nunca se cansaba de leerlo.
- Ya voy mamá.
Hayley guarda su libro en la mochila, la coge y se va hacia la cocina. Allí, le da un beso en la mejilla a su madre y sale por la puerta. Había quedado con Matt para ir juntos, él la estaba esperando en la acera de enfrente.
-¡Buenos días!- Le dice Matt haciendo un gesto de saludo con la mano mientras cruza. Cuando llega hacia ella la agarra por la cintura y le da un beso.
Por su diferencia de altura, Hayley se tenía que poner de puntillas para besarlo.
Al llegar al instituto los dos entran en clase y se sientan.
- Matt, vuelvo ahora, tengo que ir a por un libro a la taquilla.
- Vale.
Hayley se dirige hacia la taquilla, intenta abrirla pero una joven rubia está apoyada en ella.
- Perdona, ¿me dejas abrir la taquilla?
- Si claro, perdón.
El rostro de aquella chica era cansado y triste, sus ojos estaban hinchados de llorar.
Hayley abrió su taquilla, cogió el libro y la volvió a cerrar, cuando se iba la chica la agarra por el hombro.
- Si no es mucho pedir... Necesito desahogarme y que alguien me escuche... ¿te importaría?
Hayley se queda por un momento paralizada, no sabe que hacer... Pero esa chica realmente necesitaba ayuda.
- No claro, si quieres en el recreo quedamos justo aquí y hablamos.
- No hace falta, estoy en tu clase, y me han dicho que el profesor de matemáticas no vino... ¿que te parece en esa hora?
- Ah vale, pues genial.
Hayley se despide de la chica y se va para clase.
- Mi vida, ¿tu has ido a por el libro a la librería de la otra punta de la ciudad?
Matt se ríe y se dirige hacia ella para besarla.
- No seas tonto, es que me encontré una chica que dice que quiere desahogarse con alguien y me lo ha pedido a mi, sin conocerme de nada. Además, está en nuestra clase.
- Madre mía... Lo que no te pase a ti...
Hayley se ríe y le alborota el pelo a Matt, acto seguido lo besa.
El timbre toca y todos se sientan, toca biología, después tocaría matemática, donde la chica vendría a hablar con Hayley.
La hora pasa lenta, a Hayley se le hace eterna, pero por fin toca el timbre. La joven rubia se levanta de su sitio y va hacia Hayley, después de que el profesor de guardia avisara que el profesor no venía.
- Hola, bueno antes no me presenté, soy Wendy, encantada.
- Yo soy Hayley y el es Matt, mi novio.
- Ah, ¿sois novios?
La cara de Wendy cambia rápidamente, de pasar a una sonrisa forzada pasó a una inmensa tristeza... Y ella sentía cierta obsesión por Matt, aunque nunca se lo dijera a nadie.
- Si, lo somos ¿te ocurre algo Wendy? Éstas pálida.
- Que necesito hablar... Eso es todo.
- Somos todo oídos. - Matt y Hayley sonríen a la vez.
Sus ojos azules empezaron a brillar mientras lo contaba.
Estoy muy enamorada de un chico, pero él tiene novia y ella no lo merece, él me gusta mucho... No se que hacer cada vez que los veo juntos...
- ¿Él lo sabe?
- No... Pero pronto se lo diré.
- Que te parece si quedamos los tres hoy a la tarde en alguna cafetería y charlamos para conocerte mejor, así también te olvidas un poco de el chico.
- Si, está bien.
Los chicos comparten sus números y redes sociales con Wendy, eligen el lugar y la hora.
Aquella chica parecía adorable, era súper dulce, se notaba que había sufrido pero aún así sonreía, pero eso era lo que ellos pensaban; ellos no sabían que, Wendy, podría destrozar sus corazones, o incluso, provocar su muerte.
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Butterfly
Teen FictionHayley, una adolescente de 15 años, detiene su dolor autolesionandose, pero Matt, un chico nuevo del instituto, la quiere ayudar, ya que sus sentimientos son más que una buena amistad. La curiosidad no mató al gato, pero si le rompió el corazón.