- Susana, ¡que tu hija está loca! ¿no te das cuenta? Tenemos que meterla en un sitio especializado para ella, para curarla... ella no está bien, ¡no lo está!
- Mi hija está perfectamente, no está loca.
- ¡Pero si casi incendia toda la casa, no me digas que no lo esta por que sí, lo dijo el médico!
- El médico y tu estais en contra de ella, no soportas tener una nieta que no sea de tu sangre, pero mamá, yo soy estéril, si la adopté fue para cuidarla, no para llamarle loca, se que mi hija no está loca, no lo está, no puede ser.
- ¿Encender un mechero y empezar a quemar la casa, así por que si no es estar loca? ¡Susana por favor, te lo suplico, el médico te dijo que lo mejor para ella sería ingresarla!
- Te lo vuelvo a repetir, Wendy es normal.
- Lo siento, pero yo con ella no vivo, me voy a casa de tu hermana.
- Muy bien, vete, ¡huye!
La discursión de aquellas mujeres despierta a Wendy.
Se va al baño a mirarse al espejo, se empezó a tirar del pelo y a repetir una y otra vez: '' No estás loca Wendy, no lo estás'', ''prender fuego solo fue un error, eso es, un impulso'', ''no pasa nada, eres normal''.
La noche anterior Matt avisó a su tía de que se quedaba a dormir en casa de Hayley por que estaba sola.
Se despertó en aquella habitación verde, al lado de la chica que lo tenía verdaderamente loco.
Miró el reloj y aún era temprano, se volvió a tumbar y la contempló; Le encantaba hacerlo.Tenía la piel tan suave que él jamás había tocado, los ojos más bonitos que nunca haya visto, su forma y figura le hacían perder el norte, el sur y todos sus puntos cardinales. Era preciosa.
Hayley se despertó y al verlo sonrió. Matt se acercó a ella.
- Buenos días princesa – susurró.
- Buenos días – le respondió a la misma vez que lo besaba.
Le encantaba besarlo, tenía una explosión de sentimientos que le hacían enloquecer, cada vez que lo miraba se dió cuenta de que vivía gracias a él; Literalmente, le debía la vida.
Los dos se vistieron entre besos y risas, y más besos. Hacía frío, por lo que Hayley cogió la sudadera de Matt y se la puso. Le quedaba un poco grande, pero olía a él y eso la hacía especial.
Era la hora de ir al instituto y los dos ya iban a salir de casa, cogieron sus mochilas y se fueron.
Al contrario que Hayley, Wendy llevaba un top negro con unos pantalones vaqueros y una camisa de cuadros desabrochada, iba de lo más ''provocativa''.
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Butterfly
Teen FictionHayley, una adolescente de 15 años, detiene su dolor autolesionandose, pero Matt, un chico nuevo del instituto, la quiere ayudar, ya que sus sentimientos son más que una buena amistad. La curiosidad no mató al gato, pero si le rompió el corazón.