One-shots anime (personaje x lectora)

Ray - The promised Neverland

Pedido por: catOtakuUwu

Arco argumental: Huida. 

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Miraba horrorizada junto a Emma la carta dejada por Norman.

Emma: Ray realmente va a...

_____: Tenemos que impedirlo. Aún tenemos tiempo.

Emma: Sí...

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Finalmente había llegado el 15 de enero, el día en que huiríamos. Miraba fijamente el reloj, admirando como pasaban los segundos. Todo estaba preparado, sólo faltaba esperar a que llegara la noche y Ray intentara poner en marcha su plan. 

Pronto el día llegó a su fin y la luna se posó sobre el orfanato. 

Emma: _____, es la hora.

Asentí y Emma y yo fuimos hacia el lugar en el que se encontraba Ray. Al llegar, le vimos rodeado de bidones de gasolina. Emma se sentó en una silla en frente de Ray y yo me posicioné a su lado. Ray empezó a contarnos lo que planeaba y cogió uno de los bidones para verter su contenido sobre él. Encendió una cerilla y la dejó caer. Antes de que esta tocara el suelo, salté para atraparla.

Ray: ¿Por qué?

_____: Norman nos aviso de lo que harías. Vamos a salir de aquí todos juntos.

Emma se acercó al lugar en el que estaban Lani y Thoma para coger el cuerpo falso. 

_____: Ven, tengo que quitarte el transmisor. 

Ray: No hace falta que...

Antes de que pudiera acabar de hablar le interrumpí. 

_____: ¡Escúchame bien, si tanto quieres matarte ya lo harás en el exterior, pero hoy vamos a salir de este orfanato de la muerte juntos y no aceptaré un no por respuesta, así que ahora siéntate y déjame cortarte la oreja!

Ray chasqueó la lengua e hizo lo que le pedí. Con cuidado, cogí el cuchillo y le hice el corte. Rápidamente le desinfecté la herida y la tapé con una gasa y un poco de esparadrapo para que no se desangrara. 

Emma: ¿Listos?

Thoma: Listos.

Lani: Listos.

_____: Listos.

Emma tiró la cerilla al suelo y y la gasolina empezó a arder. Esta, actúo como combustible, provocando que, en apenas unos segundos, todo el edifico se encontrara en llamas. 

Emma: Corred a fuera, yo me quedaré aquí para fingir que Ray está quemándose cuando llegue mamá.

_____: Sí.

Los cuatro salimos corriendo del lugar para reunirnos con los demás. Unos minutos después, Emma ya estaba nuevamente con nosotros y todos nos dirigíamos al muro. Ya allí, lo escalamos y empezaron a preparar todo para cruzar al otro lado del acantilado. Cogí un par de perchas y me acerqué a Ray para darle la suya.

Ray: Gracias.

_____: No es nada.

Ray: No lo digo por la percha, lo digo por todo. Norman encontró la manera de escapar de aquí sin más sacrificios y vosotras habéis conseguido ejecutar su plan a la perfección sin que me diera cuenta. Llevo años haciendo todo lo que podía para protegeros y, aún así, habéis sido vosotros los que me habéis acabado salvando a mí.

_____: Tú también ayudaste mucho. De no ser por ti, ni siquiera sabríamos el secreto del orfanato y ahora mismo estaríamos jugando alegremente, pensando que te dirigías a un hogar seguro en vez de a tu muerte. 

Nos quedamos unos segundos en silencio, mirando nuestra antigua casa quemándose.

Ray: ¿Por qué lo hicisteis? ¿No habría sido más fácil simplemente dejarme suicidarme?

_____: Si escapábamos, lo haríamos todos juntos, no íbamos a permitir más sacrificios. 

Ray: Pero sí dejasteis a los menores de cuatro.

_____: Aún son pequeños, estarán a salvo durante bastante tiempo y con ellos escapar habría sido mucho más difícil.

Ray: Escapar salvando mi vida también ha sido mucho más difícil.  Soy solo una persona, no merecía la pena arriesgar tanto por mí.

_____: No eres una persona cualquiera.

Ray: Claro que sí. Tanto Emma como tú sois tan o más inteligentes y atléticas que yo, y no tengo tanta empatía como Emma como para salvarlos a todos cueste lo que cueste. No tengo nada de especial.

_____: Eres especial para mí.

Me quedé callada y me giré para verle. Él imitó mi acción, provocando que quedáramos con la mirada perdida en los ojos del otro. Era como si el mundo a nuestro alrededor hubiera desaparecido, dejándonos solos a Ray y a mí. Parecía que todos nuestros problemas se habían esfumado y simplemente podíamos estar disfrutando de la compañía del otro eternamente, pero, por desgracia, no era así.

Emma: _____, Ray, tenemos que irnos. Ya han cruzado casi todos, os toca.

_____: Claro.

Desvié la mirada y me acerqué al acantilado.

Ray: _____.

_____: ¿Sí?

Ray: Tú también eres especial para mí.

Antes de que pudiera responder, Ray colocó la percha en la cuerda y empezó a descender hacia el otro lado con un sonrojo notorio en sus mejillas. En cuestión de segundos, mi cara también empezó a arder. Me preparé para pasar al otro lado, camino de la ansiada libertad. Hoy comenzaba nuestra nueva vida y, desde luego, no podía estar más feliz por ir a compartirla con alguien tan especial como Ray.