Capítulo 39

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Narra Ariadna

Why you always wanna play games with my mind?💬@AriGimenez

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Why you always wanna play games with my mind?💬
@AriGimenez

Publiqué la foto al mismo tiempo que la música dejaba de sonar, dando finalizada la canción.

Suspiré hondo y miré al estadio vacío. Cinco meses, habían pasado cinco meses desde que había salido del hospital. Cinco meses para nada fáciles.

Los primeros días fueron un desastre absoluto por el recordatorio constante de lo que había pasado. La cabeza me traía recuerdos con frecuencia, mi familia me trataba como si fuera una muñequita de cristal a punto de romperse y los medios y agentes no paraban de hacerme preguntas allá donde fuera.

Todo el mundo hablaba de Tom o Tomás, el hombre cuyo nombre no se sabía exactamente cuál era, pero que había destruido a una familia por completo. Condenaron a Óscar a diez años de cárcel por su asesinato, pero se redujo a la mitad al colaborar con la policía. Yo, simplemente, me había librado. Lo mío había quedado como un acto de autodefensa para librarme de Tom.

Después de contarles a la policía todo lo sucedido, se desmanteló todo lo que Tom había construido en aquella fábrica abandonada. A parte de mi familia, había muchas más personas que habían sufrido el daño de aquel hombre.

¿Qué pasó con la sangre que les inyectaban? No tengo ni idea. Lo único que supe de aquel tema es que se habían encargado de que no cayera de nuevo en malas manos y que todas las personas que en algún momento estuvieron en contacto con ella estaban recuperándose con éxito.

Con el paso del tiempo, la gente se fue olvidando del revuelo y se quedó tan solo como una anécdota más de mi familia, pero yo no conseguía olvidarme de lo ocurrido. Porque me sentía culpable, aunque no había sido toda mi culpa su muerte. Al fin y al cabo, yo también tenía el arma y tampoco intenté hacer nada por él. Su recuerdo me perseguía por las noches. Aunque comenzaba a sobrellevarlo. Más o menos.

Unos aplausos me sacaron de mi trance y allí le vi, de pie, a un lado del escenario, con aquella sonrisa que me provocaba miles de mariposas en el estómago.

— ¿Te gusta? —le pregunté mientras dejaba el micrófono y él se acercaba a mí.

Me atrajo a su cuerpo e inclinó la cabeza para darme un beso rápido en los labios.

—Claro que me gustas. —contestó a escasos centímetros de mi boca. Puse los ojos en blanco mientras él sonreía de nuevo. —Sí. La canción también me gusta. ¿Has terminado ya el ensayo?

—Creo que sí. —miré por encima del hombro a mi nuevo mánager.

Me levantó el pulgar como signo de que ya habíamos terminado por hoy. Mañana me subiría al escenario para cantar mi nueva canción "Games".

—Entonces nos vamos. —pasó un brazo por mis hombros y salimos de allí.

Nos despedimos de todo el mundo y salimos a la calle, donde nos esperaban varios fans. Desde que habíamos hecho pública nuestra relación, la gente estaba como loca. Los mensajes que me llegaban a mi privado iban desde los más normales hasta los más extraños y lunáticos. Leer lo que decían de mi novio era bastante... incómodo.

Ariadna, ¿Qué Hiciste?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora